martes, 14 de marzo de 2017

Sólo existe un modelo Jesús







Sólo existe un modelo Jesús


Jesús  es el único modelo que tenemos  y que debemos tener los cristianos, es  del  de quien hemos de aprender en  su condición de Hombre,  y para ello es preciso que no mezclemos sus naturalezas, el Hombre Jesús no es un ;  es un Hombre, del mismo modo, que hablando mal  teológicamente el Dios Jesús, no es un Hombre es Dios; en Jesús hay 1  sola Persona que asume las 2 naturalezas divina y humana, pero éstas quedan sin mezclarse porque lo finito no puede hacerse infinito, y a la inversa, a cada naturaleza le corresponde lo suyo, aunque al final asuma todo la Persona y esta sea divina.

Como ya decía San Agustín, “El Señor, no dijo aprended de mi a  resucitar muertos, o caminar sobre las aguas; si no aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón”.

Y eso es lo que hemos de imitar de Jesús, su Amor sin reservas al Padre Amor que le llevo a aceptar la Cruz, amar su Voluntad,

“Yo amó al Padre y hago lo que Él quiere”;
Su Amor a los hombres sin distinción de ninguna clase, un Amor que le llevará a dar la vida, y a quedarse en el Sagrario, su Amor a sí mismo,  pues mal puede amar a otro quién no se ama a si mismo, y, el Hombre Jesús, se ama a si mismo, que no es egoísmo, es pura  caridad, por eso se somete a la Cruz, se “obliga a obedecer” y a cambio es exaltado sobre todo.

La imitación a Jesús no es fácil, ya que él es un Hombre santo, santísimo y nosotros somos pecadorísimos, pero es posible, puesto que contamos con la ayuda del  mismo Jesús, pero para hacerlo bien,   pues se trata de imitar su Amor no su modo de hablar de  vestir, de viajar y hasta de comer lo que no sólo es imposible si no, una estupidez, como las sectas que no fuman porque él no fumaba, ni fumaba ni viajaba en avión.

Y aquí podría poner un montón de ejemplos negativos, pero prefiero ir a los positivos y centrarme en lo que pienso debemos hacer para imitar a Jesús

Primero. Oír a la Iglesia, es su Esposa y lo conoce
Segundo. Tratarlo, meterse en el Evangelio y escucharlo
Tercero. Preguntarle a su Madre, la que mejor lo conoce, y no me refiero a mensajes privados, no me  refiero por  ejemplo a la meditación de los misterios del Rosario, a preguntar en la oración a Maria, ¿cómo es Jesús que le gusta, que haría él en tal o cual situación?

Cuarta, imitar a los santos, en lo que ellos imitaron de Jesús, por eso, los primeros son Maria y José, que educaron y formaron la personalidad humana de Jesús, y luego pues optativo, pero como decía  San Pablo, o mejor dicho parafraseando su frase, “imitar a los santos como ellos imitaron  a Cristo”, no imitar sus extravangacias, sus peculiaridades, pues como dice mi buena amiga “ Mari Cruz no todo en los santos, fue santo”  y aún en lo  que era bueno, no todo venía del Espíritu o viniendo hay distintos trajes para cada ocasión.

No se trata pues de hacer lo que hizo San Ignacio de Loyola, al pie de la letra, si no imitar aquello que lo asemeja con Jesús, precisamente el verdadero  culto a los santos es imitar sus virtudes entre otras cosas, pero sólo para imitar al único modelo a Jesús, y al imitar a Jesús Hombre como es Persona divina, estaremos haciendo lo imposible, “imitar a Dios”