Noha,
hija de Selofajad
En
el libro de los números se cuenta una bella y simpática historia. Las 7 hijas
de Selofajad, una de las cuales era Noha, se levantaron frente a
la asamblea de Israel y reclamaron el derecho a heredar a su padre.
Según la costumbre que había hasta
entonces al no haber hijos varones, la herencia de Selofajad debería pasar a
sus parientes varones más próximos, pero estas 7 mujeres valientes, reclaman lo
que es suyo, ellas tienen derecho a la herencia, ellas son hijas de Selofajad,
son sus herederas, por ello deben heredar, hasta aquí, si no hubiese nada más,
la historia sonaría a feminismo del bueno,
pero hay mucho más, Noha y sus hermanas, no se limitan a reivindicar un
derecho para ellas, lo que reivindican es el buen nombre de su padre, el cual
murió víctima del castigo que cayó sobre Coré Datán y Abiro, pero él era
inocente, él no se había acercado a ofrecer un sacrificio no autorizado, él no
merecía el castigo, y si no lo merecía no fue castigado, él simplemente estaba
allí, el justo atrapado entre los inocentes,
tal vez tampoco Coré fuera castigado ni los otros 2, todo fuera un accidente, pero de quien si se
puede estar seguro de que no fue castigado es de Selofajad, él es
simple y llanamente uno de tantos
inocentes que en apariencia perecen con los culpables.
Pero
la justicia tiene que vencer, y ellas sus hijas, no podían permitir que el
nombre de su padre quedase maldito, que su herencia se difuminase entre los
parientes, ellas más que reivindicar el derecho a heredar como mujeres, exigen que se haga justicia a su padre que se
reconozca que murió siendo inocente, y
por ello su nombre no debe desaparecer en Israel, su nombre debe de continuar
en sus hijas, todo el mundo tiene derecho a saber la verdad.
Que
los inocentes a veces mueren con los
culpables, y a veces por los culpables