Por publicidad culpable no me refiero la que engaña a los tontos, no, me refiero a esa en que un detergente que no limpia nada, de repente no sólo quita unas manchas que no salen con nada, sino que de una blusa con lorcitas de manga corta hace una camisa de manga larga, o la del limpiador de cocinas que no sólo limpia lo no limpiable sino que te cambia la cocina, con esas señoras que hacen la limpieza en traje de cóctel y hasta de noche.
No, me refiero a la que engaña de verdad, a la que abusa de la buena fe y de los sentimientos de las personas, la que va dando un mensaje subliminal y va tratando de cambiar el modo de pensar
Los anuncios dirigidos a los niños en los que se les hace creer que si sus padres los quieren les compraran este o aquel juguete.
¿Y qué pasa con los que no quieren o no pueden ¿No quieren a sus hijos?
Los que incitan a jóvenes o menos jóvenes a la anorexia, metiéndose además en el campo de la medicina que no les corresponde.
Los de yogures con sacia no sé qué.
Los de yogures que te cuidan y te mantienen joven, sana, delgada y bella.
Los de cremas de belleza que de golpe te quitan 10 años, a eso paso va pasar como en un chiste del TBO; “se veía una cajita mortuoria diminuta” y, un señor llorando decía es mi pobre esposa se echó tanta crema rejuvenecedora, que se convirtió en un óvulo recién fecundado y la mató una hormiga
Las que centran el amor y la relación entre los jóvenes sólo en el sexo y que presentan a la humanidad como animales en época de celo.
Pero la peor, si la peor es la juega con la miseria humana, y con la bondad de las personas la que dice, “cada vez que usted compre el periódico X, o el alimento para gatos Z,... usted estará dando 1 € para esta o aquella ONG; con eso fuerzan a las personas débiles de mente pero grandes de corazón a consumir su producto
No, señores si yo quiero ayudar a una ONG lo hago directamente, no necesito su colaboración, si yo compró el periódico X es porque su ideario se aproxima al mío, porque es el menos malo, si compro el alimento para gatos Z, es porque me conviene su precio y porque le gusta a mi gato, y eso vale para cualquier producto, si el fabricante quiere destinar una parte de sus beneficios a buenas obras estupendo Dios se lo premie, pero al cliente no le laven la cabeza