martes, 30 de junio de 2015

Nos debe Dios algo, o, no es más bien al revés?



¿Quién no ha dicho alguna vez, o, pensado que no tiene mucho que agradecer a Dios?; y, siendo un poco mejores, alguna vez, alguien; ha evitado el pensamiento, aunque no se manifestase de viva voz,  de que Dios tenía que recompensarle, por el bien que hacía

Todos, o, al menos bastantes, hemos dicho, o, escuchado alguna vez, ante una supuesta obra buena; “Dios me pague el bien que hago”

Otras incluso, ha sido una forma de ofender al prójimo, que reconocía no tener derecho a nuestros desvelos


“No lo hago, por usted, si no para que Dios me lo agradezca”

Todas posturas erradas, olvidemos los méritos que no tenemos ninguno, como nos dice bien claro, Jesús en el Evangelio, somos unos pobres siervos, unos esclavos, a los que su Amo, no debe nada,  nuestro deber, para eso fuimos creados, es hacer la voluntad de Dios, como la hacen todos los miembros de la creación, somos creaturas, lo que pasa es que nuestro Dios es Amor, y, por Amor nos ha elevado así, nos ha unido a su Hijo, y, nos ha hechos unos con Él, que es nuestra Cabeza, de Jesús son los méritos, por eso, cuando estamos en pecado,  ya podemos superar en bondad a la Madre Teresa, que no, nos vale para nada,  no es que por estar en gracia nos valga, por ser nosotros quien somos, que somos nada, si no, que al estar unidos a Jesús, somos Uno, con Él, así que esos méritos son suyos, y, por eso, es Él quien hace crecer en nosotros la gracia

Por ello pedimos por los méritos de Jesús, no por los nuestros, y, el sacerdote cuando nos absuelve, lo hace en Nombre de la Trinidad, aplicándonos los méritos de Jesús, que es además de Hombre,  una de las Personas divinas la Segunda

Así que más que alardear de méritos, de lo que se nos debe, debemos pensar mejor, en lo que debemos, y, dar gracias a Dios, porque nos permite servirlo, y, nos ayuda a hacerlo con su Gracia

Nosotros si estamos en deuda con Dios, no es que le debamos mucho, le debemos todo, lo que somos, ya que sin Él no somos nada, como decía el sacerdote y escritor, Martín Vigil, por boca de uno de sus personajes literarios, dependemos de Él, hasta para ofender lo

Nadie, y, este Nadie es tan absoluto, que abarca a Jesús, como Hombre, no como Dios claro esta, puede reclamar nada a Dios, porque Dios siempre va delante, lo amamos, porque Él nos amo primero,  mejor dicho, lo amamos, porque Él habita en nosotros, y, en nosotros se aman Las Tres Personas divinas; Dios es siempre el primero en amar



Incluso en el caso de Jesús, como Hombre, fue Dios, Uno, y, Trino, Quién hablando a lo humano, planeo la  Encarnación, y, fue el Verbo, Dios Segunda Persona, quien decidió, tomar naturaleza humana, uniéndose a un cigoto humano, en el comienzo de su desarrollo embrionario, en el útero de una chica virgen judía;  del mismo modo, la chica en cuestión, La Virgen María, fue elegida por Dios,  y, fue Dios quien la lleno de sus Gracias, y, de su Gracia, Él Bendito sea su Nombre, va siempre por delante, nadie le ha dado antes, para que tenga que agradecer
Por eso, nuestra oración más que de petición debía ser de gratitud