sábado, 27 de febrero de 2021

Mercadeo en el templo


Mercadeo en el Templo

“Mi casa, es Casa de oración, y, la habéis convertido en cueva de bandidos”
¿Mercadeo en el templo, en la iglesia, mercadeo con Dios?
No se trata de que en algunos sitios vendan, estampas, aunque no me gusta, no, yo estoy haciendo una reflexión personal, y, por eso me pregunto si mercadeo con Dios
Si mi oración, mi trato con el Señor, es un “te doy esto”; si Tú  me das, Esto
Me porto bien, pero exijo
Vengo a Misa para
Si he convertido a Dios en una especie de máquina traga oraciones, que del mismo modo, que la máquina expendedora,  me tiene que dar la coca cola, si le mete el dinero que vale, Dios está obligado a darme lo que le pido, si a cambio doy, mis rezos, mis buenas obras
Que error tan grande, y, sin embargo, cuantas veces lo viví
Olvidando que todo es Gracia, todo es Don, Dios mismo
Que como el Espíritu Santo, hace decir al salmista, “Como pagaré al Señor, todo el bien que me ha hecho”
Que Dios nada me debe, soy yo, la deudora con Él, deudora que no puede pagar, por eso ha de pagar Jesús por mí, que  por ser criatura, estoy obligada a obedecer, como le obedecen los demás seres creados, sin que por ello tenga que pagarme, nada,  que bien nos lo recordó Jesús cuando dijo
“el que, tiene  un esclavo en el campo, le dice,  sírveme la mesa, y, luego comes  tú, y, no por eso le debe nada al esclavo, del mismo modo, vosotros, cuando hagáis lo mandado, decid, sólo somos unos esclavos que han hecho lo que tenían que hacer”
Claro que nuestro Dueño, es también  nuestro Padre, y, nuestro Hermano, y, el Amor lo vence, y, es Él quien nos sirve, y, hasta se da de comida, pero esto es Gracia, es Don, no podemos exigir, no podemos mercadear con Dios
Por eso, la única persona humana santa, cuando Dios le pidió, por medio de Gabriel que fuese la Madre del Verbo encarnado, no hizo una lista, de todo lo que exigía por ello, por aquel gesto de bondad, simplemente dijo
“Yo soy la Esclava del Señor, hágase en mí, lo que has anunciado”
“Soy una Esclava, Gabriel, a un esclavo se le manda, no se le pide permiso”
Tal vez, por eso,  es María, La Señora de todo lo creado, porque supo siempre su lugar ante Dios, y, supo no mercadear, cuando  pide el vino en Cana, sólo dice “No tienen vino”
Otra hubiera dicho, “pues hijo, para una cosa que te pide tu Madre…”
Y, Jesús cuando ora en el huerto, igual no mercadea con el Padre, sólo dice, si Puedes, y, Quieres




pregunta


Nos preguntamos cómo los judíos, ¿Esta, o no está El Señor, en medio de nosotros?
Los judíos habían visto como Dios, los había sacado de Egipto, y, a la primera de cambio, se preguntan, si Dios, esta, o no, con ellos, si esta en medio de ellos,  habían olvidado el paso del mar Rojo, todo, lo habían olvidado todo
A mi a veces me pasa igual, a la primera dificultad me olvido de que Dios siempre estuvo a mi lado, que nunca me dejo sola, aunque yo, lo dejase a Él
Y, creo que a veces a nivel de Iglesia, como cristianos nos pasa lo mismo
Olvidamos que siempre hemos sido perseguidos, si lo fue La Cabeza, porque no van a serlo los pies
Que herejes, y, burros los hubo siempre
Que ya pasamos el Mar Rojo, al Resucitar Jesús
Que no tenemos motivo alguno para dudar de nuestro Dios

Jesús anuncia su amor a la humanidad


Jesús anuncia su amor a la humanidad
Y, lo hace en medio de una cena de amigos, y familia, lo hace en primer lugar compartiendo, cantando, y, riendo, bebiendo
Lo hace, lavándoles los pies, aunque protesten, para que aprendan que el lavar los pies a otro, no humilla, uno es lo que Dios sabe que es
Lo hace, aunque en medio, este un traidor, él también lo ama
Lo hace, aunque sepa que todos, son cobardes, los ama igual
Y, en su locura, y, porque puede
Se ofrece como Comida en el Pan Y el Vino, para quedarse para siempre, siempre, siempre
Para que ya aquí la humanidad a la que pertenece, tenga el Cielo

Jarras de agua


Jarras de agua

¿Si, me mandaran llenar jarras de agua, y, llevarlas al que espera probar el vino, qué haría no lo sé, pero la verdad es posible, que dijese, al supuesto, “gracioso”; que de mí no se iba a reír
Cuando escuchamos el relato de Cana, nos quedamos casi siempre, en la actitud de Jesús, lo que está muy bien, es el Modelo; en la de la Madre, que es también nuestro modelo, y, sin la cual este milagro no se habría dado, pero  olvidamos a unos personajes muy importantes, los criados, los servidores, “diáconos”, en griego, y, en  los que  estamos representados
Cierto que la intercesión de María, ante Jesús, fue primordial, y, que Jesús hiciese el milagro, lógicamente
Pero sin los criados, no se hubiera dado
Pensemos un poco, una boda judía del siglo Primero
Se acabó el vino, pero los criados no lo saben aún, el que hoy llamaríamos maître, jefe de mesa, está esperando se le traiga la nueva tanda del vino, que suele ser, de peor calidad que el primero, no sabe que no hay ni gota de vino en la casa
Los criados esperan la orden de ir a las bodegas, y, cargar el vino, y llevarlo al sujeto mencionado anteriormente
Y, he aquí que un chico de los invitados a la boda, uno que además tuvo, la gracia de llegar sin avisar, y, con amigos
Les dice, que llenen de agua, unos cantaros, de piedra de los que se usaban para las abluciones
Ya de por sí, tiene gracia la cosa, con el trabajo que tienen, y, al invitado, no se le ocurre otra idea que mandarles llenar las tinajas de agua, hasta el borde, lo que implica, ir varias veces al pozo
Yo aquí ya lo hubiera mandado a paseo, ellos no lo hacen, llenas las tinajas
Pero lo que viene después es más absurdo, él invitado, les manda, que lo lleven al maître, jefe de comedor, maestresala, el nombre es indiferente
Lógicamente, debieron de pensar, “Este está loco”; como vamos a ir, llevar agua, al que está esperando vino, nos van a desollar vivos, es una locura, claro que de pensar así, debieran haber dicho, “mira hasta aquí la broma”; y, no lo hicieron tal vez, porque La Mamá, había dicho, haced lo que Él os diga, y, si era tan bromista como el hijo pero se fiaron, obedecieron a la Mamá, y, por ello al Hijo, el resultado ya se sabe, un vino excelente
Jesús siempre sorprende, con agua  hace vino, con 5 panes da un atracón a miles de personas, con 12 hombres brutotes funda la Iglesia que sigue hoy
Pero hay que fiarse, Él sin mí, sin nosotros no puede, porque no quiere hacerlo
Y, necesito, obedecer a La  Mamá, que manda, obedecerle a Él, y, tener el coraje, de llenar cantaros de agua, es decir de poner mi pobre vida a su servicio, ya Él se encargará de que el agua, sea vino.



viernes, 26 de febrero de 2021

Ser hospitalarios


Hospitalidad: Mostrar una solicitud poco común

Que nos propone esta frase 

Con esta frase reflexionábamos el sexto día del Octavario del pasado año 2020

Ya Jesús nos había dicho, y nos sigue diciendo que acoger, querer a los propios es normal, lo hace cualquiera, y, él no quiere que seamos como cualquiera, sino como él que no es cualquiera es el Hijo de Dios.

Por eso los cristianos hemos de hacer como hicieron los malteses, y eso que eran paganos, pero no dudaron  en recibir a los náufragos y eso que era un barco de prisioneros, y, hasta Publio un pro hombre ofreció su casa, de hecho se quedaron dos años, mientras nosotros seguidores del exiliado y perseguido Jesús de Nazareth, nos oponemos a la acogida de quienes llegan en pateras, huyendo del hambre, de la guerra de la miseria de la persecución, y, lo hacemos algunos seguro que tienen exiliados o inmigrantes en su curriculum familiar, pero lo hacemos, lo hacen pretextando que no hay sitio; son musulmanes; son negros, muchas de estas personas además se las dan de cristianos, sólo tienen el nombre, Que lo sepan, en los refugiados, y exiliados han rechazado, han ahogado en el mar al propio Cristo.

Gracias a Dios hay personas que los acogen del modo en que pueden, esos cumplen lo que refleja la frase de hoy, acoger a todo náufrago de la vida, a  todo él que lo precise, ser personas de mente y corazón abierto como Jesús, como los malteses.

¿Y, esto que tiene que ver con la búsqueda de La Unidad, entre los cristianos?.  A simple vista tendría que decir que nada, pero si tiene, porque si rechazamos orar por y con hermanos cristianos que no son de nuestra Iglesia, Comunidad, si hablamos de lo suyo despectivamente, o con indiferencia, si hasta los insultamos y calumniamos. Como vamos aceptar convivan con nosotros gentes de culturas y religiones diferentes.

Pero si en verdad creemos en Jesús y a Jesús, y queremos como quiere Él, que todos seamos Uno en la diversidad, como Jesús, El Padre, y, El Espíritu Santo, son el Uno en La Trinidad, pues cuando los cristianos no importa que apellido tengamos, católico, anglicano, ortodoxo, etc. Obramos así, ya estamos obrando en Unidad, haciéndola, y, al hacerla estamos orando al Padre, para que el día por el señalado nos una en La Iglesia Cuerpo de su Hijo, el mundo crea y sea salvado.

Oremos por La Unidad, y, también por la conversión de los que creyéndose cristianos, rechazan a quienes llegan en pateras o en otros medios buscando simplemente vivir


 

jueves, 25 de febrero de 2021

viejitos


Los viejitos
Los conocí hace tiempo, no voy dar sus nombres porque no me acuerdo, además no es importante
Eran un matrimonio de Santander, de Solares, mayor aunque no podría precisar la edad, ni recuerdo si tenían hijos, creo que sí, pero tampoco es eso lo que importa.

Ella era pequeña menuda, muy menudita, y muy arrugada, con una vida que fue muy dura, estaba muy enamorada de su esposo, era una creyente profunda; con las lagunas formativas de pertenecer a una época en la que a los laicos se nos trataba como cristianos de tercera, tenía miedo de no tener la compañía de su esposo en el Cielo, porque él era ateo, pero ya veréis qué tipo de ateo
Acudía siempre que podía a Misa, observaba pero no imponía el ayuno de las doce horas, no dejaba su rosario, y, sobre todo se ocupaba de los pobres, les daba su pan, su comida aunque se quedase sin èl

El marido parecía más joven aunque era más viejo, odiaba la palabra anciano, pertenecía al grupo de los sabios, no por estudio, por vida, republicano exiliado en Francia, había acabado en un campo del demonio, es decir de Hitler, del que consiguió escapar por las cloacas junto con otros, regreso a España antes de la muerte de Franco, al que no guardaba rencor, porque decía eran cosas de la guerra y de otros tiempos
No creía en Dios, aunque decía que le gustaría, yo creo que sí creía pero no lo sabía, que en quien no creía era en dios, en el dios justiciero y jupiteriano
Su mujer solía mandarlo a comprar pan, más del que precisaban, él cumplía el encargo pues la adoraba, y, cuando iban a comer, resultaba que la buena de la esposa lo había dado a los pobres, entonces él sonreía, y, decía, “bien hecho, dame dinero voy a comprar más”; a veces resultaba que también había dado el dinero a los pobres; entonces tomaba de lo poco con lo que se quedaba para el tabaco, e iba comprar de nuevo el pan
Un día la mujer y no fue el único que lo hizo; dio la comida que tenían para ellos, otro marido le hubiera dicho que mal hecho, él la felicito, la había dado a una familia con niños, y, “hay que hacer bien”; contaba que aquel día habían comido pan con aceite
Acompañaba a su esposa a la iglesia, aunque él como ya dije no fuese creyente, y, cuando ella rezaba el rosario, él guardaba silencio
Dice San Pablo en su 1ª Carta a los Corintios, que el marido infiel, es decir no creyente, se santifica por la esposa creyente; este es un caso claro, este anciano, o este viejo como él quería ser llamado, no odiaba, compartía con los pobres, respetaba la fe de su esposa, y decía que le encantaría creer, y, todo ello porque tenía una esposa que vivía la Fe, pero La Fe viva, o tal vez me equivoque y sea al revés, la esposa podía vivir su Fe, porque su marido, aunque no lo supiese estaba lleno de Dios, creía en él sin saberlo, sólo que en vez de llamarlo Dios, lo llamaba por sus otros nombres, Justicia, Libertad, Amor
En su època el marido era quien mandaba, sí él no quisiera ella hubiera podido hacer muy pocas cosas, y, la mayoría de los maridos cristianos, no consentiría que diese el pan que tenían para comer ellos

Por el tiempo que hace, tuvieron que haber muerto, y, estoy segura aunque por si acaso los recuerdo en la oración, pero estoy segura, de que están o les falta poco para estar en el Cielo, los dos, claro que sí

Sí lo creo porqué eran buenos
Oh no, lo creo porque quien es bueno, es Jesús, y, al Hijo de María y de José, le gustan a su lado, personas como estos viejitos

El hijo pródigo; otra lectura


En la parábola del “Hijo pródigo”; nos solemos quedar con el pequeño, pero en realidad, “ el mayor”, o mediano según el Papa Francisco; es para darle de comer aparte.

Y de bueno nada
Primero. no entendió nada, no se veía como hijo, sino como criado, por eso es incapaz de comer un cordero que es suyo; y es que lo peor que le puede pasar a un hijo es no ser consciente de que lo es; y, llevado a otro plano
Hay una miseria ser hijo de Dios, y, no saberlo; y, no me refiero a ser ateo, hay cristianos que viven llenos de miedo, ven a Dios no como su padre, como su tirano
No hay pecado pequeño, todo daña, no hay actos buenos mejores, todos son igual de necesarios; si todo el bien, es preciso, entre las obras buenas no hay unas mejores que otras, aunque deban tener un orden
Tenemos que empezar por lo pequeño, y no olvidar que todas las criaturas nos necesitamos los seres humanos necesitamos a las demás criaturas, y, nos precisamos entre nosotros; pero por encima de todo, siempre y en primer lugar lo necesitamos a Él, y, Él esta ahi, no falla cuidandonos, como cuida de los gorriones, y, del leoncillo, pero respetandonos siempre, y, por ello no sacando nuestra libertad, aunque sea la imbecilidad de ir gastar la herencia con amigotes, o no comer un cordero del rebaño, ni entrar en la fiesta hecha  para el hermano que ha vuelto
Dios sigue esperando y buscando a cualquiera de los dos hijos, es Amor y; El Amor no se  impone

miércoles, 24 de febrero de 2021

Invitación a comer


Invitación a comer.

En el quinto de oración por La Unidad de los cristianos, el pasado año 2020,  esta era la Reflexión hecha por los cristianos de Malta nos dice

Reflexión
La invitación de Pablo a comer es una exhortación a los que están en la barca a fortalecerse para lo que les espera. Este tomar el pan marca un cambio de actitud, ya que los que están en la barca pasan de la desesperanza al valor. De un modo parecido, la Eucaristía o la Cena del Señor nos provee de pan para el viaje y nos reorienta a la vida en Dios. Nos fortalece. El partir el pan que está a la base de la vida y del culto de la comunidad cristiana nos edifica mientras nos comprometemos con el servicio cristiano. Anhelamos el día en que todos los cristianos podamos compartir en la misma mesa de la Cena del Señor y fortalecernos con un mismo pan y un mismo cáliz.


El objetivo ecuménico es que juntos podamos celebrar La Eucaristía, por ahora nos separan aun grandes cuestiones en este tema

Pero además de La Eucaristía, tenemos otro Pan que comer y compartir La Palabra de Dios, La Biblia,  para todos los cristianos, y, para católicos y ortodoxos. También La Tradición divino- apostólica

Compartámos Las,  y, ofrezcamosle al mundo, mientras seguimos orando al Padre por medio de Jesús, para que nos haga realmente Uno, como ellos son El Uno eterno, y, el mundo acepte a Jesús y, sea salvado.




lunes, 22 de febrero de 2021

Todos atravesaron el mar


Todos atravesaron el mar guiados por la nube, y, todos bebieron la misma vida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que era Cristo
San Pablo, se expresa aquí como un estudioso de la Biblia, entra dentro del texto, y, rompe su literalidad
Toma el texto del Éxodo, y, le da una nueva interpretación rompe con el historicismo
Evidentemente, cuando los judíos salieron de Egipto, Jesús no existía, existía el Verbo, la Segunda Persona de la Trinidad, que es Dios, y, por ello es eterno, como el Padre, y, El Espíritu Santo, la palabra Cristo, Mesías, Cristo es Mesías en griego, y, su significado es el de Ungido; y, naturalmente se refiere a  Jesús en cuanto ungido por la divinidad, el ungido por excelencia
Así que leyendo literalmente el texto, habría que decirle a Pablo, “¿De qué hablas?
Pero claro está, Jesús no existía pero el Verbo sí, y, el Verbo que es eterno presente, en cierto modo ya estaba encarnado, aunque se encarne en el tiempo, porque para Él, no hay tiempo, por eso Jesús, el Hombre Jesús, unido personalmente al Verbo, y, por eso es persona divina,  es Redentor, de todos los hombres de todas las épocas, y, es quien los conduce, al Padre

Los judíos atravesaron el mar, se refiere al mar Rojo, pero también al mar de la vida, que tenemos que cruzar todos
Guiados por la Nube, la Nube simboliza la presencia de Dios, es la que cubre el Arca de la alianza, pero también la que en el Monte de la Transfiguración, envolverá a los discípulos, y, lo que nos quiere decir, es que cuando vamos por la vida, Dios nos guía a todos, buenos, y malos
Perdón regulares, y malos, porque buenos, ya dijo Jesús que no hay
Nos dice además que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y, que la roca era Cristo
En el Éxodo, se habla de una roca, que golpea Moisés, y, da agua  al pueblo, pero esa roca no fue con ellos, las rocas no andan, y, Pablo habla de una “Roca espiritual”; y, como una roca va ser espiritual, no hay  nada más material que una roca
Así que la “roca espiritual”; tiene que ser otra cosa, y, lo es, “El Don de Fortaleza, y, la virtud de Fortaleza”; que los sostiene en la marcha, pero  por qué Dios se la da, pues por los méritos de Cristo, que no existía para el mundo, pero si para Dios que tiene todo presente
Y, a nosotros nos dice, que Dios nos guía por nuestra vida, y, nos da Fuerza, por Cristo, por eso Jesús hablo de quien “Bebiese del agua que manará del”
Agua que salió de su costado herido, y, son los Sacramentos, y, la Iglesia, ahora ya no es símbolo es realidad


Vivir Las Bienaventuranzas


Vivir las Bienaventuranzas

Se podría decir que es la asignatura pendiente, en el viejo catecismo, se mencionaban al final, sin cierto, ni concierto, algunos curas, ni hablaban de ellas, otros decían que eran para monjas y frailes, cosa rara, si las pronuncio un laico consagrado, Jesús de Nazareth

Se hablaba poco, y, mal, no se les daba importancia, sin embargo los santos las vivieron, porque no se puede ser santo, sin vivirlas, son el paso más allá del Decálogo

En la Escritura, hay dos versiones, una más asentada en la tierra, la de Lucas, y, otra más profunda, la de Mateo, las dos se complementan

La primera de Mateo

Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos
Que no quiere decir, que sean bienaventurados, los apocados, los que no tienen espíritu, si no aquellos que no tienen los bienes materiales en su corazón, que no están dispuestos a todo, por el dinero, el prestigio, la fama, y, aquí entran pobres, y, ricos

Lucas, como su Comunidad era pobre, dice sencillamente, “bienaventurados los pobres”
Pero lógicamente, si el pobre lo es a la fuerza, y, está dispuesto a todo, hasta a vender su honra, su espíritu por ser rico, pues, ya no es pobre

Por eso hay ricos, que son pobres en el espíritu, y, pobres que no lo son

El mismo desarrollo, se puede hacer para las otras siete.




Cómo o que tengo que hacer para dejarme guíar por El Espíritu Santo


Cómo hago o tengo que hacer para dejarme guiar por el Espíritu Santo
No, es fácil esta pregunta que me hago, sólo tengo un modo; pedirlo a Dios, orar, dejar que Dios llene mi vida, orar con la Palabra, con La Iglesia, escuchar, la Voz de Dios, frecuentar los Sacramentos, tratar a Jesús, tratar a María, no hay otro, y no creerme nunca llena, ni estar nunca segura de que es Él quien me guía, y no mi propio pensamiento.

sábado, 20 de febrero de 2021

Miedo al Juicio


El  miedo al juicio de Dios, nace de la poca fe, de la poca fe, y, de la fe mal formada, de creer en un dios Júpiter tronante, en un dios justiciero, y, de esto tenían la culpa muchos sacerdotes, muchos predicadores, maestros  padres, que usaban a dios de coco, un dios al acecho para mandar al infierno

No es de extrañar tuviese tantos negadores
Pero ahora nace, de la ignorancia, porque todo el mundo en Occidente puede estudiar la Biblia el Catecismo, y, pensar un poco

Primero, Dios, no nos necesita para nada, yo en cierto modo necesito a mi gato, me hace compañía, y caza ratones.

Dios no, nos precisa, por lo tanto, si nos crea, es porque nos ama, y, es para tenernos con él, no para condenarnos, para eso, no, nos creaba, y, todo resuelto
Segundo. Dios envía a su Hijo a la tierra, a hablarnos de su Amor, a buscarnos, y, lo hace sabiendo, que lo vamos a matar, y, en lugar de condenarnos por ello, nos toma por Hijos, en el Hijo, condenarnos sería anular la muerte de su Hijo, algo absurdo

Tercero. Dios, porque Jesús es Dios, amén de ser humano, viene a la tierra a buscarnos, sabiendo que va acabar en una Cruz, ¿nos va condenar?

Como dice Pablo, ¿Quién nos condenará, Dios que entrego a su Hijo por nosotros? Evidentemente, no es el Primer interesado hablando a lo humano en salvarnos
¿Jesús, que murió y resucito por nosotros? Menos
Pablo es judío, y, aunque es el apóstol de los gentiles se mueve en ambiente judío, y, los judíos, si un hombre salva a otro la vida, es responsable de ese hombre para siempre, así, Jesús es responsable de nosotros

El Juicio de Dios, al que hace mención Jesús, no es un Juicio de condenación, si no que Dios ayuda al hombre, nos ayuda, a que veamos donde le hemos fallado, nos hace ver, que Jesús dio su vida por nosotros, y, que estamos echando por tierra su sacrificio
Es un juicio de salvación

No quiere decir que no exista el infierno, si uno se empeña, en decir “No”, no va estar en el Cielo a la fuerza, sería un infierno peor
Pero ese condenado, lo será por si mismo, porque le da la real gana
Dios es Amor, y, nunca deja de serlo
Las imágenes de dios justiciero, son idolátricas, porque son imágenes de un ídolo


Mis encuentros con Jesús


Mis encuentros con Jesús
En cada rato de oración
En cada Eucaristía
En La Escritura
Pero quiero referirme, a los que he sentido de un modo especial
El primero hace tanto tiempo, casi no lo parece fue por medio de una cristiana evangélica, ella me hablo del amor de Dios, me dijo que más que pensar en ir a Jerusalén, le pidiese que morase en mí, me dijo también que al leer la Biblia invocase el Espíritu Santo, no tomase el  diccionario, y, que le pidiese a Dios me mantuviese en la religión verdadera, lo hice, me escucho.

El segundo  casi cercano a éste, fue en  una vigila de  Pentecostés, en mi parroquia, con D. Antonia Roura, al encender la vela, en el Ciro pascual, sentí que mi Fe, procedía de otros a través de Cristo, y, por mí, pasaba a otros que él era quien nos unía.

El tercero fue orando ante el Sagrario, sentí no de forma física pero si  real que al comulgar, nos hacemos uno, porque Él, está en todos, y, es uno solo

Otra fue en un retiro en casa de Marili, una amiga y compañera de los grupos de Biblia y ecumenismo
En una reunión de Biblia
La última así palpable, en la oración y comida con los hermanos del Ejército de Salvación
Sé que hay encuentros cada día, en cada Eucaristía, cada vez que tomo la Biblia, que oro, que estoy con los demás
Pero estos los sentí de un modo especial.

jueves, 18 de febrero de 2021

Escucha Dios nuestras oraciones


Sí, Jesús dijo que quienes permanezcan en Él, pidan lo que quieran, y, lo recibirán, por qué no siempre es así
No siempre obtenemos lo que pedimos, y, teniendo en cuenta estas palabras de Jesús, o bien,  no se nos concede porque no estamos en Él,  es decir hemos  roto la unión por el pecado; lo que pasa es que sabemos de personas santas, porque lo ha dicho la Iglesia, y, otras en las que se ve la santidad, que les pasa igual
Algún teólogo de la vieja ola, podría decir que se refería a bienes espirituales, al Cielo, pero no es cierto, lo dice bien claro, “lo que quieran”
Uno de la nueva ola; dirá que se refería a la Justicia social, pero la respuesta es la misma que para el primero
Asi que hay que volver a la promesa; y, es cierta  siempre que pidamos con Jesús, Y, por Jesús, esto implica, que lo que pidamos, lo pida Él también, porque si aunque nos parezca bueno, con nuestros criterios terrenos, no es asumido por el Evangelio, no lo vamos obtener
Segundo, lo vamos obtener, pero no cuando queremos, cuando Dios quiera, Jesús, pidió al Padre, lo librase del Cáliz, de la vergüenza de la Cruz, que hizo Dios; no lo libro, en apariencia lo dejo morir en La Cruz, lo dejo morir de forma real; pero qué hizo después, lo resucito, lo sentó a su Derecha, en cuanto Hombre, le puso el mundo a los pies, lo hizo Juez; pues así actúa con nuestras peticiones



domingo, 14 de febrero de 2021

Dios renuncia por Amor


Torosatravesaron el mar guiados por la nube, y, todos bebieron la misma vida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que era Cristo
San Pablo, se expresa aquí como un estudioso de la Biblia, entra dentro del texto, y, rompe su literalidad
Toma el texto del Éxodo, y, le da una nueva interpretación rompe con el historicismo

Evidentemente, cuando los judíos salieron de Egipto, Jesús no existía, existía el Verbo, la Segunda Persona de la Trinidad, que es Dios, y, por ello es eterno, como el Padre, y, El Espíritu Santo, la palabra Cristo, Mesías, Cristo es Mesías en griego, y, su significado es el de Ungido; y, naturalmente se refiere a  Jesús en cuanto ungido por la divinidad, el ungido por excelencia
Así que leyendo literalmente el texto, habría que decirle a Pablo, “¿De qué hablas?

Pero claro está, Jesús no existía pero el Verbo sí, y, el Verbo que es eterno presente, en cierto modo ya estaba encarnado, aunque se encarne en el tiempo, porque para Él, no hay tiempo, por eso Jesús, el Hombre Jesús, unido personalmente al Verbo, y, por eso es persona divina,  es Redentor, de todos los hombres de todas las épocas, y, es quien los conduce, al Padre

Los judíos atravesaron el mar, se refiere al mar Rojo, pero también al mar de la vida, que tenemos que cruzar todos
Guiados por la Nube, la Nube simboliza la presencia de Dios, es la que cubre el Arca de la alianza, pero también la que en el Monte de la Transfiguración, envolverá a los discípulos, y, lo que nos quiere decir, es que cuando vamos por la vida, Dios nos guía a todos, buenos, y malos
Perdón regulares, y malos, porque buenos, ya dijo Jesús que no hay

Nos dice además que bebieron de la roca espiritual que los seguía, y, que la roca era Cristo
En el Éxodo, se habla de una roca, que golpea Moisés, y, da agua  al pueblo, pero esa roca no fue con ellos, las rocas no andan, y, Pablo habla de una “Roca espiritual”; y, como una roca va ser espiritual, no hay  nada más material que una roca

Así que la “roca espiritual”; tiene que ser otra cosa, y, lo es, “El Don de Fortaleza, y, la virtud de Fortaleza”; que los sostiene en la marcha, pero  por qué Dios se la da, pues por los méritos de Cristo, que no existía para el mundo, pero si para Dios que tiene todo presente

Y, a nosotros nos dice, que Dios nos guía por nuestra vida, y, nos da Fuerza, por Cristo, por eso Jesús hablo de quien “Bebiese del agua que manará del”
Agua que salió de su costado herido, y, son los Sacramentos, y, la Iglesia, ahora ya no es símbolo es realidad


En que Dios creemos


¿En qué Dios creemos, a qué Dios alabamos?
Escribo ante el Señor, El Espíritu Santo, esta pregunta de la penitencia, del día 17; se repite en el retiro de hoy; no es casualidad, pero más que, preguntar en qué Dios creemos, y, alabamos, hay que preguntar, en qué dios nos enseñaron a creer, y, si nos enseñaron a alabar a Dios, o, entonar canticos raros, llenos de miedo, a un dios tiránico
No hablo de la familia, porque yo tuve la inmensa suerte, de que se me hablase de un Dios Padre, del “Papá  del Cielo”; que lloraba si no me comía la manzana, que él había hecho, y, pintado tan bonita para mí”; no hablo del dios, del que se nos hablaba en las catequesis; en las predicaciones, en los retiros cuaresmales, y, en los devocionarios, el dios vengativo, el dios acusador, el dios que andaba a la zaga, para ver donde podía pillarte, y, mandarte al infierno, que más que odiarnos, parecía, odiar a Jesús, pues anulaba su muerte en Cruz; claro que el mismo Jesús, no se libraba, como su Abba, de semejante blasfemia; la confesión más que arrepentimiento, dolor por herir el corazón de un Padre, era miedo al infierno, a Dios le importaba, como si no lo supiese las veces, que tal pecado, se había cometido
Si el dolor, la desgracia, la enfermedad, aparecían en la vida de uno, y, tarde o temprano, directa, o, indirectamente, aparecen siempre, la culpa, era nuestra, por pecadores nos castigaba Dios, con lo que se nos pedía resignación, que tiene de cristiano, “la r”; uno aguantaba, tenía que aguantar injusticias, por Dios, como si Dios, quisiera la injusticia, que es lo mismo, que decir el pecado, contra la injustica hay que luchar, y, revelarse, por Dios, y, por quien la comete, que sigue siendo hermano, la enfermedad no viene de Dios, si no de virus, microbios; y, de usar mal las cosas de Dios
Pero no acababa ahí, si el dolor, y, todo lo anterior le pasaba a una persona inocente, buena, un niño etc., Dios lo estaba probando
La verdad ese dios era un peligro, no me extraña que tantos lo nieguen, porque es un dios más falso, que el billete de 30 €
En cuanto a alabar no, se nos enseñó a alabar a Dios, espontáneamente, porque nuestra religión tenía que ser oficial perfecta, cuadriculada, a esto recuerdo, lo dicho por el Papa Francisco, “El Rey David, se salta las normas, y, alaba a Yahvé baila, danza, ante el Arca; la reina Micol, su esposa, la hija de Saúl, se enoja, el Rey, no ha actuado bien, no fue prudente, dio mal ejemplo, y, Micol, se volvió estéril; por otro lado, nos recuerda Francisco, Sara, a sus 90 años salta de alegría, porque ha sido madre; y, concluye el Papa, Micol, muere estéril, porque la religión oficializada, que no se sale de sus esquemas, que no alaba, es estéril, no da fruto, mientras que la que siente a Dios a su lado, la que lo alaba da fruto, no importa que uno sea viejo, con Dios rejuvenece
Segunda parte
Mi imagen de dios, mi imagen de Dios
Pese a lo enseñado en casa, las homilías, devocionarios etc, durante un tiempo, me dieron la imagen de un dios, a mi servicio, pero que tenía poder para mandarme al infierno
Un dios, al que si yo quería algo, tenía que cumplir con él; unos ritos vacíos, que si me confesaba de no haber ido a Misa, no importaba, el por qué, ni que me doliese, haber le dado plantón, si no las veces que había faltado, como si eso  agrandase, o disminuyese el pecado, un dios al que había que amar pero también tenerle miedo, aunque le llamasen temor, era miedo, y, no revelarte, esto nunca lo cumplí, pero eso sí, estaba mal, y, había que decirlo al confesor
Lina Morgan, que está en los Cielos; porque Dios es su Padre, la genial Lina Morgan, dijo en una entrevista, hablando de su fe sencilla, que a veces, ella, regañaba a Dios, le decía, “¿Pero, cómo puedes hacerme, esto..?; el periodista me dio escandalizado, le pregunto, como era posible, y, ella le respondió, si me quejo a mi padre de la tierra, porque no lo voy hacer al del Cielo
Y, otro gran hombre, que también está en el Cielo, por lo mismo que Lina Morgan, “Chanquete”; decía, Dios no es un viejo, Dios es un Niño, porque es eterno, y, por Él no pasa el tiempo, Dios juega, con nosotros, es travieso
Y, San Josemaría, el Fundador del Opus Dei, dice en Camino, “Dios juega con nosotros”
Esto, lo que había aprendido en casa, mi madre, la oración con la Biblia, antes de estudiarla, y, saber que no sé nada, cambiaron mi imagen de dios, por la de Dios, un Dios que es Padre, Madre, Tio, Tia, Amigo, Hermano, que lo es todo, un Dios que no es policía que vigile, si no Padre, Madraza, que cuida, que se abaja hasta mí, con él que me enfado, y, Él no se enfada conmigo, porque soy su criatura, su nena, y, no tendría sentido, que no quiere el dolor, ni la injusticia, pero hizo al hombre libre, y, no puede hacer nada, su Amor le lleva a no poder usar su Omnipotencia, un Dios que me habla por la Escritura, por la Iglesia, por las personas, amigos, y, conocidos, creyentes, y, no creyentes, con sus vidas, con sus voces, que me habla por los animales, las plantas, un Dios que no me saca las castañas del fuego, pero me recuerda que las debo sacar, y, si no las saco, no se enoja, se ríe conmigo de que se hallan quemado
Un Dios Abba, Papá, el Dios de mi Hermano Jesús




viernes, 12 de febrero de 2021

Reconciliados entre nosotros por La Unidad


Reconciliándonos entre nosotros por La Unidad
El 3º día del Octavario del año pasado, esta era la reflexión

Reflexión
Como cristianos pertenecientes a Iglesias y tradiciones que no están plenamente reconciliadas unas con otras, frecuentemente nos desanimamos por la falta de avance en nuestra caminar hacia la unidad visible. Incluso algunos han abandonado toda esperanza y ven esta unidad como un ideal inalcanzable. Otros ni siquiera ven la unidad como parte necesaria de su fe cristiana. Recemos por el don de la unidad visible con fe perseverante, paciencia constante y esperanza firme, confiando en la providencia amorosa de Dios. La unidad es la petición del Señor para la Iglesia y él nos acompaña en este viaje, por eso no dejará que nos extraviemos.

Debemos seguir orando y actuando juntos, combatiendo el Mal, buscando y procurando el Bien, como dice la Reflexión no estamos solos y, hemos avanzado mucho, pero como diría San Pablo, nosotros solos no, nosotros con el Señor, acostumbremonos a poner por delante el ser cristiano, y, luego el nombre de nuestra Iglesia o Comunidad, pues quien salva es Cristo, por ello lo que cuenta es ser cristiano, y, Él ora con nosotros pidiendo al Padre nos de la plena Unidad en La Iglesia que es su Cuerpo. Para que seamos plenamente uno, y, el mundo crea y sea salvado, para Gloria de Dios.

Oración
Dios de misericordia, perdidos y desalentados nos volvemos hacia ti. Infunde en nosotros el don de la esperanza. Que nuestras Iglesias esperen y se esfuercen por la unidad por la que oró tu Hijo en la víspera de su pasión. Te lo pedimos por Jesucristo que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén
  

Ver a los demás como los ve Dios


Ver a los demás como los ve Dios sin prejuicios
Los cristianos tenemos que aprender, a ver a las demás personas, y, por supuesto en primer lugar, a los que como nosotros son cristianos, aunque no sean de nuestra Iglesia, sin prejuicios
Es decir sin considerarnos unas joyas, todo lo nuestro es bueno, y, lo de fuera malo, porque no es así, ver todo lo bueno que tienen los demás, las otras Iglesias, y, que comparten con la mía, de lo que no comparten respetar, dar gracias
No echar culpas de siglos o años pasados, solo hay un pecado original, los demás no se heredan, pero estar dispuestos al diálogo y al perdón, aunque no seamos realmente culpables. 
No poner en el caso de los católicos todos los dogmas a la misma altura,  saber explicar lo que nos parezca un ataque, porque aunque sea cierto en nuestro caso, y, en el de nuestra Iglesia en su conjunto no quiere decir que lo sea siempre
Escuchar, leer, orar con otros cristianos, claro que para ello,  hay que tener la Fe al día, la Fe y, la oración y no andar con "4 esquinitas, y el perejil  a San Pancracio", con eso claro, insultamos, y, es que nuestra fe no será tal, de cristianos solo tendremos el carisma del bautismo

miércoles, 10 de febrero de 2021

Confianza en El Señor


Confianza en el Señor

Era el Salmo del 3º día del Octavario del año 2020

Hoy me quedo con el Salmo propuesto el 27

El Señor es mi Luz y mi salvación 
¿A quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida
¿Quién me hará temblar?

Cuando se alzan contra mi los malvados 
Para devorar mi carne
Son ellos mis enemigos
Los que tropiezan y caen

Aunque acampe contra mi un ejercito
Nada temo
Aunque estalle la guerra contra mí
Seguiré confiando-

Una sola cosa pido al Señor
Eso procuro
Vivir en La Casa del Señor
Todos los días de mi vida
Para gozar de la dulzura del Señor
Contemplando su Templo

Él me guarecerá en su  en el peligro
Me ocultará bajo el amparo de su carpa
Me afirmara sobre roca

Por eso tengo erguida la cabeza
Frente al enemigo
Ofreceré en tu  sacrificios de alabanza
Cantaré himnos al Señor

Escúchame, Señor yo te invoco a gritos
Respóndeme
Dijiste a mi corazón
Buscad mi rostro
y, yo Tu Rostro busco, Señor
No lo alejes de mí
No alejes con ira a tu servidor
Tú que eres mi auxilio
No me dejes ni me abandones
Dios Salvador mío

Aunque mi padre y mi madre me abandonen
El Señor me acogerá
Indícame Señor tu camino 
y guíame por el sendero llano  
Porque tengo muchos enemigos

No me entregues a la ira de mis adversarios 
Porque se levantan contra mi falsos testigos
Hombres que respiran violencia

Yo quiero contemplar la bondad del Señor
En la tierra de los que viven

Espera en el Señor
Se valiente ten ánimo

Espera en el Señor.

Es un Salmo de Esperanza y de Confianza en Dios, que todos los cristianos podemos hacer nuestro, es un salmo realista, y, debe serlo para nosotros, tenemos muchos enemigos, para ser cristianos para buscar La Unidad, a veces nosotros mismos, pero sabemos que nuestro Dios está con nosotros, que El Emmanuel quiere lo mismo, y que por sus méritos los que ya llegaron a la meta ya lo alaban juntos, porque en el Cielo no hay divisiones.

Confianza en el Señor

Era el Salmo del 3º día del Octavario del año 2020

Hoy me quedo con el Salmo propuesto el 27

El Señor es mi Luz y mi salvación 
¿A quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida
¿Quién me hará temblar?

Cuando se alzan contra mi los malvados 
Para devorar mi carne
Son ellos mis enemigos
Los que tropiezan y caen

Aunque acampe contra mi un ejercito
Nada temo
Aunque estalle la guerra contra mí
Seguiré confiando-

Una sola cosa pido al Señor
Eso procuro
Vivir en La Casa del Señor
Todos los días de mi vida
Para gozar de la dulzura del Señor
Contemplando su Templo

Él me guarecerá en su  en el peligro
Me ocultará bajo el amparo de su carpa
Me afirmara sobre roca

Por eso tengo erguida la cabeza
Frente al enemigo
Ofreceré en tu  sacrificios de alabanza
Cantaré himnos al Señor

Escúchame, Señor yo te invoco a gritos
Respóndeme
Dijiste a mi corazón
Buscad mi rostro
y, yo Tu Rostro busco, Señor
No lo alejes de mí
No alejes con ira a tu servidor
Tú que eres mi auxilio
No me dejes ni me abandones
Dios Salvador mío

Aunque mi padre y mi madre me abandonen
El Señor me acogerá
Indícame Señor tu camino 
y guíame por el sendero llano  
Porque tengo muchos enemigos

No me entregues a la ira de mis adversarios 
Porque se levantan contra mí falsos testigos
Hombres que respiran violencia

Yo quiero contemplar la bondad del Señor
En la tierra de los que viven

Espera en el Señor
Sé valiente ten ánimo

Espera en el Señor.

Es un Salmo de Esperanza y de Confianza en Dios, que todos los cristianos podemos hacer nuestro, es un salmo realista, y, debe serlo para nosotros, tenemos muchos enemigos, para ser cristianos para buscar La Unidad, a veces nosotros mismos, pero sabemos que nuestro Dios está con nosotros, que El Emmanuel quiere lo mismo, y que por sus méritos los que ya llegaron a la meta ya lo alaban juntos, porque en el Cielo no hay divisiones.


Jesús intercedio e intercede por nosotros


Jesús intercedió e intercede por nosotros

Jesús esta vivo, y, ora, habla con el Padre, y, le pide por nosotros por cada uno, le muestra sus llagas gloriosas, se las muestra así mismo

Jesús nos tiene muy presentes, porque le costamos cada gota de su Sangre

Nos ha unido a Él haciéndonos en Él un solo Cuerpo, llamado Iglesia

Le duelen nuestras divisiones, Él es el primero en orar por nuestra Unidad, porque nuestras separaciones hieren su Cuerpo, rasgan su Túnica inconsútil.

Y, Él no se para en si somos católicos, anglicanos, luteranos, Jesús ora por todos los cristianos, que nos llamamos a sí por ser propiedad suya, comprada a precio de Sangre


lunes, 8 de febrero de 2021

Mensaje del Santo Padre Francisco para la XLIX Jornada mundial de La Paz año 2016


MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA XLIX JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2016
Vence la indiferencia y conquista la paz
1.Dios no es indiferente. A Dios le importa la humanidad, Dios no la abandona.
Al comienzo del nuevo año, quisiera acompañar con esta profunda convicción los mejores deseos de abundantes bendiciones y de paz, en el signo de la esperanza, para el futuro de cada hombre y cada mujer, de cada familia, pueblo y nación del mundo, así como para los Jefes de Estado y de Gobierno y de los Responsables de las religiones. Por tanto, no perdamos la esperanza de que 2016 nos encuentre a todos firme y confiadamente comprometidos, en realizar la justicia y trabajar por la paz en los diversos ámbitos. Sí, la paz es don de Dios y obra de los hombres. La paz es don de Dios, pero confiado a todos los hombres y a todas las mujeres, llamados a llevarlo a la práctica.

Custodiar las razones de la esperanza
2. Las guerras y los atentados terroristas, con sus trágicas consecuencias, los secuestros de personas, las persecuciones por motivos étnicos o religiosos, las prevaricaciones, han marcado de hecho el año pasado, de principio a fin, multiplicándose dolorosamente en muchas regiones del mundo, hasta asumir las formas de la que podría llamar una «tercera guerra mundial en fases». Pero algunos acontecimientos de los años pasados y del año apenas concluido me invitan, en la perspectiva del nuevo año, a renovar la exhortación a no perder la esperanza en la capacidad del hombre de superar el mal, con la gracia de Dios, y a no caer en la resignación y en la indiferencia. Los acontecimientos a los que me refiero representan la capacidad de la humanidad de actuar con solidaridad, más allá de los intereses individualistas, de la apatía y de la indiferencia ante las situaciones críticas.

Quisiera recordar entre dichos acontecimientos el esfuerzo realizado para favorecer el encuentro de los líderes mundiales en el ámbito de la COP 21, con la finalidad de buscar nuevas vías para afrontar los cambios climáticos y proteger el bienestar de la Tierra, nuestra casa común. Esto nos remite a dos eventos precedentes de carácter global: La Conferencia Mundial de Addis Abeba para recoger fondos con el objetivo de un desarrollo sostenible del mundo, y la adopción por parte de las Naciones Unidas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con el objetivo de asegurar para ese año una existencia más digna para todos, sobre todo para las poblaciones pobres del planeta.

El año 2015 ha sido también especial para la Iglesia, al haberse celebrado el 50 aniversario de la publicación de dos documentos del Concilio Vaticano II que expresan de modo muy elocuente el sentido de solidaridad de la Iglesia con el mundo. El papa Juan XXIII, al inicio del Concilio, quiso abrir de par en par las ventanas de la Iglesia para que fuese más abierta la comunicación entre ella y el mundo. 

Los dos documentos, Nostra aetate y Gaudium et spes, son expresiones emblemáticas de la nueva relación de diálogo, solidaridad y acompañamiento que la Iglesia pretendía introducir en la humanidad. 
En la Declaración Nostra aetate, la Iglesia ha sido llamada a abrirse al diálogo con las expresiones religiosas no cristianas. En la Constitución pastoral Gaudium et spes, desde el momento que «los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo»[1], la Iglesia deseaba instaurar un diálogo con la familia humana sobre los problemas del mundo, como signo de solidaridad y de respetuoso afecto[2].

En esta misma perspectiva, con el Jubileo de la Misericordia, deseo invitar a la Iglesia a rezar y trabajar para que todo cristiano pueda desarrollar un corazón humilde y compasivo, capaz de anunciar y testimoniar la misericordia, de «perdonar y de dar», de abrirse «a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea», sin caer «en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye»[3].

Hay muchas razones para creer en la capacidad de la humanidad que actúa conjuntamente en solidaridad, en el reconocimiento de la propia interconexión e interdependencia, preocupándose por los miembros más frágiles y la protección del bien común. Esta actitud de corresponsabilidad solidaria está en la raíz de la vocación fundamental a la fraternidad y a la vida común. La dignidad y las relaciones interpersonales nos constituyen como seres humanos, queridos por Dios a su imagen y semejanza. Como creaturas dotadas de inalienable dignidad, nosotros existimos en relación con nuestros hermanos y hermanas, ante los que tenemos una responsabilidad y con los cuales actuamos en solidariedad. Fuera de esta relación, seríamos menos humanos. Precisamente por eso, la indiferencia representa una amenaza para la familia humana. Cuando nos encaminamos por un nuevo año, deseo invitar a todos a reconocer este hecho, para vencer la indiferencia y conquistar la paz.

Algunas formas de indiferencia
3. Es cierto que la actitud del indiferente, de quien cierra el corazón para no tomar en consideración a los otros, de quien cierra los ojos para no ver aquello que lo circunda o se evade para no ser tocado por los problemas de los demás, caracteriza una tipología humana bastante difundida y presente en cada época de la historia. Pero en nuestros días, esta tipología ha superado decididamente el ámbito individual para asumir una dimensión global y producir el fenómeno de la «globalización de la indiferencia».

La primera forma de indiferencia en la sociedad humana es la indiferencia ante Dios, de la cual brota también la indiferencia ante el prójimo y ante lo creado. Esto es uno de los graves efectos de un falso humanismo y del materialismo práctico, combinados con un pensamiento relativista y nihilista. El hombre piensa ser el autor de sí mismo, de la propia vida y de la sociedad; se siente autosuficiente; busca no sólo reemplazar a Dios, sino prescindir completamente de él. Por consiguiente, cree que no debe nada a nadie, excepto a sí mismo, y pretende tener sólo derechos[4]. Contra esta autocomprensión errónea de la persona, Benedicto XVI recordaba que ni el hombre ni su desarrollo son capaces de darse su significado último por sí mismo[5]; y, precedentemente, Pablo VI había afirmado que «no hay, pues, más que un humanismo verdadero que se abre a lo Absoluto, en el reconocimiento de una vocación, que da la idea verdadera de la vida humana»[6].
La indiferencia ante el prójimo asume diferentes formas. Hay quien está bien informado, escucha la radio, lee los periódicos o ve programas de televisión, pero lo hace de manera frívola, casi por mera costumbre: estas personas conocen vagamente los dramas que afligen a la humanidad pero no se sienten comprometidas, no viven la compasión. Esta es la actitud de quien sabe, pero tiene la mirada, la mente y la acción dirigida hacia sí mismo. Desgraciadamente, debemos constatar que el aumento de las informaciones, propias de nuestro tiempo, no significa de por sí un aumento de atención a los problemas, si no va acompañado por una apertura de las conciencias en sentido solidario[7]. Más aún, esto puede comportar una cierta saturación que anestesia y, en cierta medida, relativiza la gravedad de los problemas. «Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una “educación” que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones—, cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes»[8].
La indiferencia se manifiesta en otros casos como falta de atención ante la realidad circunstante, especialmente la más lejana. Algunas personas prefieren no buscar, no informarse y viven su bienestar y su comodidad indiferentes al grito de dolor de la humanidad que sufre. Casi sin darnos cuenta, nos hemos convertido en incapaces de sentir compasión por los otros, por sus dramas; no nos interesa preocuparnos de ellos, como si aquello que les acontece fuera una responsabilidad que nos es ajena, que no nos compete[9]. «Cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien»[10].
Al vivir en una casa común, no podemos dejar de interrogarnos sobre su estado de salud, como he intentado hacer en la Laudato si’. La contaminación de las aguas y del aire, la explotación indiscriminada de los bosques, la destrucción del ambiente, son a menudo fruto de la indiferencia del hombre respecto a los demás, porque todo está relacionado. Como también el comportamiento del hombre con los animales influye sobre sus relaciones con los demás[11], por no hablar de quien se permite hacer en otra parte aquello que no osa hacer en su propia casa[12].

En estos y en otros casos, la indiferencia provoca sobre todo cerrazón y distanciamiento, y termina de este modo contribuyendo a la falta de paz con Dios, con el prójimo y con la creación.
La paz amenazada por la indiferencia globalizada

4. La indiferencia ante Dios supera la esfera íntima y espiritual de cada persona y alcanza a la esfera pública y social. Como afirmaba Benedicto XVI, «existe un vínculo íntimo entre la glorificación de Dios y la paz de los hombres sobre la tierra»[13]. En efecto, «sin una apertura a la trascendencia, el hombre cae fácilmente presa del relativismo, resultándole difícil actuar de acuerdo con la justicia y trabajar por la paz»[14]. El olvido y la negación de Dios, que llevan al hombre a no reconocer alguna norma por encima de sí y a tomar solamente a sí mismo como norma, han producido crueldad y violencia sin medida[15].

En el plano individual y comunitario, la indiferencia ante el prójimo, hija de la indiferencia ante Dios, asume el aspecto de inercia y despreocupación, que alimenta el persistir de situaciones de injusticia y grave desequilibrio social, los cuales, a su vez, pueden conducir a conflictos o, en todo caso, generar un clima de insatisfacción que corre el riesgo de terminar, antes o después, en violencia e inseguridad.
En este sentido la indiferencia, y la despreocupación que se deriva, constituyen una grave falta al deber que tiene cada persona de contribuir, en la medida de sus capacidades y del papel que desempeña en la sociedad, al bien común, de modo particular a la paz, que es uno de los bienes más preciosos de la humanidad[16].

Cuando afecta al plano institucional, la indiferencia respecto al otro, a su dignidad, a sus derechos fundamentales y a su libertad, unida a una cultura orientada a la ganancia y al hedonismo, favorece, y a veces justifica, actuaciones y políticas que terminan por constituir amenazas a la paz. Dicha actitud de indiferencia puede llegar también a justificar algunas políticas económicas deplorables, premonitoras de injusticias, divisiones y violencias, con vistas a conseguir el bienestar propio o el de la nación. En efecto, no es raro que los proyectos económicos y políticos de los hombres tengan como objetivo conquistar o mantener el poder y la riqueza, incluso a costa de pisotear los derechos y las exigencias fundamentales de los otros. Cuando las poblaciones se ven privadas de sus derechos elementares, como el alimento, el agua, la asistencia sanitaria o el trabajo, se sienten tentadas a tomárselos por la fuerza[17].

Además, la indiferencia respecto al ambiente natural, favoreciendo la deforestación, la contaminación y las catástrofes naturales que desarraigan comunidades enteras de su ambiente de vida, forzándolas a la precariedad y a la inseguridad, crea nuevas pobrezas, nuevas situaciones de injusticia de consecuencias a menudo nefastas en términos de seguridad y de paz social. ¿Cuántas guerras ha habido y cuántas se combatirán aún a causa de la falta de recursos o para satisfacer a la insaciable demanda de recursos naturales?[18]

De la indiferencia a la misericordia: la conversión del corazón
5. Hace un año, en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz «no más esclavos, sino hermanos», me referí al primer icono bíblico de la fraternidad humana, la de Caín y Abel (cf. Gn 4,1-16), y lo hice para llamar la atención sobre el modo en que fue traicionada esta primera fraternidad. Caín y Abel son hermanos. Provienen los dos del mismo vientre, son iguales en dignidad, y creados a imagen y semejanza de Dios; pero su fraternidad creacional se rompe. «Caín, además de no soportar a su hermano Abel, lo mata por envidia cometiendo el primer fratricidio»[19]. El fratricidio se convierte en paradigma de la traición, y el rechazo por parte de Caín a la fraternidad de Abel es la primera ruptura de las relaciones de hermandad, solidaridad y respeto mutuo.

Dios interviene entonces para llamar al hombre a la responsabilidad ante su semejante, como hizo con Adán y Eva, los primeros padres, cuando rompieron la comunión con el Creador. «El Señor dijo a Caín: “Dónde está Abel, tu hermano? Respondió Caín: “No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?”. El Señor le replicó: ¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo”» (Gn 4,9-10).

Caín dice que no sabe lo que le ha sucedido a su hermano, dice que no es su guardián. No se siente responsable de su vida, de su suerte. No se siente implicado. Es indiferente ante su hermano, a pesar de que ambos estén unidos por el mismo origen. ¡Qué tristeza! ¡Qué drama fraterno, familiar, humano! Esta es la primera manifestación de la indiferencia entre hermanos. En cambio, Dios no es indiferente: la sangre de Abel tiene gran valor ante sus ojos y pide a Caín que rinda cuentas de ella. Por tanto, Dios se revela desde el inicio de la humanidad como Aquel que se interesa por la suerte del hombre. Cuando más tarde los hijos de Israel están bajo la esclavitud en Egipto, Dios interviene nuevamente. Dice a Moisés: «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores; conozco sus sufrimientos. He bajado a liberarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel» (Ex 3,7-8). Es importante destacar los verbos que describen la intervención de Dios: Él ve, oye, conoce, baja, libera. Dios no es indiferente. Está atento y actúa.
Del mismo modo, Dios, en su Hijo Jesús, ha bajado entre los hombres, se ha encarnado y se ha mostrado solidario con la humanidad en todo, menos en el pecado. Jesús se identificaba con la humanidad: «el primogénito entre muchos hermanos» (Rm8,29). Él no se limitaba a enseñar a la muchedumbre, sino que se preocupaba de ella, especialmente cuando la veía hambrienta (cf. Mc 6,34-44) o desocupada (cf. Mt 20,3). Su mirada no estaba dirigida solamente a los hombres, sino también a los peces del mar, a las aves del cielo, a las plantas y a los árboles, pequeños y grandes: abrazaba a toda la creación. Ciertamente, él ve, pero no se limita a esto, puesto que toca a las personas, habla con ellas, actúa en su favor y hace el bien a quien se encuentra en necesidad. No sólo, sino que se deja conmover y llora (cf. Jn 11,33-44). Y actúa para poner fin al sufrimiento, a la tristeza, a la miseria y a la muerte.

Jesús nos enseña a ser misericordiosos como el Padre (cf. Lc 6,36). En la parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,29-37) denuncia la omisión de ayuda frente a la urgente necesidad de los semejantes: «lo vio y pasó de largo» (cf. Lc 6,31.32). De la misma manera, mediante este ejemplo, invita a sus oyentes, y en particular a sus discípulos, a que aprendan a detenerse ante los sufrimientos de este mundo para aliviarlos, ante las heridas de los demás para curarlas, con los medios que tengan, comenzando por el propio tiempo, a pesar de tantas ocupaciones. En efecto, la indiferencia busca a menudo pretextos: el cumplimiento de los preceptos rituales, la cantidad de cosas que hay que hacer, los antagonismos que nos alejan los unos de los otros, los prejuicios de todo tipo que nos impiden hacernos prójimo.
La misericordia es el corazón de Dios. Por ello debe ser también el corazón de todos los que se reconocen miembros de la única gran familia de sus hijos; un corazón que bate fuerte allí donde la dignidad humana —reflejo del rostro de Dios en sus creaturas— esté en juego. Jesús nos advierte: el amor a los demás —los extranjeros, los enfermos, los encarcelados, los que no tienen hogar, incluso los enemigos— es la medida con la que Dios juzgará nuestras acciones. De esto depende nuestro destino eterno. No es de extrañar que el apóstol Pablo invite a los cristianos de Roma a alegrarse con los que se alegran y a llorar con los que lloran (cf.Rm 12,15), o que aconseje a los de Corinto organizar colectas como signo de solidaridad con los miembros de la Iglesia que sufren (cf. 1 Co 16,2-3). Y san Juan escribe: «Si uno tiene bienes del mundo y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios?» (1 Jn 3,17; cf. St 2,15-16).

Por eso «es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia»[20].

También nosotros estamos llamados a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida, un estilo de comportamiento en nuestras relaciones de los unos con los otros[21]. Esto pide la conversión del corazón: que la gracia de Dios transforme nuestro corazón de piedra en un corazón de carne (cf. Ez 36,26), capaz de abrirse a los otros con auténtica solidariedad.
Esta es mucho más que un «sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas»[22]. La solidaridad «es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos»[23], porque la compasión surge de la fraternidad.
Así entendida, la solidaridad constituye la actitud moral y social que mejor responde a la toma de conciencia de las heridas de nuestro tiempo y de la innegable interdependencia que aumenta cada vez más, especialmente en un mundo globalizado, entre la vida de la persona y de su comunidad en un determinado lugar, así como la de los demás hombres y mujeres del resto del mundo[24].

Promover una cultura de solidaridad y misericordia para vencer la indiferencia
6. La solidaridad como virtud moral y actitud social, fruto de la conversión personal, exige el compromiso de todos aquellos que tienen responsabilidades educativas y formativas.
En primer lugar me dirijo a las familias, llamadas a una misión educativa primaria e imprescindible. Ellas constituyen el primer lugar en el que se viven y se transmiten los valores del amor y de la fraternidad, de la convivencia y del compartir, de la atención y del cuidado del otro. Ellas son también el ámbito privilegiado para la transmisión de la fe desde aquellos primeros simples gestos de devoción que las madres enseñan a los hijos
Los educadores y los formadores que, en la escuela o en los diferentes centros de asociación infantil y juvenil, tienen la ardua tarea de educar a los niños y jóvenes, están llamados a tomar conciencia de que su responsabilidad tiene que ver con las dimensiones morales, espirituales y sociales de la persona. Los valores de la libertad, del respeto recíproco y de la solidaridad se transmiten desde la más tierna infancia. Dirigiéndose a los responsables de las instituciones que tienen responsabilidades educativas, Benedicto XVI afirmaba: «Que todo ambiente educativo sea un lugar de apertura al otro y a lo transcendente; lugar de diálogo, de cohesión y de escucha, en el que el joven se sienta valorado en sus propias potencialidades y riqueza interior, y aprenda a apreciar a los hermanos. Que enseñe a gustar la alegría que brota de vivir día a día la caridad y la compasión por el prójimo, y de participar activamente en la construcción de una sociedad más humana y fraterna
Quienes se dedican al mundo de la cultura y de los medios de comunicación social tienen también una responsabilidad en el campo de la educación y la formación, especialmente en la sociedad contemporánea, en la que el acceso a los instrumentos de formación y de comunicación está cada vez más extendido. Su cometido es sobre todo el de ponerse al servicio de la verdad y no de intereses particulares. En efecto, los medios de comunicación «no sólo informan, sino que también forman el espíritu de sus destinatarios y, por tanto, pueden dar una aportación notable a la educación de los jóvenes. Es importante tener presente que los lazos entre educación y comunicación son muy estrechos: en efecto, la educación se produce mediante la comunicación, que influye positiva o negativamente en la formación de la persona»
 Quienes se ocupan de la cultura y los medios deberían también vigilar para que el modo en el que se obtienen y se difunden las informaciones sea siempre jurídicamente y moralmente lícito.
La paz: fruto de una cultura de solidariedad, misericordia y compasión
7. Conscientes de la amenaza de la globalización de la indiferencia, no podemos dejar de reconocer que, en el escenario descrito anteriormente, se dan también numerosas iniciativas y acciones positivas que testimonian la compasión, la misericordia y la solidaridad de las que el hombre es capaz.
Quisiera recordar algunos ejemplos de actuaciones loables, que demuestran cómo cada uno puede vencer la indiferencia si no aparta la mirada de su prójimo, y que constituyen buenas prácticas en el camino hacia una sociedad más humana.
Hay muchas organizaciones no gubernativas y asociaciones caritativas dentro de la Iglesia, y fuera de ella, cuyos miembros, con ocasión de epidemias, calamidades o conflictos armados, afrontan fatigas y peligros para cuidar a los heridos y enfermos, como también para enterrar a los difuntos. Junto a ellos, deseo mencionar a las personas y a las asociaciones que ayudan a los emigrantes que atraviesan desiertos y surcan los mares en busca de mejores condiciones de vida. Estas acciones son obras de misericordia, corporales y espirituales, sobre las que seremos juzgados al término de nuestra vida.
Me dirijo también a los periodistas y fotógrafos que informan a la opinión pública sobre las situaciones difíciles que interpelan las conciencias, y a los que se baten en defensa de los derechos humanos, sobre todo de las minorías étnicas y religiosas, de los pueblos indígenas, de las mujeres y de los niños, así como de todos aquellos que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad. Entre ellos hay también muchos sacerdotes y misioneros que, como buenos pastores, permanecen junto a sus fieles y los sostienen a pesar de los peligros y dificultades, de modo particular durante los conflictos armados.
Además, numerosas familias, en medio de tantas dificultades laborales y sociales, se esfuerzan concretamente en educar a sus hijos «contracorriente», con tantos sacrificios, en los valores de la solidaridad, la compasión y la fraternidad. Muchas familias abren sus corazones y sus casas a quien tiene necesidad, como los refugiados y los emigrantes. Deseo agradecer particularmente a todas las personas, las familias, las parroquias, las comunidades religiosas, los monasterios y los santuarios, que han respondido rápidamente a mi llamamiento a acoger una familia de refugiados[28].

Por último, deseo mencionar a los jóvenes que se unen para realizar proyectos de solidaridad, y a todos aquellos que abren sus manos para ayudar al prójimo necesitado en sus ciudades, en su país o en otras regiones del mundo. Quiero agradecer y animar a todos aquellos que se trabajan en acciones de este tipo, aunque no se les dé publicidad: su hambre y sed de justicia será saciada, su misericordia hará que encuentren misericordia y, como trabajadores de la paz, serán llamados hijos de Dios (cf. Mt 5,6-9).

La paz en el signo del Jubileo de la Misericordia
8. En el espíritu del Jubileo de la Misericordia, cada uno está llamado a reconocer cómo se manifiesta la indiferencia en la propia vida, y a adoptar un compromiso concreto para contribuir a mejorar la realidad donde vive, a partir de la propia familia, de su vecindario o el ambiente de trabajo.
Los Estados están llamados también a hacer gestos concretos, actos de valentía para con las personas más frágiles de su sociedad, como los encarcelados, los emigrantes, los desempleados y los enfermos.

Por lo que se refiere a los detenidos, en muchos casos es urgente que se adopten medidas concretas para mejorar las condiciones de vida en las cárceles, con una atención especial para quienes están detenidos en espera de juicio[29], teniendo en cuenta la finalidad reeducativa de la sanción penal y evaluando la posibilidad de introducir en las legislaciones nacionales penas alternativas a la prisión. En este contexto, deseo renovar el llamamiento a las autoridades estatales para abolir la pena de muerte allí donde está todavía en vigor, y considerar la posibilidad de una amnistía.
Respecto a los emigrantes, quisiera dirigir una invitación a repensar las legislaciones sobre los emigrantes, para que estén inspiradas en la voluntad de acogida, en el respeto de los recíprocos deberes y responsabilidades, y puedan facilitar la integración de los emigrantes. En esta perspectiva, se debería prestar una atención especial a las condiciones de residencia de los emigrantes, recordando que la clandestinidad corre el riesgo de arrastrarles a la criminalidad.

Deseo, además, en este Año jubilar, formular un llamamiento urgente a los responsables de los Estados para hacer gestos concretos en favor de nuestros hermanos y hermanas que sufren por la falta de trabajo, tierra y techo. Pienso en la creación de puestos de trabajo digno para afrontar la herida social de la desocupación, que afecta a un gran número de familias y de jóvenes y tiene consecuencias gravísimas sobre toda la sociedad. La falta de trabajo incide gravemente en el sentido de dignidad y en la esperanza, y puede ser compensada sólo parcialmente por los subsidios, si bien necesarios, destinados a los desempleados y a sus familias. Una atención especial debería ser dedicada a las mujeres —desgraciadamente todavía discriminadas en el campo del trabajo— y a algunas categorías de trabajadores, cuyas condiciones son precarias o peligrosas y cuyas retribuciones no son adecuadas a la importancia de su misión social.

Por último, quisiera invitar a realizar acciones eficaces para mejorar las condiciones de vida de los enfermos, garantizando a todos el acceso a los tratamientos médicos y a los medicamentos indispensables para la vida, incluida la posibilidad de atención domiciliaria.

Los responsables de los Estados, dirigiendo la mirada más allá de las propias fronteras, también están llamados e invitados a renovar sus relaciones con otros pueblos, permitiendo a todos, a  unas efectivas participaciones e inclusión en la vida de la comunidad internacional, para que se llegue a la fraternidad también dentro de la familia de las naciones.
En esta perspectiva, deseo dirigir un triple llamamiento para que se evite arrastrar a otros pueblos a conflictos o guerras que destruyen no sólo las riquezas materiales, culturales y sociales, sino también —y por mucho tiempo— la integridad moral y espiritual; para abolir o gestionar de manera sostenible la deuda internacional de los Estados más pobres; para la adoptar políticas de cooperación que, más que doblegarse a las dictaduras de algunas ideologías, sean respetuosas de los valores de las poblaciones locales y que, en cualquier caso, no perjudiquen el derecho fundamental e inalienable de los niños por nacer.

Confío estas reflexiones, junto con los mejores deseos para el nuevo año, a la intercesión de María Santísima, Madre atenta a las necesidades de la humanidad, para que nos obtenga de su Hijo Jesús, Príncipe de la Paz, el cumplimento de nuestras súplicas y la bendición de nuestro compromiso cotidiano en favor de un mundo fraterno y solidario.
Vaticano, 8 de diciembre de 2015
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
Apertura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia
FRANCISCUS

domingo, 7 de febrero de 2021

Dios nunca nos falla


Dios no falla nunca
Dios nunca nos falla, los seres humanos si, a veces unos porque aunque uno quisiera mantener la palabra dada, han cambiado las circunstancias, y, es imposible, no es que no se quiera es que no se puede, se ha perdido, o dinero, o salud, o fuerza
Otras, simplemente la persona se ha muerto, porque los humanos morimos; Dios no, Dios es inmortal, transcendente eterno, su poder no disminuye, por eso, Dios siempre  está ahí, a nuestro lado, es Yahvé, “Él que es”; “Yo soy”; 

Nosotros variamos afectos, Dios es siempre, “”Es él que es”; nunca Él que fue, nosotros éramos amigos, además siempre nos movemos por intereses, aunque sean de afectos, Dios no, pues es la plenitud
Pero a veces puede dar la impresión de que si nos falla que nos deja solos, pero aunque no lo veamos, y, como Jesús le digamos; “Por qué me has abandonado”; siempre está a nuestro lado, Dios no falla nunca

oveja, la moneda, el hijo travieso. Lucas 15

 

La oveja la moneda y el hijo travieso. Lucas 15
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo.
 Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: "Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos".
Jesús les dijo entonces esta parábola:
 "Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría,
 y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".
 Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".
La moneda perdida y encontrada
 Y les dijo también: "Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla?
 Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".
 Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte".
El padre misericordioso
 Jesús dijo también: "Un hombre tenía dos hijos.
 El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes.
 Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
 Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
 Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
 Él hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba.
 Entonces recapacitó y dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!
 Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros".
 Entonces partió y volvió a la casa de su padre.
Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó.
 El joven le dijo: "Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo".
 Pero el padre dijo a sus servidores: "Traigan en seguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies.
 Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos,
 porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado". Y comenzó la fiesta.
 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza.
Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué significaba eso.
 Él le respondió: "Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo".
 Él se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: "Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
 ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!"
 Pero el padre le dijo: "Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
 Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado"".
No hay que buscarle la lógica porque no la tiene, el Amor no tiene lógica, pasando por alto la moneda y la oveja
El hijo pródigo que en realidad no es el malo, tampoco el bueno, tiene como todo en la Biblia varios significados que no se contradicen
En primer lugar, representa a los gentiles a los pueblos que olvidando los bienes que Dios les había dado, optaron por servir a los ídolos, es decir todos menos Israel
Aunque Israel el hijo mayor, bueno según el Papa el mediano, el Mayor es Jesús, tampoco es un modelo, más bien un egoísta
Pero llega un momento en que el hijo pequeño los gentiles vuelve a casa, y, entonces el hijo mayor no quiere, ahí está la protesta en el Concilio de Jerusalén queriéndoles obligar a guardar en su totalidad la ley mosaica, y, algunos incluso a no admitirlos

Pero Dios, el Padre quiere que sus hijos estén juntos para él todos son iguales
Yendo al tiempo más actual están los que nunca han protestado en La Iglesia, los de, “doctores tiene la Iglesia…”, ahora se encuentran con apertura a otros, y protestan quisieran una Iglesia cerrada, son los contrarios a toda apertura, los que quisieran mangonear al Papa, los anti ecuménicos, los anti todo
Los que sirven a la Iglesia a Dios, mientras esta les sirva a ellos, los que vociferan como lobos, cuando han callado durante mucho tiempo, los que se han dejado incluso pisotear siendo como son imágenes de Dios, y, olvidando que no hay cristianos de segunda que no es el laico más santo que el clérigo ni al revés
Los que quisieran apedrear herejes, y, adulteras…
Y, yendo, yendo al caso de cada uno, porque todos menos el hijo mayor, mayor, y, el padre, somos los dos hermanos
Somos el pequeño atolondrado que se echa al mundo con la herencia  y le dura menos que un voto a la puerta de un político, es decir perdemos la fe, o la dejamos para el arrastre, la esperanza, la gracia, unas piltrafas cuidando animales impuros es decir degradados
Solución volver a casita, por puro egoísmo, que sí, que el nene de la historia, su padre le importaba un pimiento, pero lo necesitaba aunque fuera como jefe, estar como criado, vamos salvarse aunque estemos en el purgatorio hasta el fin del mundo, como si después de la muerte hubiera mundo, vivir con la conciencia más o menos tranquila
Pero el Padre, el Padre es un Amor es adorable, y, en sentido real, él no ha dejado de soñar en la vuelta del peque, hasta ha sido él aunque no se diga quien dio orden de que se lo pusieran difícil para que volviera
Y, ahora que lo tiene enfrente, ni lo castiga, ni le dice que le perdona, como se lo va decir si nunca  se vio ofendido si es su niñito, su hijito querido, como decía la protagonista de “tierra de ángeles”, no, nos perdona porque nunca nos ha condenado”, por eso lo abraza, lo come a besos le devuelve su dignidad de hijo, le da plenos poderes con ese anillo que es como el participar de los bienes del padre, y hace un banquete todo perdón de Dios, perdón todo abrazo de Dios, termina en banquete en Eucaristía
Pero llega el hijo mayor, el sensato, aburrido que demuestra que nunca se creyó hijo, sino siervo por eso nunca tomo un cabrito, o un cordero que eran suyos para hacer fiesta, sólo servía al padre esperando heredar, tampoco hizo nada porque no se fuera su hermano, ni por buscarlo, y, ahí entramos todos
Aguantamos una Iglesia rigorista y cuando se hace más cristiana, no que no lo fuera, si no que no le dejábamos serlo protestamos
Quisiéramos ser los únicos salvados
En lugar de alegrarnos por el hermano que vuelve, olvidando que nosotros tampoco es que estuviéramos dentro del todo

Dios no perdona


“Dios no perdona, porque nunca nos ha condenado, frase de una película, relación con el hijo pródigo y su Padre”
En el telefilm, “Tierra de ángeles”
La protagonista esposa de un Pastor, pronuncia esta frase, ante el grito de su marido, que la incita a pedir perdón a Dios
“Dios no perdona, porque nunca nos ha condenado”
La frase puede parecer hasta herética, pero reflexionando un poco, recordando que los que nos condenamos somos nosotros mismos, y, yendo al Evangelio a Lucas, sobre todo, y, a Juan
Vemos que es verdad
Cuando el hijo de la parábola llega a casa, su Padre le sale al encuentro, como si en lugar de volver con las orejas gachas, volviese de un viaje
El hijo si, llora, no pide tampoco perdón, porque es posible no piense merecerlo, sólo pide el puesto de un criado
Pero el Padre, en ningún momento dice
Que le haya perdonado, la palabra perdón no aparece por ningún lado, lo que hace es celebrar el retorno del hijo, e invitar al otro hijo, por eso  le restituye sus derechos, el anillo era la chequera, el talonario de la época, las túnicas marcaban la clase social;  y, hace convite porque está feliz, es su hijo, su pequeño, siempre espero su vuelta, nunca lo condeno, Dios hace lo mismo con sus hijos nos espera para abrazarnos

El Hijo de Dios necesito ayuda


 Hasta el Hijo de Dios, necesito ayuda para llevar la Cruz, hay personas que están siempre dispuestas a ayudar,  a veces para quejarse de que no pueden más, pero son incapaces de pedir ayuda, es más cuando se les ofrece, se ofenden, “deja que puedo yo”, aunque se estén cayendo
Parece que quieren ganar el Cielo a pulso, y, para ellos solos
Olvidan que el Cielo ya lo gano Jesús para todos
Ayudar a los demás es bueno
Pero dejarse ayudar, pedir ayuda, reconocer que no se puede, es casi mejor, porque es un ejercicio de humildad
Jesús el Hijo de Dios, cuando se hizo hombre, no desdeño la ayuda de otros hombres, y, cuando fue con la Cruz atada a los hombros, que era como iban, con el patibulum; pudo pedir al Padre, que ya que no le libraba de La Cruz, le diese fuerza para no caer, y, llegar como un fuertote, al Calvario, pero no lo hizo, dejo que un hombre, y, este obligado, le ayudase a llevarla, aunque eso motivase burlas de los que dirían
“mira, ni con la cruz puede, él que iba echar el Templo abajo”
Yo, confieso que me cuesta trabajo pedir ayuda, pero Dios a veces me ha obligado a hacerlo, para  hacerme un poco más humilde
Aún estoy en las primeras lecciones
Un abrazo
Maite
“La Fe es la seguridad de lo que se espera, y la prueba de lo que no se ve”


El paralítico


El paralítico, no tenía quien lo metiese en la piscina, y, otros se le adelantaban, a quienes se refiere, el evangelista
Hay otros que llegaban antes, y, por lo tanto eran curados, teniendo en cuenta, que el Evangelio de Juan, es un evangelio de signos; nos esta presentando a un hombre, tan hundido ya, el símbolo de los que están tan atrapados por el mal, que por si solos no pueden salir del mismo; hay personas en las que queda un poco de bondad, de fe, de amor a Dios, y, cualquier cosa, con ayuda de la gracia, les puede, si quieren llevar a Dios pero hay otros en donde, nada los lleva, porque su ruptura es total, están paralíticos del alma, y, no pueden avanzar notan que les falta algo, pero no saben, qué, y reptan, y, asi no se llega a ningún lado
Sólo se pueden llevar por otros, menos mal que Jesús nos lleva a todos