martes, 17 de diciembre de 2019

Que cuando vengas, estemos despiertos”


“Que cuando vengas, estemos despiertos”
Jesús nos avisa de que va venir, cuando menos lo esperemos, de improviso, y, que ay de nosotros si nos halla durmiendo

En realidad Jesús está viniendo continuamente, pero habla de su Venida definitiva, donde nos encontraremos con Él sin disfraces, y, no puede hallarnos dormidos

Qué es estar dormido
Es tener la fe de los cinco años, no en su pureza, sino en su infantilismo
Es pensar que podemos estar a bien con el mundo, y, con Jesús
Es pensar que con nuestra almita todo arreglado
Es no formar ni hacer crecer nuestra fe
Es no orar, si acaso un avemaría mal rezada, y, eso si hay algo que pedir
Es no sentir como propio el dolor ajeno
Y, pensar que somos buenos cristianos porque llevamos una cruz al cuello
Es no hacer nada, para que el mundo cambie
Es dejar que Jesús siga su agonía solo, en las mujeres y hombres maltratados
En los niños abortados, violados, abusados, muertos de hambre, despreciados, corrompidos
En los exiliados muertos en el Océano…
Mientras que nosotros como los discípulos en el huerto, roncamos soñando que esos no son nuestros problemas.




En oración con Maria, esperaron al Espíritu Santo

En oración con Maria, esperaron al Espíritu Santo
El Libro de Los Hechos, que es un libro bíblico, nos cuenta que los discípulos de Jesús, esperaron, El Don de lo alto, ese Don es el Espíritu Santo, y, lo esperaron orando, orando juntos, y, orando con María
Es decir María como miembro de La Iglesia naciente, oraba con la misma, por la venida del Don de lo alto, que la iba hacer Madre de aquella Iglesia, en realidad ya lo era, al ser Madre de su Cabeza, María no es una más, por eso pese a que es mujer se da su nombre, lo que no sucede con las demás mujeres

Por eso los cristianos católicos no prescindimos de María, ni los Ortodoxos.
Porque nuestra fe si es verdaderamente bíblica

Dios se manifiesta perdonando


Dios se manifiesta perdonando
“Dice un Salmo de La Biblia, “De Ti procede el perdón, y, así infundes respeto”
Es decir Dios, se muestra como Dios, al perdonar, porque nos muestra que nos conoce, y, nos ama, y, eso es propio del
Cuando somos conscientes de su perdón, y, no pensamos que fue el señor cura, entonces caemos en la cuenta de su Amor, pues nos creó sabiendo cómo somos, y, no, nos destruye al pecar, nos busca para perdonarnos, en su Hijo, hace suyo nuestro pecado, y, nos da su Gracia
Y, entonces nos sentimos unos miserables, pero amados, y, tomamos temor que no es miedo, a volver a ofenderle, y, sabemos que lo haremos, pero no, nos desespera, pedimos su gracia para serle fieles
Le tememos pero no de miedo, tememos herirle, porque es Amor, y, el Amor siente.




Dios nos enseña el Camino

Dios nos enseña el Camino
El Camino para el Encuentro definitivo con Él, y, lo hace por regla general por medios ordinarios, es decir las experiencias místicas, milagros extraordinarios, no suelen ser su actuar corriente

Nos lo enseña por nuestros padres, maestros, educadores, catequistas, La Iglesia

Más personalmente por nuestra conciencia, que todo lo anterior va formando

Por La Biblia tanto su estudio, como su relación Orante, y, como pues sería incompleta, con La Tradición divino apostólica, y, también con La Tradición
Si nosotros accedemos a ellos

Por el ejemplo de las otras personas, de los santos de la puerta de al lado, y, de “los diablillos de la puerta de al lado”

Por la creación

Pero lo que no hace Dios es forzarnos, a seguir su Camino
Nos lo muestra, nos guía por Él, si salimos fuera, nos ayuda a volver a entrar

Pero a la fuerza jamás.

Hoy día ya no basta con confesar la fe es necesario vivirla y manifestar la en la vida. Ignacio de Antioquía.

Hoy día ya no basta con confesar la fe es necesario vivirla y manifestar la en la vida. Ignacio de Antioquía.

En la época de San Ignacio de Antioquía, uno de los Padres de La Iglesia; no llegaba con confesarse cristiano entre los cristianos. Era preciso vivir como tal, lo que suponía, no vivir como el resto como los paganos

No hacer lo que ellos hacían
Así por ejemplo el cristiano debía compartir mesa, pero no cama, lo contrario que el pagano

El pagano mataba aunque no todos a los hijos no deseados mediante el infanticidio de los recién nacidos, y, del aborto

El cristiano acogía a todos sus hijos

Los ejemplos podrían ser múltiples

Por todo ello, los cristianos empezando por Ignacio acabaron mártires

Hoy, casi 20 siglos más tarde, sigue igual, y, también hoy hay mártires de sangre en Asia, África, América, incruentos pero no por ello menos mártires en la podrida Europa

Claro que también se puede escoger ser como los cristianos de la época de Ignacio que vivían como paganos

¿Habría que ver como los va ahora?



domingo, 15 de diciembre de 2019

El deseo de hacer grandes cosas


El deseo de hacer grandes cosas, a veces no viene de Dios, sino del diablo que nos tienta con hipotéticas grandes acciones, para que no hagamos las pequeñas que son nuestro deber.

Me gusta esta frase anónima, cuyo sentido comparto, porque lo que importa es el día a día, grande o pequeño no importa si es con Dios y por Dios.


viernes, 13 de diciembre de 2019

Dios nos vistió vestiduras de salvación

Dios nos vistió vestiduras de salvación
Cumplió con largueza lo que  nos había prometido por boca de Isaías, “Os vestiré vestiduras de salvación”

Dios nos puso el manto real, ese manto es La Sangre que Jesús derramó por cada uno, y, es la que nos lava, la que saca de nosotros arranca de nosotros nuestros pecados; si lo aceptamos y dejamos hacer a Dios, aceptar es aceptar a Jesús por Salvador, y, aceptar a Jesús por Salvador, es aceptarlo por Señor, aceptarlo por Señor, es saber que está vivo, no es alguien del pasado, sino un contemporáneo

Eso implica hablar con Él, oración no sólo rezo, conocer y, preguntarle que quiere de mí, hoy, oración bíblica, sometimiento al Papa, y, obispos en comunión con él con el Papa.
Sacramentos, como cristiana católica, los 7 la penitencia entre ellos pero no como un voy y le cuento, sino un recomienzo de nuevo, un me presento como enferma, que quiere ser curada

Y, hacer lo que Jesús quiere, no la sociedad, no tal partido, ni siquiera lo que a mi humanamente me apetezca. Eso es aceptar a Jesús. Y, es por eso que Dios nos viste el manto real de su Hijo
Las vestiduras de salvación.

jueves, 12 de diciembre de 2019

NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL” DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

CLAUSURA DE LOS TRABAJOS DE LA ASAMBLEA ESPECIAL DEL
SÍNODO DE LOS OBISPOS PARA LA REGIÓN PANAMAZÓNICA SOBRE EL TEMA
“NUEVOS CAMINOS PARA LA IGLESIA Y PARA UNA ECOLOGÍA INTEGRAL”
DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Aula del Sínodo. Sábado, 26 de octubre de 2019
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Primero que todo quiero agradecer a todos ustedes que han dado este testimonio de trabajo, de escucha, de búsqueda, de buscar poner en práctica este espíritu sinodal que estamos aprendiendo, quizás, a fijar. Y que todavía no atinamos a completarlo. Pero estamos en un camino, estamos en un buen camino. Y estamos entendiendo, cada vez más que es esto de caminar juntos, estamos entendiendo qué significa discernir, qué significa escuchar, qué significa incorporar la rica tradición de la Iglesia a los momentos coyunturales. Algunos piensan que la tradición es un museo de cosas viejas. A mí me gusta repetir aquello que Gustav Mahler decía: “La tradición es la salvaguarda del futuro y no la custodia de las cenizas”. Es como la raíz de la cual viene la sabia que hace crecer el árbol para que dé frutos. Tomar eso y hacerlo andar adelante, es como concebían los primeros padres lo que era la tradición. Recibir y caminar en un mismo sentido, con esa triple dimensión tan linda de Vicente de Lerins ya en el siglo quinto [«El dogma cristiano, permaneciendo absolutamente intacto e inalterado, se consolida con los años, se desarrolla con el tiempo, se profundiza con la edad» (cf. Primo Commonitorio, 23: PL 50, 667-668)]. Gracias por todo esto.
Uno de los temas que se ha votado, que tuvieron mayoría —tres temas tuvieron mayoría para el próximo Sínodo—, es el de la sinodalidad. Yo no sé si será elegido ese o no, todavía no me he decidido, estoy reflexionando y pensando, pero ciertamente puedo decir que hemos caminado mucho y todavía tenemos que caminar más en este camino de la sinodalidad. Muchas gracias a ustedes por esta compañía.
La exhortación postsinodal que —no es obligatorio que el Papa lo haga— lo más probable, no; perdón, lo más fácil sería: “bueno, acá está el documento, vean ustedes”. De todas maneras, una palabra del Papa de lo que ha vivido en el Sínodo puede hacer bien. Yo quisiera hacerla antes de fin de año, de tal manera que no pase mucho tiempo, todo depende del tiempo que tenga para pensar.
Hablamos de cuatro dimensiones, que habían: la dimensión cultural, la hemos trabajado, hablamos de inculturación, de valoración de la cultura, eso con una fuerza muy grande, y yo quedo contento con lo que se ha dicho al respecto, que está dentro de la tradición de la Iglesia. La inculturación: Ya Puebla había abierto esa puerta, por nombrar lo más cercano. Segundo, la dimensión ecológica: Quiero acá rendir homenaje a uno de los pioneros de esta conciencia dentro de la Iglesia, es el Patriarca Bartolomé de Constantinopla. Fue de los primeros que abrieron camino para crear esta conciencia. Y después de él, tantos lo han seguido y con esa inquietud, y cada vez, con aceleración de progresión geométrica, del equipo de París y siguieron los demás encuentros. Ahí nació Laudato si’ con una inspiración en la que trabajó tanta gente, trabajaron científicos, teólogos, pastoralistas. Bueno, esta conciencia ecológica que va adelante y que hoy nos denuncia un camino de explotación compulsiva, de destrucción al cual la Amazonia es uno de los puntos más importantes de esto. Es un símbolo, yo diría. Esta dimensión ecológica en la que se nos juega el futuro, ¿no es cierto? En las manifestaciones hechas por los jóvenes, ya sea en el movimiento de Greta o de otros. Los chicos salían con el cartel: “El futuro es nuestro, o sea, no decidan ustedes por nuestro futuro”. “Es nuestro”. Ya la conciencia del peligro ecológico que hay con eso, evidentemente no sólo en Amazonia, sino en otros lugares: el Congo es otro punto, otros sectores, en mi patria está en el Chaco, la zona del “impenetrable” también que es pequeña, pero, también conocemos esto, de alguna manera. Junto a la dimensión ecológica está la dimensión social de la cual hablamos, que ya no es sólo lo que se explota salvajemente, lo creado, la creación, sino las personas. Y en Amazonia aparece todo tipo de injusticias, destrucciones de personas, explotación de personas a todo nivel y destrucción de la identidad cultural. Me acuerdo que llegando a Puerto Maldonado —creo que lo dije esto, no me acuerdo—, en el aeropuerto había un cartel, con la imagen de una chica muy linda, muy bonita, “defendete o cuidate de la trata”. O sea, la advertencia al turista que llega. La trata escucha, y la trata al más alto nivel de corrupción, pero de personas a todo nivel. Y esto junto con la destrucción de la identidad cultural, que es otro de los fenómenos que ustedes han señalado muy bien en el documento. La identidad cultural cómo se destruye, en todo esto. Y cuarta dimensión, que es la que incluye todas —y yo diría que es la principal—, es la pastoral, la dimensión pastoral. El anuncio del Evangelio urge, urge. Pero que sea entendido, que sea asimilado, que sea comprendido por esas culturas. Y se habló de laicos, de sacerdotes, de diáconos permanentes, de religiosos y religiosas, con que apuntar a ese punto. Y se habló de lo que hacen, y fortalecer eso.  Se habló de nuevos ministerios, inspirados en la Ministeria quaedam de Pablo VI, de creatividad en esto. Creatividad en los nuevos ministerios, y ver hasta dónde se puede llegar. Se habló de seminarios indígenas, y con mucha fuerza. Yo le agradezco la valentía que tuvo el cardenal O’Malley para esto, porque nos puso el dedo en la llaga en algo que es una verdadera injusticia social, que no se le permite de hecho a los aborígenes el camino seminarístico y el camino del sacerdocio. Creatividad en todo esto de los nuevos ministerios y todo. Asumo el pedido de re-llamar a la comisión o quizás abrirla con nuevos miembros para seguir estudiando cómo existía en la iglesia primitiva el diaconado permanente. Ustedes saben que llegaron a un acuerdo entre todos que no era claro. Yo entregué esto a las religiosas, a la Unión general de religiosas que fue la que me pidió hacer la investigación, se lo entregué, y ahora cada uno de los teólogos está con su línea buscando, investigando en eso. Yo voy a procurar rehacer esto con la Congregación para la Doctrina de la Fe, y asumir nuevas personas en esta Comisión, y recojo el guante, que han puesto por allí: “y que seamos escuchadas”. Recojo el guante [aplausos]. Aparecieron algunas cosas que hay que reformar: La Iglesia siempre tiene que ir reformándose. La formación sacerdotal en el país. En algunos países, oí decir, o en un grupo se dijo o acá se dijo una vez —que yo haya escuchado—, que se notaba cierta falta de celo apostólico en el clero de la zona no amazónica respecto a la zona amazónica. Con el cardenal Filoni hemos tenido dificultades cuando una congregación religiosa deja un vicariato, de encontrar sacerdotes de ese país que tomen el vicariato: “No, claro, yo no soy para eso”. Bueno, eso hay que reformarlo. La formación sacerdotal en el país, que es universal, y que hay una responsabilidad de hacerse cargo de todos los problemas de los países geográficos, digamos, de esa conferencia episcopal. Pero reformar eso: que no exista la falta de celo. Lo mismo algunos —recuerdo dos— señalaron el tema que quizás no se vea la falta de celo tan fuerte —perdón—, haya falta de celo, fuerte o no pero… en jóvenes religiosos, como una cosa que hay que tener en cuenta. Los jóvenes religiosos tienen una vocación muy grande y hay que formarlos en el celo apostólico para ir a las fronteras. Sería bueno que en el plan de formación de los religiosos existiera una experiencia de un año o más en regiones limítrofes. Lo mismo, y esto es una sugerencia que he recibido por escrito, pero ahora la digo: que en el servicio diplomático de la Santa Sede, en el curriculum del servicio diplomático, los jóvenes sacerdotes al menos pasen un año en tierra de misión pero no haciendo el tirocinio en la Nunciatura como se hace y es muy útil, sino simplemente al servicio de un obispo en un lugar de misión. Eso será estudiado pero también es una reforma a ver. Y la redistribución del clero en el mismo país. Se dijo, refiriéndose a una situación, que hay una cantidad grande de sacerdotes de ese país en el primer mundo, léase Estados Unidos, Europa, etc., y no hay para mandar a la zona amazónica de ese país. Eso habrá que evaluarlo, pero estar de acuerdo. Los fidei donum interesados… es verdad que a veces —y esto me pasó a mí siendo obispo en otra diócesis— te viene uno que vos lo mandaste a estudiar y se enamoró del lugar y quedó en el lugar y con todo lo que ofrece el primer mundo y no te quiere volver a la diócesis. Y claro, uno por salvar la vocación, cede. Pero en ese punto, tener mucho cuidado y no favorecer. Agradezco, los verdaderos sacerdotes fidei donum que vienen a Europa de África, de Asia y de América, pero los que son fidei donum, que devuelven aquel fidei donum que hizo Europa para con ellos. Pero es un peligro los que vienen y se quedan. Es una cosa un poco triste, me decía un obispo de Italia, que tiene tres de estos que se quedaron y que no le van a celebrar una misa a los pueblitos de la montaña si antes no le llega la oferta. Esto es histórico de acá, de ahora. Entonces, estemos alerta con eso, y seamos valientes en hacer esas reformas de redifusión del clero en el mismo país.
Y punto de la parte pastoral fue de la mujer. Evidentemente la mujer: lo que se dice en el documento, queda “corto”, lo que es la mujer ¿no es cierto? En la transmisión de la fe, en el conservar la cultura. Quisiera solamente subrayar esto: que todavía no hemos caído en la cuenta de lo que significa la mujer en la Iglesia y por ahí nos quedamos solamente en la parte funcional, que es importante, que tiene que estar en los consejos… o en todo lo que se dijo, eso sí. Pero el papel de la mujer en la Iglesia va mucho más allá de la funcionalidad. Y eso es lo que hay que seguir trabajando. Mucho más allá.
Después se habló de reorganizaciones, se hace al final del documento y vi que a algunos por los votos, no les parecía. Organismo de servicio, siguiendo la Repam, hacer una especie de…, que la Repam tenga más consistencia, una especie de cara amazónica. No sé, de progresar en la organización, progresar en las semi-conferencias episcopales, o sea: hay una conferencia episcopal del país, pero también hay una semi-conferencia episcopal parcial de una zona, y eso se hace en todos lados, acá en Italia está la conferencia episcopal lombarda… O sea, hay países que tienen conferencias episcopales sectoriales, por qué no los países de la región amazónica hacer pequeñas conferencias episcopales amazónicas, que pertenecen a la general, pero que hacen su trabajo. Y organizando esa estructura tipo Repam, tipo Celam amazónico… Abriendo, abriendo.
Se habló de una reforma ritual, abrirse a los ritos, esto está dentro de las competencias de la Congregación para el Culto Divino, y puede hacerlo siguiendo los criterios y en eso sé que lo pueden hacer muy bien, y hacer las propuestas necesarias que la inculturación pide. Pero siempre jueguen al desborde, siempre más allá. No sólo organización ritual, organización de otro tipo, lo que vaya inspirando el Señor. De las 23 iglesias con rito propio que se mencionaron en el documento, que fueron saliendo al menos en el pre-documento, creo que al menos 18, si no 19 son iglesias sui iuris y empezaron de chiquito, y armando tradiciones hasta donde el Señor nos lleve, no tenerle miedo a las organizaciones que custodian una vida especial. Siempre con la ayuda de la Santa Madre Iglesia, Madre de todos, que nos va guiando en este camino para no separarnos. No le tengan miedo.
Y respecto a la organización de la Curia romana también una contribución. Me parece que hay que hacerlo y yo hablaré ya cómo hacerlo con el cardenal Turkson. Abrir una sección amazónica dentro del Dicasterio para la Promoción Humana Integral. De tal manera que, como no tiene trabajo, le doy más.
Quiero, además de agradecer a ustedes que ya lo hice, agradecer a todos los que trabajaron fuera, sobre todo de esta sala. Bueno, a los secretarios que han ayudado. A la secretaría escondida, a los medios, al equipo de difusión, a los que prepararon los encuentros y las informaciones. Los grandes escondidos que hacen posible que una cosa vaya adelante. La famosa regia, que nos ha ayudado tanto. A ellos, un agradecimiento también.
Incluyo a la Presidencia de la Secretaria general en el agradecimiento con todos y un agradecimiento a los medios de comunicación —que yo pensé que iban a estar acá para escuchar la votación, como es pública la votación—  por lo que han hecho. Gracias por este asunto, por este favor que nos hacen de difundir el Sínodo. Yo les pediría un favor: que en la difusión que hagan del documento final se detengan sobre todo en los diagnósticos, que es la parte pesada, que es la parte realmente donde el Sínodo se expresó mejor: el diagnóstico cultural, diagnostico social, el diagnóstico pastoral y el diagnóstico ecológico. Porque la sociedad tiene que hacerse cargo de esto. El peligro puede ser que se entretengan quizás —es un peligro, no digo que lo hagan, pero la sociedad lo pide— a veces, en ¿a ver qué decidieron en esta cuestión disciplinar; qué decidieron en otra; ganó este partido, perdió este? En pequeñas cosas disciplinares que tienen su trascendencia, pero que no harían el bien que tiene que hacer este Sínodo. Que la sociedad se haga cargo del diagnóstico que nosotros hemos realizado en las cuatro dimensiones. Yo les pediría a los medios que lo hagan. Siempre hay un grupo de cristianos “elite” que le gusta meterse, como si fuera universal, en este tipo de diagnóstico. Más pequeñitos, o en este tipo de resoluciones más disciplinares intraeclesiásticas, no digo intereclesial, intraeclesiástica, y hacer que el mundo ganó tal sección, ganó tal otra. No, ganamos todos con los diagnósticos que hicimos y hasta donde llegamos en las cuestiones pastorales e intraeclesiásticas. Pero que no se encierren en eso. Pensando hoy en estas “elites” católicas, y cristianas a veces, pero sobre todo católicas, que quieren ir “a la cosita” y se olvidan de lo “grande” me acordé de una frase de Péguy, la fui a buscar. Trato de traducirla bien, creo que nos puede ayudar, cuando describe estos grupos que quieren la “cosita” y se olvidan de la “cosa”. “Porque no tienen el coraje de estar con el mundo, ellos se creen de estar con Dios. Porque no tienen el coraje de comprometerse en las opciones de vida del hombre, se creen de luchar por Dios. Porque no aman a ninguno, se creen de amar a Dios”. A mí me iluminó mucho, no caer prisioneros de estos grupos selectivos que del Sínodo van a querer ver qué se decidió sobre este punto intraeclesiástico o sobre este otro, y van a negar el cuerpo del sínodo que son los diagnósticos que hemos hecho en las cuatro dimensiones.
Gracias de corazón, perdónenme la petulancia y recen por mí, por favor. Gracias [aplausos].
El documento se publica con el resultado de las votaciones, o sea, de cada número, el resultado de las votaciones.
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SANTA MISA DE CLAUSURA DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS
CAPILLA PAPAL HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Basílica Vaticana
XXX Domingo del Tiempo Ordinario, 27 de octubre de 2019
La Palabra de Dios nos ayuda hoy a rezar mediante tres personajes: en la parábola de Jesús rezan el fariseo y el publicano, en la primera lectura se habla de la oración del pobre.
1. La oración del fariseo comienza así: «Oh Dios, te agradezco». Es un buen inicio, porque la mejor oración es la de acción de gracias, es la de alabanza. Pero enseguida vemos el motivo de ese agradecimiento: «porque no soy como los demás hombres» (Lc 18,11). Y, además, explica el motivo: porque ayuna dos veces a la semana, cuando entonces la obligación era una vez al año; paga el diezmo de todo lo que tiene, cuando lo establecido era sólo en base a los productos más importantes (cf. Dt 14,22 ss.). En definitiva, presume porque cumple unos preceptos particulares de manera óptima. Pero olvida el más grande: amar a Dios y al prójimo (cf. Mt 22,36-40). Satisfecho de su propia seguridad, de su propia capacidad de observar los mandamientos, de los propios méritos y virtudes, sólo está centrado en sí mismo. El drama de este hombre es que no tiene amor. Pero, como dice san Pablo, incluso lo mejor, sin amor, no sirve de nada (cf. 1 Co 13). Y sin amor, ¿cuál es el resultado? Que al final, más que rezar, se elogia a sí mismo. De hecho, no le pide nada al Señor, porque no siente que tiene necesidad o que debe algo, sino que cree que se le debe a él. Está en el templo de Dios, pero practica otra religión, la religión del yo. Y tantos grupos “ilustrados”, “cristianos católicos”, van por este camino.
Y además de olvidar a Dios, olvida al prójimo, es más, lo desprecia. Es decir, para él no tiene un precio, no tiene un valor. Se considera mejor que los demás, a quienes llama, literalmente, “los demás, el resto” (“loipoi”, Lc 18,11). Son “el resto”, son los descartados de quienes hay que mantenerse a distancia. ¡Cuántas veces vemos que se cumple esta dinámica en la vida y en la historia! Cuántas veces quien está delante, como el fariseo respecto al publicano, levanta muros para aumentar las distancias, haciendo que los demás estén más descartados aún. O también considerándolos inferiores y de poco valor, desprecia sus tradiciones, borra su historia, ocupa sus territorios, usurpa sus bienes. ¡Cuánta presunta superioridad que, también hoy se convierte en opresión y explotación –lo hemos visto en el Sínodo cuando hablábamos de la explotación de la creación, de la gente, de los habitantes de la Amazonía, de la trata de personas, del comercio de las personas! Los errores del pasado no han bastado para dejar de expoliar y causar heridas a nuestros hermanos y a nuestra hermana tierra: lo hemos visto en el rostro desfigurado de la Amazonia. La religión del yo sigue, hipócrita con sus ritos y “oraciones” –tantos son católicos, se confiesan católicos, pero se han olvidado de ser cristianos y humanos–, olvidando que el verdadero culto a Dios pasa a través del amor al prójimo. También los cristianos que rezan y van a Misa el domingo están sujetos a esta religión del yo. Podemos mirarnos dentro y ver si también nosotros consideramos a alguien inferior, descartable, aunque sólo sea con palabras. Recemos para pedir la gracia de no considerarnos superiores, de creer que tenemos todo en orden, de no convertirnos en cínicos y burlones. Pidamos a Jesús que nos cure de hablar mal y lamentarnos de los demás, de despreciar a nadie: son cosas que no agradan a Dios. Y hoy providencialmente nos acompañan en esta Misa no solo los indígenas de la Amazonía: también los más pobres de las sociedades desarrolladas, los hermanos y hermanas enfermos de la Comunidad del Arca. Están con nosotros, en primera fila.
2. Pasamos a la otra oración. La oración del publicano, en cambio, nos ayuda a comprender qué es lo que agrada a Dios. Él no comienza por sus méritos, sino por sus faltas; ni por sus riquezas, sino por su pobreza. No se trata de una pobreza económica —los publicanos eran ricos e incluso ganaban injustamente, a costa de sus connacionales— sino que siente una pobreza de vida, porque en el pecado nunca se vive bien. Ese hombre que se aprovecha de los demás se reconoce pobre ante Dios y el Señor escucha su oración, hecha sólo de siete palabras, pero también de actitudes verdaderas. En efecto, mientras el fariseo está delante en pie (cf. v. 11), el publicano permanece a distancia y “no se atreve ni a levantar los ojos al cielo”, porque cree que el cielo existe y es grande, mientras que él se siente pequeño. Y “se golpea el pecho” (cf. v. 13), porque en el pecho está el corazón. Su oración nace precisamente del corazón, es transparente; pone delante de Dios el corazón, no las apariencias. Rezar es dejar que Dios nos mire por dentro –es Dios el que me mira cuando rezo–, sin fingimientos, sin excusas, sin justificaciones. Muchas veces nos hacen reír los arrepentimientos llenos de justificaciones. Más que un arrepentimiento parece una autocanonización. Porque del diablo vienen la opacidad y la falsedad –estas son las justificaciones–, de Dios la luz y la verdad, la trasparencia de mi corazón. Queridos Padres y Hermanos sinodales: Ha sido hermoso y les estoy muy agradecido, por haber dialogado durante estas semanas con el corazón, con sinceridad y franqueza, exponiendo ante Dios y los hermanos las dificultades y las esperanzas.
Hoy, mirando al publicano, descubrimos de nuevo de dónde tenemos que volver a partir: del sentirnos necesitados de salvación, todos. Es el primer paso de la religión de Dios, que es misericordia hacia quien se reconoce miserable. En cambio, la raíz de todo error espiritual, como enseñaban los monjes antiguos, es creerse justos. Considerarse justos es dejar a Dios, el único justo, fuera de casa. Es tan importante esta actitud de partida que Jesús nos lo muestra con una comparación paradójica, poniendo juntos en la parábola a la persona más piadosa y devota de aquel tiempo, el fariseo, y al pecador público por excelencia, el publicano. Y el juicio se invierte: el que es bueno pero presuntuoso fracasa; a quien es desastroso pero humilde Dios lo exalta. Si nos miramos por dentro con sinceridad, vemos en nosotros a los dos, al publicano y al fariseo. Somos un poco publicanos, por pecadores, y un poco fariseos, por presuntuosos, capaces de justificarnos a nosotros mismos, campeones en justificarnos deliberadamente. Con los demás, a menudo funciona, pero con Dios no. Con Dios el maquillaje no funciona. Recemos para pedir la gracia de sentirnos necesitados de misericordia, interiormente pobres. También para eso nos hace bien estar a menudo con los pobres, para recordarnos que somos pobres, para recordarnos que sólo en un clima de pobreza interior actúa la salvación de Dios.
3. Llegamos así a la oración del pobre, de la primera lectura. Esta, dice el Eclesiástico, «atraviesa las nubes» (35,17). Mientras la oración de quien presume ser justo se queda en la tierra, aplastada por la fuerza de gravedad del egoísmo, la del pobre sube directamente hacia Dios. El sentido de la fe del Pueblo de Dios ha visto en los pobres “los porteros del cielo”: ese sensus fidei que faltaba en la declaración [del fariseo]. Ellos son los que nos abrirán, o no, las puertas de la vida eterna; precisamente ellos que no se han considerado como dueños en esta vida, que no se han puesto a sí mismos antes que a los demás, que han puesto sólo en Dios su propia riqueza. Ellos son iconos vivos de la profecía cristiana.
En este Sínodo hemos tenido la gracia de escuchar las voces de los pobres y de reflexionar sobre la precariedad de sus vidas, amenazadas por modelos de desarrollo depredadores. Y, sin embargo, aun en esta situación, muchos nos han testimoniado que es posible mirar la realidad de otro modo, acogiéndola con las manos abiertas como un don, habitando la creación no como un medio para explotar sino como una casa que se debe proteger, confiando en Dios. Él es Padre y, dice también el Eclesiástico, «escucha la oración del oprimido» (v. 16). Y cuántas veces, también en la Iglesia, las voces de los pobres no se escuchan, e incluso son objeto de burlas o son silenciadas por incómodas. Recemos para pedir la gracia de saber escuchar el grito de los pobres: es el grito de esperanza de la Iglesia. El grito de los pobres es el grito de esperanza de la Iglesia. Haciendo nuestro su grito, también nuestra oración, estamos seguros, atravesará las nubes.

www.sinodoamazonico.va

Dios está con nosotros, que importa el mundo

Dios está con nosotros, que importa el mundo

Si, Dios está con nosotros, Jesús es el Emmanuel el Dios con nosotros, nuestro Dios el Dios de Abraham es Yhv, El que es, y, por ende Él que esta
Aunque no, nos demos cuenta, y, pensemos lo contrario
Qué importa que no esté el mundo, que es caduco y pasa, nuestro Dios es eternamente joven. Y, eternamente amable

Paga la pena, no decirle con nuestra vida, que  no queremos pasar la eternidad en su Seno

Para ver lo que duran los poderosos del mundo, sólo hay que repasar la historia.

martes, 10 de diciembre de 2019

Proclamar el Evangelio en el mundo, cómo

Proclamar el Evangelio en el mundo, cómo
Los cristianos tenemos el deber, de proclamar el Evangelio, pero cómo
Los laicos no podemos clericarizarnos, pero el mandato sigue ahí
La forma
Viviendo en cristiano
Luchando por la Justicia, La Verdad, La vida
Amando el mundo, pero no sus leyes, salvo excepciones
Dando respuesta de nuestra esperanza, al que nos la pida, no al que quiera saber por saber, no se pueden echar margaritas (piedras preciosas a los cerdos)

Compartiendo nuestro modo de ver el mundo la vida la fe, cuando sea oportuno, y, a veces cuando no lo sea

Para ello formarnos continuamente, nunca se puede bajar la guardia

Y, orar, orar también continuamente.



El fuego del Espíritu Santo, desata las lenguas, quema el corazón

El fuego del Espíritu Santo, desata las lenguas, quema  el corazón
No fue sólo en Pentecostés, en el primero, es siempre que uno se deja invadir por El Espíritu Santo, que intenta cortarle las alas, o apagar su Fuego, con el agua, de “no es para mí”, “eso no va lograr nada”, “yo no me meto en líos”…

Cuando uno no usa, esas “aguas”, Desata las lenguas, y, uno habla sin miedo, mejor dicho con miedo, pero habla, sin importarle, que se rían del, que lo persigan, e incluso que lo maten

Quema el corazón, es decir uno no puede contenerse, y, tiene que hablar y amar a todos, pero cuidado porque hay un agua peor que las nombradas

La incoherencia de vida, esa hace que El Fuego no prenda, en los demás que digan, “solo palabras”, “habla por hablar”, y, es que cuando eso sucede, no era su Fuego divino él que nos movía, sino nuestra fogata pequeña de ganas de notoriedad.

Dios nos restaurará

Dios nos restaurará
Lo ha dicho, y, es Fiel, Dios nos restaurará, como Iglesia, nos reunirá de nuevo, para que seamos La Iglesia que quiso, que quiere su Hijo, sin fisuras, sin desuniones. Unión en la diversidad

Nos restaurará como personas, por los méritos de su Hijo, sacara de nosotros, de cada, el último vestigio de pecado. Es lo que llamamos Purgatorio, que también puede ser aquí

Si nos ponemos burros, y, nos negamos a ser restaurados, tendremos que ser apartados, pues en Dios en el Cielo, no pueden entrar cachivaches viejos

Él se encargara, de que no hagamos el burro.

Cómo acojo la Palabra de Dios, le pongo sordina, la cuelo?

¿Cómo acojo la Palabra de Dios, le pongo sordina, la cuelo?

Acoger la Palabra de Dios, que no es sólo la Biblia, no es tomarla al dedillo, vamos hacer dogma de la ballena de Jonás, eso es ser tonto, es decir “no listo”;

Acoger la Palabra de Dios, es dejarse interpelar por ella, ver lo que me exige, a mí, lo que me reprende, lo que me felicita, si también, lo que debo cambiar, mejorar, seguir o dejar

No colarla como hacían los fariseos, no ponerle sordina, y, esto si pues me conviene, y, esto no

Así por ejemplo, si yo acepto que Jesús esta en La Eucaristía, porque lo dijo Él, “Éste es mi Cuerpo”

Tengo que aceptar que esta en los inmigrantes, porque también lo dijo Él

No puedo colar la Palabra de Dios.

sábado, 7 de diciembre de 2019

Qué más podía hacer Dios por nosotros.


Qué más podía hacer Dios por nosotros.

Decía el padre de una amiga, al que no  tuve la suerte de conocer. “que no llegaban las horas del día, para dar gracias a Dios”
Y, es que Dios es el único que merece toda nuestra gratitud.
Hay un himno que el sacerdote o el diácono cantan el Viernes Santo, en el que Dios se va quejando a su Pueblo, por como lo ha tratado

Y, el profeta Isaías tiene un cántico inspirado, en el que Dios se lamenta por el mal fruto que le ha dado su Viña, y, pregunta

“Qué más podría haber hecho por mi Viña, y, como en vez de uvas me da uvas amargas”

Esto no es sólo para los judíos es ahora de un modo especial para los que nos llamamos cristianos

Que más podría hacer Dios por nosotros

Nos creó libremente, sabiendo como somos, viendo como íbamos a pisotear su Ley, su Amor, no, nos necesita para nada, no, nos creó para que fuésemos el consuelo en su vejez, ni le cuidásemos, nos creó para amarnos

No sólo nos creó en el seno materno, con la ayuda de nuestros padres más o menos consciente, y, sobre todo de nuestra madre, nos sigue creando cada día, manteniéndonos en el ser

Nos llamó a la Fe, a La Iglesia, por medio de nuestros padres, sacerdotes, maestros etc.

Nos hizo sus hijos en Jesús

Mando a su Hijo al mundo para hacer hombre por cada uno, sabiendo que lo llevaríamos a La Cruz

Por medio de Jesús su Hijo, Fundo La Iglesia, para que fuese nuestro Hospital de Campaña

Nos dio su Palabra
Nos dio La Eucaristía
Nos dio a la criatura más Santa después de su Hijo en su Humanidad salida de sus manos creadoras, nos la dio como Madre, Hermana, Señora

Puso la creación entera a nuestro servicio

Por su Hijo instituyo los Sacramentos que entrego a su Iglesia, sobre todo el bautismo y la penitencia para darnos su abrazo de entrada el primero, y, de perdón las veces que lo precisemos el segundo

Sí realmente, qué más podía hacer Dios por nosotros nada

Nadie nos ama, como Él, su Amor si es en verdad pura Gracia, pura Gratuidad.


No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia. T.J


No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia. T.J

La frase es de la Santa andariega, de mi tocaya. Santa Teresa, La Santa, como le dicen los avilenses

Y, es verdad, no era tiempo en su tiempo, ni lo fue nunca, y, no lo es ahora

No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia, que también podemos

Es decir no es tiempo de orar por nuestras cositas, por el examen, por la enfermedad, mejor ponernos en sus Manos

Es tiempo de orar y poner como no en sus Manos
La Unidad de los cristianos
Nuestra conversión, y, la de los demás salvo los ya canonizados, y, los del purgatorio, no hay nadie, por cuya conversión no se pueda y se deba orar, convertirse no es solo arrepentirse
Por la vida humana
Por la vida no humana
Por la creación
Por La Iglesia
Por el Papa
Por los que aceptan al Papa, y, por los que piensan que pueden llamarse católicos y no hacerlo

Por los que dicen aceptarlo, pero en realidad se aceptan a sí mismos y lo manipulan

Por los perseguidos
Y, por los perseguidores
Por los matrimonios
Por los divorciados
Por los consagrados
Por uno mismo para pedir perdón, para redescubrir cada día  la misión, para agradecer

Y, muchas más cosas que se me olvidan
Si es cierto, tiene razón La Esposa enamorada del Esposo, no es tiempo de  tratar con Dios negocios de poca importancia, si cuadra como de pasada.


Felices los que creemos pues Dios no falla

Felices los que creemos pues Dios no falla

Sí de verdad creemos en Dios, y, creer en Dios es mucho más que admitir la existencia. Del motor inmóvil, la causa incausada. Creer en Dios es creer en la existencia, y, creer al Dios que se nos revela en La Biblia, al Dios Uno y Trino que nos descubre Jesús

Creer es confiar en él, y confiar en una persona es hacer lo que dice, salvo que haya otra de la que tengamos motivos para fiarnos más

Pero nadie hay por encima de Dios
Por eso si creemos en Él, no, nos va fallar, no corremos peligro de que un poder superior a él le impida cuidarnos

Que la muerte o, la vejez o el deterioro, ponga fin a su vida.

Dios es siempre Él mismo, y, es eternamente fiel

Sí creemos en él podemos llamarnos felices

Pero cuidado, si nuestra vida no refleja su voluntad, nuestra fe es falsa es un cadáver.

viernes, 6 de diciembre de 2019

El Fuego del Espíritu Santo

El Fuego de Dios Espíritu Santo no destruye, purifica, ilumina

El fuego de los humanos, a veces sirve para destruir, para quemar. Pero “El Fuego, la Luz del Espíritu Santo”, no destruye más que el pecado, purifica, ilumina, santifica

Diviniza al hombre, y, este Fuego, lo recibimos en los Sacramentos, aunque no lo notemos, sobre todo, lo recibimos en La Confirmación.

Dar a luz al Verbo de Dios en el mundo.

Dar a luz al Verbo de Dios en el mundo.

Jesús dijo que si creemos en él seremos su madre, y, sus hermanos, lo de hermanos es fácil de entender.

Lo de madre no lo es tanto, los PP de La Iglesia, dicen que cuando una persona cree, El Espíritu Santo, abre el seno materno de su alma, para que conciba al Verbo de Dios y, lo dé a luz

Naturalmente a Jesús sólo lo dio a luz su Madre, pero nosotros los cristianos también tenemos que darlo a luz en el mundo

Haciendo que nazca en el mundo

No físicamente

Pero si llevando a los seres humanos su conocimiento
Mostrándoles su Amor
Y, amándoles  con el Amor que Él los ama, y, nos ama
No imponiendo
No persiguiendo
Ayudando
Acogiendo
Perdonando

A veces es una caricatura de Jesús lo que queremos dar al mundo.

jueves, 5 de diciembre de 2019

Somos los extranjeros hechos familiares del Señor


Somos los extranjeros hechos familiares del Señor, apacentadores de su pueblo

Por el bautismo los gentiles incorporados a Cristo, somos los extranjeros los que no éramos pueblo, y, por la Misericordia de nuestro Dios hemos sido hechos familiares del Señor, y, no cualquier familiar, hijos, hermanos

Hemos sido hecho apacentadores de su Pueblo, con nuestra vida, y, cuando sea necesario con nuestra palabra, pero primero con la vida con las obras estamos llamados a mostrar que Jesús es el Mesías de Israel, y, mostrarlo a Israel. No demostrar ni imponer mostrar

Es nuestra misión apacentar a su Pueblo.


Felices los creyentes

Al proclamar a María feliz por haber creído proclama a todos los creyentes

Cuando Isabel proclama a María feliz por haber creído está proclamando felices, bienaventurados a todos los que creen

No en cualquier cosa, no en cualquier dios, sino en el Dios de Israel que siempre cumple lo que promete

No sólo es feliz, bienaventurada María por haber creído a Dios que le hablo por el ángel, sino todo creyente en el Dios de Abraham, de Jesús, que confía en Él en su palabra

Y, no porque en este valle de lágrimas, le vaya ir de perlas, no le fue a Jesús, no le fue a María su madre, si sólo nos quedamos en el primer tomo de la historia, que es este mundo

María de feliz más bien poco, pero si trascendemos al segundo tomo. Al hacer de Dios, a la Resurrección, a la Vida de verdad entonces María es la primera de los bienaventurados, y, cada creyente lo será en la medida en que se halla fiado de Dios

Somos felices por haber creído, si es que de verdad creemos, porque fe y cultura religiosa no son lo mismo.

El mejor vino

Dios por su Hijo hace de simple agua el mejor vino. En Cana, Dios se manifestó como El Dios no sólo del Amor, sino de la alegría, por medio de su Hijo, convirtió el agua sucia, pues era el agua de las abluciones, es decir donde se purificaban, se lavaban, no en agua limpia, sino en el mejor vino

Con ello, el mensaje que nos llega, entre otros es que Dios por Jesús, convierte nuestro pecado en gracia, Dios dirá San Pablo saca bien del mal, incluso del pecado

Como sabemos el vino embriaga, y, si es bueno es de mayor graduación, en el Libro de los Hechos vemos que toman a los Apóstoles por borrachos, ellos estaban ebrios pero del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es pues el vino nuevo, que nos  trae Jesús, y, nos lo trae borrando nuestros pecados que son el agua sucia, impura. Este vino que embriaga, pero no hace perder el sentido, El Espíritu Santo, como dice el mayordomo de Cana, no se dio al principio del banquete de bodas, es decir no se dio al Viejo Israel, El Padre lo reservo para el final, para que su Hijo, lo derramase desde La Cruz sobre todos, lo derramase en el Cenáculo exhalando su aliento  de Resucitado, más aún del Viviente
Lo derramase en Pentecostés
Y, lo siga derramando día a día
De todo ello, el Milagro de Cana, en el que María La Mamá, tiene un papel preponderante, como lo tendrá en La Cruz, y, en Pentecostés. Es un signo o parábola en movimiento.



lunes, 2 de diciembre de 2019

Toda vida en especial la humana es Don del Espíritu Santo

Toda vida en especial la humana es Don del Espíritu Santo

“Señor y dador de vida”, confesamos en el Credo
Por ello toda vida, viene es protegida, mantenida en la existencia por el Espíritu Santo

La no humana, la deja a nuestra tutela, no a nuestro abuso, no se pueden maltratar árboles, vegetales, animalitos, sí se puede comer pollo asado…

Pero la vida humana, desde la concepción hasta que ese ser  humano es llamado a su destino definitivo por Dios. Le pertenece sólo a Él, y, da igual si es una buenísima persona, o un criminal. La vida humana que procede del Espíritu Santo, que es cuidada, protegida, y, mantenida por Él, es inviolable, por ello la pena de muerte, la tortura, el acaparamiento de alimentos, los salarios injustos, el homicidio corriente, la eutanasia, el aborto, el genocidio. Son pecados, ofensas que le hieren.

Y, que jamás un cristiano puede justificar.

Jesús habla del Reino.

Jesús habla del Reino.

 “No os toca a vosotros conocer los tiempos que el Padre ha fijado con su autoridad”

Cuando los discípulos todavía con la mentalidad cerrada del viejo judaísmo, le preguntan, si es el momento en que va establecer el Reino

Jesús no les dice, que falta mucho, que va ser pronto, que será cuando pasé esto o lo otro

Jesús les dice, nos dice, porque somos sus discípulos

“No os toca a vosotros conocer los tiempos que el Padre ha fijado con su autoridad”

Podemos decir que nos responde casi groseramente, o, sin el casi, nos responde como nos merecemos

La Venida definitiva del Reino, es asunto del Padre, del Dios Uno y Trino

Lo nuestro, lo de cada cristiano, es preparar el terreno, no poner obstáculos para su venida

Cómo  orando y viviendo el Evangelio.




Es mi cristianismo, mi fe sosa?

¿Es mi cristianismo, mi fe sosa?

Naturalmente no va de examen personal público, va de todos y cada uno de nosotros

A mí, me viene muy bien pararme ante Dios, y, ante mí, misma, para preguntarme, si mí fe es sosa

Por sosa, me refiero a sí los no creyentes, que me ven, se sienten interpelados, o más bien se sienten espantados

Si los no cristianos, los no creyentes, y, los demás sienten al verme que ser cristiana, es como dicen los adolescentes. “chachi pirulí”

O, si soy una más del montón, igualita al buen ateo

O, si empalago, si me ven como algo reaccionario, intolerante, que piensa más en el culto, que en Aquel al que debe dar culto…

Y, entonces espanto a todo el mundo

Y, una comida sosa, no se traga, pero con sal de más tampoco

Jesús quiere que sea sal

Por lo tanto, no me queda otra

Procurar con su ayuda ser sal, pero buena sal.

El Nombre de nuestro Dios es “Libertador”

El Nombre de nuestro Dios es “Libertador”

A Dios le podemos llamar Padre, Hermano, Señor, “Él que es, y esta”…
Pero hay una palabra que lo define también perfectamente, es “Libertador”
Dios es enemigo de la esclavitud, ya en el AT, vemos como a los judíos no les permite tener esclavos como a los demás pueblos, pueden tenerlos, pero con condiciones, y, sabiendo que el único amo, el único Señor, es Él.

A Dios le preocupa más la esclavitud que nos imponemos nosotros entregándonos al Mal, que la esclavitud a la que otro, nos pueda someter

Nadie puede someter el alma, la mente de otro, si ese otro no quiere

Por qué esta contra la esclavitud, saco a Israel de Egipto

Por qué esta contra La Esclavitud, a la que nos sometió el diablo, se hizo hombre, se hizo esclavo, para en La Cruz destruir nuestra esclavitud, y, darnos no ya el contrato de hombres y mujeres libres, sino de hijos de Dios, si queremos

Pues Dios es nuestro Libertador, y, un libertador no quiere sometidos a la fuerza

Por ello todo lo que lleve a liberar al ser humano de cadenas, del tipo que sean, viene de Dios, y, quien lo hace, aunque no lo sepa, está siendo movido por Dios

Por el contrario lo que pone al ser humano cadenas del tipo que sean, no viene de Dios, y, quien lo hace aunque se diga muy piadoso, no está movido por Dios.



domingo, 1 de diciembre de 2019

Como mujer cristiana

Como mujer cristiana

Como mujer cristiana
Sé que no soy superior al hombre
Sé que no soy inferior al hombre
Sé que no soy igual al hombre, si no su complemento
Sé que el hombre es mi complemento
Sin que ello quiera decir que por  estar soltera, sea ser medio mujer, no es sólo en el matrimonio, sino en la sociedad, en La Iglesia, en el mundo, donde los seres humanos hombres y mujeres nos complementamos

Sé que tengo, que tenemos los mismos derechos y deberes que los hombres, derechos que nos da Dios al crearnos en nuestras madres, no “la puta y maldita ONU”

Por ello ningún hombre tiene derecho a privar a otro de la libertad de hablar, decir, pensar, escribir…

Y, una mujer tampoco

Ningún hombre tiene derecho a privar a otro de la vida, sin que sea excusa el tamaño, raza, sexo, tendencia, ideología, nacionalidad, etc. del otro

Por ello ningún hombre tiene derecho, y, si se lo da una ley es ley impía a torturar, exterminar, aplicar la pena de muerte, vender o traficar con seres humanos, practicar abortos, pues el aborto es la muerte de un inocente el útero matero, ni aplicar la eutanasia
El hombre que hace cualquiera de esas cosas es un asesino, un maldito

Por ende la mujer lo mismo
No hay derecho al aborto, no existe el derecho al crimen
Sé que no hay ningún hombre que con sentido biológico, genético pueda decir en la historia que es padre de Dios

Pero una mujer sí
María, una simple mujer. Que no preciso ser feminista para ser libre.