El Fuego de Dios Espíritu Santo no destruye, purifica, ilumina
El fuego de los humanos, a veces sirve para destruir, para quemar. Pero “El Fuego, la Luz del Espíritu Santo”, no destruye más que el pecado, purifica, ilumina, santifica
Diviniza al hombre, y, este Fuego, lo recibimos en los Sacramentos, aunque no lo notemos, sobre todo, lo recibimos en La Confirmación.