El deseo de hacer grandes cosas,
a veces no viene de Dios, sino del diablo que nos tienta con hipotéticas
grandes acciones, para que no hagamos las pequeñas que son nuestro deber.
Me gusta esta frase anónima, cuyo
sentido comparto, porque lo que importa es el día a día, grande o pequeño no
importa si es con Dios y por Dios.