Con ello, el mensaje que nos llega, entre otros es que Dios por Jesús, convierte nuestro pecado en gracia, Dios dirá San Pablo saca bien del mal, incluso del pecado
Como sabemos el vino embriaga, y, si es bueno es de mayor graduación, en el Libro de los Hechos vemos que toman a los Apóstoles por borrachos, ellos estaban ebrios pero del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es pues el vino nuevo, que nos trae Jesús, y, nos lo trae borrando nuestros pecados que son el agua sucia, impura. Este vino que embriaga, pero no hace perder el sentido, El Espíritu Santo, como dice el mayordomo de Cana, no se dio al principio del banquete de bodas, es decir no se dio al Viejo Israel, El Padre lo reservo para el final, para que su Hijo, lo derramase desde La Cruz sobre todos, lo derramase en el Cenáculo exhalando su aliento de Resucitado, más aún del Viviente
Lo derramase en Pentecostés
Y, lo siga derramando día a día
De todo ello, el Milagro de Cana, en el que María La Mamá, tiene un papel preponderante, como lo tendrá en La Cruz, y, en Pentecostés. Es un signo o parábola en movimiento.