domingo, 14 de febrero de 2021

En que Dios creemos


¿En qué Dios creemos, a qué Dios alabamos?
Escribo ante el Señor, El Espíritu Santo, esta pregunta de la penitencia, del día 17; se repite en el retiro de hoy; no es casualidad, pero más que, preguntar en qué Dios creemos, y, alabamos, hay que preguntar, en qué dios nos enseñaron a creer, y, si nos enseñaron a alabar a Dios, o, entonar canticos raros, llenos de miedo, a un dios tiránico
No hablo de la familia, porque yo tuve la inmensa suerte, de que se me hablase de un Dios Padre, del “Papá  del Cielo”; que lloraba si no me comía la manzana, que él había hecho, y, pintado tan bonita para mí”; no hablo del dios, del que se nos hablaba en las catequesis; en las predicaciones, en los retiros cuaresmales, y, en los devocionarios, el dios vengativo, el dios acusador, el dios que andaba a la zaga, para ver donde podía pillarte, y, mandarte al infierno, que más que odiarnos, parecía, odiar a Jesús, pues anulaba su muerte en Cruz; claro que el mismo Jesús, no se libraba, como su Abba, de semejante blasfemia; la confesión más que arrepentimiento, dolor por herir el corazón de un Padre, era miedo al infierno, a Dios le importaba, como si no lo supiese las veces, que tal pecado, se había cometido
Si el dolor, la desgracia, la enfermedad, aparecían en la vida de uno, y, tarde o temprano, directa, o, indirectamente, aparecen siempre, la culpa, era nuestra, por pecadores nos castigaba Dios, con lo que se nos pedía resignación, que tiene de cristiano, “la r”; uno aguantaba, tenía que aguantar injusticias, por Dios, como si Dios, quisiera la injusticia, que es lo mismo, que decir el pecado, contra la injustica hay que luchar, y, revelarse, por Dios, y, por quien la comete, que sigue siendo hermano, la enfermedad no viene de Dios, si no de virus, microbios; y, de usar mal las cosas de Dios
Pero no acababa ahí, si el dolor, y, todo lo anterior le pasaba a una persona inocente, buena, un niño etc., Dios lo estaba probando
La verdad ese dios era un peligro, no me extraña que tantos lo nieguen, porque es un dios más falso, que el billete de 30 €
En cuanto a alabar no, se nos enseñó a alabar a Dios, espontáneamente, porque nuestra religión tenía que ser oficial perfecta, cuadriculada, a esto recuerdo, lo dicho por el Papa Francisco, “El Rey David, se salta las normas, y, alaba a Yahvé baila, danza, ante el Arca; la reina Micol, su esposa, la hija de Saúl, se enoja, el Rey, no ha actuado bien, no fue prudente, dio mal ejemplo, y, Micol, se volvió estéril; por otro lado, nos recuerda Francisco, Sara, a sus 90 años salta de alegría, porque ha sido madre; y, concluye el Papa, Micol, muere estéril, porque la religión oficializada, que no se sale de sus esquemas, que no alaba, es estéril, no da fruto, mientras que la que siente a Dios a su lado, la que lo alaba da fruto, no importa que uno sea viejo, con Dios rejuvenece
Segunda parte
Mi imagen de dios, mi imagen de Dios
Pese a lo enseñado en casa, las homilías, devocionarios etc, durante un tiempo, me dieron la imagen de un dios, a mi servicio, pero que tenía poder para mandarme al infierno
Un dios, al que si yo quería algo, tenía que cumplir con él; unos ritos vacíos, que si me confesaba de no haber ido a Misa, no importaba, el por qué, ni que me doliese, haber le dado plantón, si no las veces que había faltado, como si eso  agrandase, o disminuyese el pecado, un dios al que había que amar pero también tenerle miedo, aunque le llamasen temor, era miedo, y, no revelarte, esto nunca lo cumplí, pero eso sí, estaba mal, y, había que decirlo al confesor
Lina Morgan, que está en los Cielos; porque Dios es su Padre, la genial Lina Morgan, dijo en una entrevista, hablando de su fe sencilla, que a veces, ella, regañaba a Dios, le decía, “¿Pero, cómo puedes hacerme, esto..?; el periodista me dio escandalizado, le pregunto, como era posible, y, ella le respondió, si me quejo a mi padre de la tierra, porque no lo voy hacer al del Cielo
Y, otro gran hombre, que también está en el Cielo, por lo mismo que Lina Morgan, “Chanquete”; decía, Dios no es un viejo, Dios es un Niño, porque es eterno, y, por Él no pasa el tiempo, Dios juega, con nosotros, es travieso
Y, San Josemaría, el Fundador del Opus Dei, dice en Camino, “Dios juega con nosotros”
Esto, lo que había aprendido en casa, mi madre, la oración con la Biblia, antes de estudiarla, y, saber que no sé nada, cambiaron mi imagen de dios, por la de Dios, un Dios que es Padre, Madre, Tio, Tia, Amigo, Hermano, que lo es todo, un Dios que no es policía que vigile, si no Padre, Madraza, que cuida, que se abaja hasta mí, con él que me enfado, y, Él no se enfada conmigo, porque soy su criatura, su nena, y, no tendría sentido, que no quiere el dolor, ni la injusticia, pero hizo al hombre libre, y, no puede hacer nada, su Amor le lleva a no poder usar su Omnipotencia, un Dios que me habla por la Escritura, por la Iglesia, por las personas, amigos, y, conocidos, creyentes, y, no creyentes, con sus vidas, con sus voces, que me habla por los animales, las plantas, un Dios que no me saca las castañas del fuego, pero me recuerda que las debo sacar, y, si no las saco, no se enoja, se ríe conmigo de que se hallan quemado
Un Dios Abba, Papá, el Dios de mi Hermano Jesús