Algunas mujeres de la Biblia La
hemorroisa
Aunque el protagonista, es
siempre Jesús, es también importante esta mujer; de la que no se sabe nada, y,
si no se sabe nada, es porque no hace falta
Lucas, 8, 43-48, nos relata su
curación
Pero para comprenderla; en su amplitud, hay que ir “por el Ministerio
del Tiempo”, a su época, a su entorno religioso cultural
“La mujer padece flujos de
sangre”; es decir reglas fuera del periodo menstrual, en esa época la mujer por
la pérdida de sangre era impura, no sólo no podía tener relaciones íntimas, con
su esposo, si no que no podía acudir al Templo, a la Sinagoga, era una
marginada, “una impura”
Pero además quedaba excluida,
excomulgada del Pueblo de Dios, ya que esa misma enfermedad, “la hacía
estéril”, al no poder tener relaciones, era pues doblemente maldita
No podía acudir a los sacerdotes
judíos, porque al sacerdote se acudía para verificar la curación, que ya no
había impureza
Llevaba dice Lucas 12 años, con
su enfermedad y los números en la Biblia, hay que tomarlos, como son, no hay
que pensar en 12 años físicos; si no en lo que este número representa
Pues bien 12, son las Tribus de
Israel, es decir no había podido
construir pueblo, dar hijos a la Tribu de Israel a la que perteneciera
12 es además 6 + 6; y el 6 es la imperfección, es decir su vida era inútil
“lo había gastado todo en
médicos”
Por lo tanto era pobre, el pobre
rozaba también para muchos la impureza, hay que tener en cuenta que los
saduceos, lo esperaban todo, de esta vida, por lo tanto si alguien no lo tenía
es que no lo merecía, que Dios los castigaba
Asi pobre, estéril, impura, con
una vida que es un fracaso, sin tener a dónde acudir, se encuentra frente a
Jesús
Qué hacer no puede ir, y pedir su curación en voz alta,
porque se le echarían encima, todos “los buenos creyentes, los puros”
No puede pedirse lo a Jesús en
voz baja, no sabe cómo va reaccionar, además lo volvería impuro ante los demás,
porque la impureza se transmitía, por el simple roce
Aunque me temo, que esta mujer,
no creía esas tonterías, pero con todo no puede
hacerle ese “daño a Jesús”
Pero ella sabe, que Él es el
Enviado, y nadie, ni nada, ninguna ley tonta, le va impedir, obtener su gracia,
por eso le va tocar, sin que nadie, se de cuenta, casi ni el mismo; hay mucha
gente, y, son normales, los roces
Nada más tocarle, se siente
curada, limpia, pura, pero pura en el sentido verdadero de la palabra, mientras
Jesús pregunta, quién lo ha hecho, porque él se ha dado cuenta del milagro
La mujer, que ya está curada,
tendría que haber ido, a los sacerdotes que la despreciaban, que le impedían
participar en el culto, tal vez acompañada, de uno de los médicos que la habían
estafado, tendría que haber ido, para que el sacerdote, certificará su
curación, y, tal vez al final lo hizo, pero ahora
A donde tenía que acudir era al
Único y Sumo Sacerdote, que preparaba la victima del Holocausto, su propia
Humanidad, y eso fue lo que hizo, se
arrodillo ante Jesús, y ya sin miedo, ni vergüenza confeso porque lo había
hecho
Jesús, no la reprendió por volver
lo impuro, porque nada lo vuelve impuro, al contrario él que es impuro a su
contacto, se vuelve puro, por eso la levanto del suelo, y le dijo
“Ve en paz, tu Fe te ha curado”
“Ve en Paz”; ya no era preciso,
que fuese ver a los sacerdotes, era pura, y, antes una enferma
“Tu fe te ha curado”
Si pero la fe en Jesús, como el
enviado, la fe, porque Jesús es Quien es, porque si hubiese tocado pensando lo
mismo, la túnica de Caifás, no se hubiese curado
Ahora ya estaba integrada de
nuevo en su Pueblo, ya podía ser esposa, madre, orar al Dios de Israel
Estaba salvada
La mujer, mejor dicho Lucas,
sobre todo Lucas, enseña que a Jesús, siempre se le puede acercar uno, por muy
impuro que sea, y, por mucho que “ puros, lo quieran impedir”; además es el
único medio para ser puro de verdad, no sólo a nivel legal