jueves, 23 de marzo de 2017

Algunas mujeres de la Biblia, la hemorroisa



Algunas mujeres de la Biblia La hemorroisa
Aunque el protagonista, es siempre Jesús, es también importante esta mujer; de la que no se sabe nada, y, si no se sabe nada, es porque no hace falta
Lucas, 8, 43-48, nos relata su curación
Pero para comprenderla;  en su amplitud, hay que ir “por el Ministerio del Tiempo”, a su época, a su entorno religioso cultural
“La mujer padece flujos de sangre”; es decir reglas fuera del periodo menstrual, en esa época la mujer por la pérdida de sangre era impura, no sólo no podía tener relaciones íntimas, con su esposo, si no que no podía acudir al Templo, a la Sinagoga, era una marginada, “una impura”
Pero además quedaba excluida, excomulgada del Pueblo de Dios, ya que esa misma enfermedad, “la hacía estéril”, al no poder tener relaciones, era pues doblemente maldita
No podía acudir a los sacerdotes judíos, porque al sacerdote se acudía para verificar la curación, que ya no había impureza
Llevaba dice Lucas 12 años, con su enfermedad y los números en la Biblia, hay que tomarlos, como son, no hay que pensar en 12 años físicos; si no en lo que este número representa
Pues bien 12, son las Tribus de Israel,  es decir no había podido construir pueblo, dar hijos a la Tribu de Israel a la que perteneciera
12 es además 6 + 6;  y el 6 es la imperfección,  es decir su vida era inútil
“lo había gastado todo en médicos”
Por lo tanto era pobre, el pobre rozaba también para muchos la impureza, hay que tener en cuenta que los saduceos, lo esperaban todo, de esta vida, por lo tanto si alguien no lo tenía es que no lo merecía, que Dios los castigaba
Asi pobre, estéril, impura, con una vida que es un fracaso, sin tener a dónde acudir, se encuentra frente a Jesús
Qué hacer  no puede ir, y pedir su curación en voz alta, porque se le echarían encima, todos “los buenos creyentes, los puros”
No puede pedirse lo a Jesús en voz baja, no sabe cómo va reaccionar, además lo volvería impuro ante los demás, porque la impureza se transmitía, por el simple roce
Aunque me temo, que esta mujer, no creía esas tonterías, pero con todo no puede  hacerle ese “daño a Jesús”
Pero ella sabe, que Él es el Enviado, y nadie, ni nada, ninguna ley tonta, le va impedir, obtener su gracia, por eso le va tocar, sin que nadie, se de cuenta, casi ni el mismo; hay mucha gente, y, son normales, los roces
Nada más tocarle, se siente curada, limpia, pura, pero pura en el sentido verdadero de la palabra, mientras Jesús pregunta, quién lo ha hecho, porque él se ha dado cuenta del milagro
La mujer, que ya está curada, tendría que haber ido, a los sacerdotes que la despreciaban, que le impedían participar en el culto, tal vez acompañada, de uno de los médicos que la habían estafado, tendría que haber ido, para que el sacerdote, certificará su curación, y, tal vez al final lo hizo, pero ahora
A donde tenía que acudir era al Único y Sumo Sacerdote, que preparaba la victima del Holocausto, su propia Humanidad,  y eso fue lo que hizo, se arrodillo ante Jesús, y ya sin miedo, ni vergüenza confeso porque lo había hecho
Jesús, no la reprendió por volver lo impuro, porque nada lo vuelve impuro, al contrario él que es impuro a su contacto, se vuelve puro, por eso la levanto del suelo, y le dijo
“Ve en paz, tu Fe te ha curado”
“Ve en Paz”; ya no era preciso, que fuese ver a los sacerdotes, era pura, y, antes una enferma
“Tu fe te ha curado”
Si pero la fe en Jesús, como el enviado, la fe, porque Jesús es Quien es, porque si hubiese tocado pensando lo mismo, la túnica de Caifás, no se hubiese curado
Ahora ya estaba integrada de nuevo en su Pueblo, ya podía ser esposa, madre, orar al Dios de Israel
Estaba salvada

La mujer, mejor dicho Lucas, sobre todo Lucas, enseña que a Jesús, siempre se le puede acercar uno, por muy impuro que sea, y, por mucho que “ puros, lo quieran impedir”; además es el único medio para ser puro de verdad, no sólo a nivel legal