sábado, 4 de marzo de 2017

No hay libertad sin Fe


Una persona que  no tiene “Fe” o mejor dicho “ fiducia” confianza en Dios, como el niño pequeñín en su papaíto, no es una persona libre, podrá  ser libre físicamente, pero esa libertad la tienen también los irracionales, que son esclavos de su instinto.

Por supuesto que tendrá que ser una fiducia que nazca de una fe viva, la fe que brota de la Justicia, de quien unido a Cristo lo sepa o no, hace la voluntad de Dios Padre, una fe sin obras, es un cadáver de fe, por lo tanto, tener esa fe y no tenerla es lo mismo, nadie dice que tiene un gato, si lo que tiene es un cadáver de gato en el jardín, un cadáver o se entierra si es de persona,  o se entierra o se tira si es de animal,  pero sea como sea se aleja de uno, salvo que; deseemos pillar una infección.

Por suerte la fe muerta, puede ser resucitada por Dios, si el propietario quiere.

Y la Fe viva, la Fe que opera en la justicia es la que nos hace libres, libres frente al mundo, no le tenemos miedo, qué nos puede hacer,  ¿más de lo que le hicieron a Jesús, no? Y está vivo, glorioso.

Sin miedo a nosotros mismos, nuestro peor enemigo; la carne, que no tiene nada que ver con lo relacionado con el sexto mandamiento,  también pero va más lejos, “carne” en la Biblia es la persona humana, nuestra naturaleza, nosotros mismos somos nuestro peor enemigo, pero la Fe, nos libra de eso, nos dice que Dios es más grande que nuestro corazón, que no debemos de tener miedo, que con Él podemos recomenzar, y empezar mil millones de veces.

Sin miedo al demonio, “pobre ángel caído”, caído eso lo dice todo

Sin miedo al futuro, que es nuestro en Cristo

Sin miedo  a Dios pues somos sus hijos

Por eso los santos, han sido las personas más libres, y  por ello, no hubo criatura más libre que;  “ La Esclava del Señor”

Pero del mismo modo, que sin Fe, sin Fiducia no hay libertad, sin libertad no es posible la Fe, la fe viva, operante,  será posible una fe intelectual,  que es un cadáver de fe, y que acaba si Dios no lo remedia, descomponiéndose y desapareciendo como cualquier cadáver.

Si uno no, es libre para obligar a su mente a doblegarse a Dios y la Iglesia, es decir a doblegarse a la Iglesia porque allí actúa, y habla Dios

Si uno, no es libre del mundo, de las modas, para mandarlo a paseo y seguir el dictamen de una conciencia bien formada

Si uno, no es libre para hacer incluso el ridículo

Se acabara encadenado al pecado, a sus consecuencias y la fe se morirá

La fe muerta es la que no produce obras de Justicia

Pero si uno, tiene la fe del niño pequeño, que confía en su papá por encima de todo, porque sabe que su papíto lo quiere, seremos como son los niños pequeños, los seres más libres del mundo. Aunque un tirano nos hubiese puesto cadenas y marcado con hierro candente.