domingo, 5 de marzo de 2017

Aborto crimen, no sólo pecado

Todavía recuerdo, lo que ponía “El áncora de salvación” viejo devocionario
“Si has procurado aborto, antes de estar animada, la criatura o después, durante un largo tiempo, y debido a Santo Tomás de Aquino, quien se basaba en las teorías de Aristóteles, se pensaba que el embrión macho recibía el alma a los  40 días, la hembra a los 80
Dado que el ser humano consta de alma y cuerpo; el aborto antes, sería un pecado, pero no un crimen.

Sin embargo la teoría es falsa; es falsa porque en primer lugar nadie puede determinar en que momento, se infunde el alma, ya que esta no es un órgano, por lo tanto, tanto se puede objetar a los 40, a los 80 días, como a los 90 años, o incluso se podría decir que hay subgrupos humanos y que estos no tienen alma, algo parecido aunque sin mencionar el alma hizo Hitler con todos los que asesino, que por cierto no fueron sólo judíos.

Entonces en el caso del aborto primero habrá que ver si hay vida; por el momento dejamos el alma a un lado.

Y  es evidente que hay vida; la vida se manifiesta en un  ser, u organismo, en que crece, no siempre es necesario el movimiento, pues bien el cigoto, el óvulo una vez fecundado esta en crecimiento constante, en un continuo progreso, de hecho como decía el profesor Jêrome Lejeune, genetista francés;  si el niño esta vivo, es porque estaba vivo el feto, y este porque estaba vivo el embrión,  y este porque estaba vivo el cigoto, y éste porque lo estaban las células paterna y materna que lo originaron,  si yo estoy viva ahora, escribiendo aquí, es porque en cada una de las anteriores etapas de mi vida,  estaba viva, incluida mi etapa de cigoto.

Así pues ya sabemos que el embrión esta vivo, que es algo vivo, ahora sólo nos falta saber si es “alguien”

Un óvulo  o un espermatozoide, tienen el código genético de la persona que los produce, el mismo código genético que esa persona tiene en las  uñas o en el cabello, y que es su mejor DNI.

Pues bien, si se extrae el código genético el ADN de un cigoto, este es absolutamente distinto del que tenía el óvulo o el esperma que lo originaron,  tiene algo de ellos pero es otro; además no tiene en el caso de los humanos,  23 cromosomas, como corresponde al óvulo o al espermatozoide, tiene 46

O sea el cigoto, esos que guardan en tubos de ensayo, o los que están en el seno materno tienen su código genético intransferible,  y sus  46 cromosomas como todo humano que se precie, si se deja vivir al cigoto Manolito,  nacerá un niño, y cuando ese niño se muera en un brutal accidente de aviación, con 99 años, y sólo se encuentren sus dientes, el ADN, de esos dientes, será el mismo que tiene ahora el cigoto, es decir desde el principio somos la misma persona, aunque el traje vaya variando, por lo tanto como todos los creyentes sabemos que el hombre el ser humano tiene alma; si el cigoto lo es, no cabe duda de que la tiene, y que su eliminación es un asesinato, para un cristiano, que sabe que Dios es el autor de la vida, es además un pecado gravísimo, el más grave, alguien puede decir  que el pecado más grave es la blasfemia contra el Espíritu Santo.

Pero no es blasfemia, destruir un Templo de Dios, y que mayor o mejor templo que el ser humano, y un templo hecho por Dios.

Pero para cualquiera, salvo para un degenerado de la raza humana,  es un asesinato.

Los gobiernos que lo legalizan no merecen el nombre de tales sino de tiranos, y no tienen excusa pues se ponen del lado del fuerte

El médico que lo practica sólo merece el despectivo de “abortero”

Y la mujer que lo consiente ya lleva su castigo, vivir con la asesina de su hijo, las madres no suelen perdonar a quien les mata los hijos, y si son ellas mismas, menos.

Ni que decir tiene que Santo Tomás no era abortista, que era hijo de una época, y que aunque no veía alma en el embrión, si lo veía como algo sagrado y casi divino, pues estaba destinado a convertirse en imagen de Dios.