El Amor de Dios se manifiesta de
forma especial en el bautismo, y, en la Eucaristía, el agua y la sangre que
brotan del costado herido de Jesús muerto
En el bautismo Dios derrama sobre
nosotros el Agua que broto del costado herido de su Hijo, esta agua la
representa el agua, que cae sobre
nosotros, pero también, a veces la sangre en el caso de los mártires, o del deseo incluso el implícito, implícito, así
arranca todo pecado de nosotros toda malicia, pero no, nos hace ángeles, porque
el Verbo de Dios no se hizo ángel se hizo
hombre
Nos une a Él, nos hace, “Cristo”;
por eso somos cristianos, “ungidos”
Habíamos causado la muerte de su
Hijo, y Dios nos hace hijos en su Hijo, no puede haber mayor muestra de amor,
pues sí, la hay
El Hijo se hace Pan y se hace
Vino, para continuar, “reviviendo su entrega”;
y así hecho cosa; se nos da como
alimento, Dios ya no puede amarnos más, nos ama como Dios,