martes, 7 de marzo de 2017

Sobre la película Silencio de Scorsesse




Silencio
Ayer acabe de verla, en 3 veces,  y no entiendo como nadie, puede decir que esta es una película anticristiana; porque hacía tiempo que no veía una que lo fuera más; más cristiana,  desde luego más que algunas “pelís” de semana santa, que no lo son por que salga una caricatura de Jesús
Lo que he visto;  muestra a la Iglesia, sucede en Japón, pero esto lleva sucediendo, desde que allá por el año 30/33; un carpintero judío, fundará la Iglesia
Simón Pedro, él que será el primer pastor de la misma, es un apostata, y no sólo él también sus compañeros, luego serán testigos, mártires, pero antes todos menos Juan, cobardes
Al convento de los jesuitas, llega  una carta informando de la persecución en Nagaski, la manda el Padre Ferreira, del que hace tiempo no saben nada, dos jóvenes jesuitas quieren ir en su busca, el superior les informa de que Ferreira, ha renunciado al cristianismo, ellos no lo creen, entonces el superior les asegura que es verdad, uno de ellos dice, “está condenado”; pero el otro afirma, “ es ahora cuando tenemos que ir a buscarlo”
Es decir los jesuitas, van a buscar a la oveja perdida, se van a meter en medio de los lobos. ¿Ya me dirán que hay más evangélico, ni más cristiano?
Al llegar a Japón, no lo tienen fácil, necesitan un guía, y, le presentan  a un hombre con un aspecto horrible, que niega ser cristiano, pero que los llevará a Nagaski
Así es como conocen a unos cristianos que viven en una especie de catacumbas, como los primeros, allí escondidos practican la fe, rezan bautizan a los niños, su mayor alegría, dentro del dolor que tienen, y el miedo, es la presencia de los dos jóvenes sacerdotes, por fin se pueden confesar
En un momento, porque no voy a contar la película, al ver aquellos rostros torturados, amargados,  dice uno de los padres” Cristo no murió por la bondad y la belleza, morir por eso es fácil, lo difícil es morir por lo miserable”
Que a mí, me recordaron las de Pablo, “por un hombre honesto, tal vez alguien diese la vida, pero el Amor de Dios se manifestó, en que siendo nosotros pecadores, Cristo murió por nosotros”
Y, nosotros somos los miserables
Aquí todos son cristianos, porque ni la apostasía borra el bautismo
En un momento, aún con miedo de que lo que van hacer al darles objetos de fe, les haga alejarse del verdadero objeto y sentido de la fe, los sacerdotes reparten sus medallas, sus objetos religiosos, cuando ya no les queda nada, desgranan el rosario, cuando le toca el turno a Kachijiro, el que fue de guía, y que saben es cristiano no lo quiere, escapa, cuando el sacerdote lo alcanza, le confiesa que es indigno, le cuenta como apostato, para salvar su vida, su familia no lo hizo y  fue quemada viva, él pese a que renegó de su fe, “pensé a que abandone, a Dios, no abandone a mi familia”; su dolor le quedo grabado, el olor a fuego, a carne quemada, que ve en sus pesadillas, pero cada vez menos, lo que para él es señal de que Dios quiera perdonarlo
Para mí, que no abandonase a los suyos en el martirio, es prueba de que su apostasía no había sido total, Dios seguía a su lado
Pero lo grandioso viene cuando el jesuita, tras oírlo en confesión, lo absuelve en Nombre de Dios, ahí se ve lo afortunados que somos los cristiano católicos, por el sacramento de la penitencia, Kachijiro sabe ya que esta perdonado, vuelve a estar en casa, no sé si en caso de no tener el sacramento, tendría esa sensación de perdón, no que no fuera a ser perdonado
son llevados ante los perseguidores, (mientras van de camino encadenados, se oyen, los pensamientos de uno de los futuros mártires, (“invoco a Dios que pase, la prueba, como hizo su Hijos; pero por qué la prueba es tan larga; y, ¿por qué al mirar dentro de mí, las respuestas, son tan débiles?”  aquí se ve la grandeza del martirio, el mártir no ve el cielo abierto, no ve angelitos, el mártir siente el miedo, al dolor, el miedo a morir por nada, algo que le dice, “ y si no hubiera nada de lo que esperas”; se grita a si mismo que es verdad lo que cree, pero Dios está en silencio, aunque no, está gritando por el mismo mártir, como hizo, con su Hijo));  y se les manda pisar una especia de cuadro, lo pisan todos, porque no le ven sentido religioso, dudando que fuera por eso, les mandan blasfemar contra La Virgen, y escupir al crucifijo, ninguno lo hace, salvo Kachijiro, es su segunda apostasía, los dos jesuitas, lo observan todo, escondidos en la selva, y, ante la apostasía de Kachijiro, ni una maldición sale de la boca del buen jesuita, al contrario, es como una disculpa, “tal vez sea el que más ha sufrido”, es cierto había visto morir a su familia, tenía miedo, y el miedo es humano; pero las palabras del jesuita, indican su intención de buscarlo de nuevo
Los demás son condenados a muerte, se les ata a unas cruces y se ponen en el borde del mar, para que las olas los maten, les dan sake, como a Jesús, le dieron vinagre, como Jesús, mueren sufriendo,  y, entregando la vida al Padre, y, al propio Jesús, sus sufrimientos se acaban

Cada vez más emocionante, más evangelio, vida, lucha entre la gracia y el pecado; el jesuita consigue al fin, alcanzar a Kachijiro, este se confiesa, es  un hombre con miedo, con miedo a la muerte; acabará por traicionar al joven jesuita, como Judas a Jesús. En espera de su destino, una joven cristiana japonesa, Mónica, da ánimos al sacerdote, los espera el Paraíso, donde no hay sufrimiento
Más tarde el jesuita es llevado ante el Gran Inquisidor, se le hace la propuesta de que puede salvarlos, entonces lo mismo que Jesús en el Huerto según el Evangelio de Juan,  dice “ llévame a mí”; pide se le castigue a él, no le hacen caso, días más tarde ve, como los cristianos prefieren morir antes que apostatar, hasta Kachijiro al final alcanza el martirio
Aún quedan cristianos, cristianos que van ser ahogados en el mar, envueltos en esteras, si él renuncia, si apostata tal vez se salven, aparece el otro Padre, el otro cura jesuita, y se adentra en el mar, para salvar a los mártires, “ en busca de las ovejas como el pastor, y, como el pastor el lobo, lo mata con las ovejas”; y, como cuando Jesús agonizaba en La Cruz, Dios parece callar, pero no es cierto, está gritando; el joven jesuita, necesita pruebas, fuerza, no quiere apostatar, quiere ser fiel, pero es humano, y es humano sentir miedo
Más adelante por fin tiene lugar el encuentro con Ferreira, el jesuita apostata, que antes pre gusto el martirio, metido en una fosa séptica cabeza abajo, con un corte; al final cedió, ahora es un, lo que sea, otro hombre, aunque lleva un gran sufrimiento, su apostasía no le ha dado la felicidad, pese a que tiene la mujer, y, los hijos de otro hombre, se ve en su rostro que sufre, no es feliz, está yendo contra sí mismo.
Y eso es una tortura, seas creyente, o increyente.
En apariencia vive bien, estudia y enseña astronomía, hasta ha llegado a tanto su vileza, porque lo siento, lo veo un ser vil, despreciable no por su apostasía, si no por escribir un libro contra La Fe cristiana, y, por intentar convencer al joven jesuita del que fue confesor que apostate, porque según él la fe cristiana no vale para Japón,  el jesuita, sabe que sí, lo vio en los mártires que ha visto morir, por más que Ferreira, cuyo rostro atribulado, tal vez sea presagio, ya de su condena eterna, porque lo ha elegido él, y, no hay vuelta de hoja, y repito no me refiero a la apostasía, si no a haberse vendido, escribiendo el libro blasfemo y herético, y queriendo llevar al que fue su hijo espiritual, al mismo pecado, el joven jesuita, discute con él, lo desprecia, también lo ha traicionado a él lo llevan a la cárcel, allí se enfrenta a su agonía como Jesús en el Huerto, necesita fuerza, luz, pide ayuda a Dios, pues quiere ser fiel, y está luchando por conseguirlo, Dios sólo puede ayudarle, la Gracia y el pecado siguen luchando, se habla también de que Budismo y cristianismo, son lo mismo, ni de lejos, pero si tienen valores comunes, pueden convivir, ayudarse colaborar, pero Japón, ve el cristianismo como algo, extranjero, no va permitirlo, de hecho, en Japón no ha prendido el cristianismo, salvo unos pequeños grupos, ahora no creo que ni eso, habrá si bautizados, pero pienso que la sociedad oriental menos cristiana, es Japón; a lo mejor el problema, pero no es el asunto de la película; es la inculturación de la Fe, un cristianismo encarnado, y, no un cristianismo europeo
Sentí pena, por el apostata 2 veces, Kachijiro, pero ninguna por Ferreiro, o al menos no la que sentiría por Rodrígues
Ferreiro sin querer hablando con Rodrígues, dice “No lo querría Nuestro Señor”; luego niega haber lo dicho, y es que todo apostata, es un creyente, es que si no sería un converso, equivocado o, no, pero converso
Al final Rodrígues también cae, la presión es muy grande, cae apostata  pero sigue siendo lo que ha sido siempre un sacerdote, por eso, cuando Kachijiro, le pide confesión, le dice que no puede, “es un cura caído”, luego se reconoce cura, por ende cristiano, y el renegado el apostata absuelve al apostata Kachijiro, al final todos pisaran una imagen, y por lo que se ve, el hallarle una imagen cristiana hará que acabe como mártir Kachijiro
Rodrigues ha descubierto que Dios habla en el silencio, ya lo había descubierto siglos antes Elías
Nos presentan la muerte del cura Rodríguez, por cierto que esposa tan joven visto lo viejo que estaba él, lo entierran a manera budista, y, dicen que nunca más hablo del Dios cristiano, ni le rezo, cómo si hicieran falta palabras para hablar con Dios
Al final al mostrar la escena de la cremación,  la voz en off, apunta que  “está perdido para Dios”; pero exclama eso, sólo Dios lo puede responder, y, ya  sabemos que Dios siempre responde, “Si”, la imagen que se ve tiene en su ataúd budista, no dice nada, se la pudo poner la mujer como un amuleto, pero también porque ella supiese que él nunca había dejado de ser cristiano, un hijo que ahora iba a su Casa, porque si no el fracasado sería Cristo, y, eso no puede ser, Rodrígues, será acogido, como lo fue  Pedro, él nunca quiso negar a su Señor
Con todo queda ahí la duda
En conjunto me ha encantado,  espero verla de nuevo ya en castellano sin tener que leer
La he visto una película cristiana cien por cien
Que habla del pecado y la gracia
Que muestra la lucha por ser fiel
Qué hace pensar que pasaría si uno se viera en la necesidad de escoger entre vivir y apostatar
No veo el escándalo de  Monseñor  Munilla,  para mi, peor la película que ponen todos los años en 13 TV, sobre San Pedro, donde San Pedro, aparece como el que fundo la Iglesia
Repito, no veo que le han visto de negativo,  por ningún lado, como si los cristianos, curas y laicos no pecásemos,  y me recordó las trifulcas de los primeros siglos con los que no querían dar el perdón a los apostatas
Si un poco de apostatas lo somos todos
El cierre sería
Al final Dios siempre está ahí