Silencio
Ayer acabe de verla, en 3 veces, y no entiendo como nadie, puede decir que esta
es una película anticristiana; porque hacía tiempo que no veía una que lo fuera
más; más cristiana, desde luego más que
algunas “pelís” de semana santa, que no lo son por que salga una caricatura de
Jesús
Lo que he visto; muestra a la Iglesia, sucede en Japón, pero
esto lleva sucediendo, desde que allá por el año 30/33; un carpintero judío,
fundará la Iglesia
Simón Pedro, él que será el primer
pastor de la misma, es un apostata, y no sólo él también sus compañeros, luego
serán testigos, mártires, pero antes todos menos Juan, cobardes
Al convento de los jesuitas,
llega una carta informando de la
persecución en Nagaski, la manda el Padre Ferreira, del que hace tiempo no
saben nada, dos jóvenes jesuitas quieren ir en su busca, el superior les
informa de que Ferreira, ha renunciado al cristianismo, ellos no lo creen,
entonces el superior les asegura que es verdad, uno de ellos dice, “está condenado”;
pero el otro afirma, “ es ahora cuando tenemos que ir a buscarlo”
Es decir los jesuitas, van a
buscar a la oveja perdida, se van a meter en medio de los lobos. ¿Ya me dirán
que hay más evangélico, ni más cristiano?
Al llegar a Japón, no lo tienen fácil,
necesitan un guía, y, le presentan a un
hombre con un aspecto horrible, que niega ser cristiano, pero que los llevará a
Nagaski
Así es como conocen a unos
cristianos que viven en una especie de catacumbas, como los primeros, allí
escondidos practican la fe, rezan bautizan a los niños, su mayor alegría,
dentro del dolor que tienen, y el miedo, es la presencia de los dos jóvenes
sacerdotes, por fin se pueden confesar
En un momento, porque no voy a
contar la película, al ver aquellos rostros torturados, amargados, dice uno de los padres” Cristo no murió por
la bondad y la belleza, morir por eso es fácil, lo difícil es morir por lo
miserable”
Que a mí, me recordaron las de
Pablo, “por un hombre honesto, tal vez alguien diese la vida, pero el Amor de
Dios se manifestó, en que siendo nosotros pecadores, Cristo murió por nosotros”
Y, nosotros somos los miserables
Aquí todos son cristianos, porque
ni la apostasía borra el bautismo
En un momento, aún con miedo de
que lo que van hacer al darles objetos de fe, les haga alejarse del verdadero
objeto y sentido de la fe, los sacerdotes reparten sus medallas, sus objetos
religiosos, cuando ya no les queda nada, desgranan el rosario, cuando le toca
el turno a Kachijiro, el que fue de guía, y que saben es cristiano no lo
quiere, escapa, cuando el sacerdote lo alcanza, le confiesa que es indigno, le
cuenta como apostato, para salvar su vida, su familia no lo hizo y fue quemada viva, él pese a que renegó de su
fe, “pensé a que abandone, a Dios, no abandone a mi familia”; su dolor le quedo
grabado, el olor a fuego, a carne quemada, que ve en sus pesadillas, pero cada
vez menos, lo que para él es señal de que Dios quiera perdonarlo
Para mí, que no abandonase a los
suyos en el martirio, es prueba de que su apostasía no había sido total, Dios
seguía a su lado
Pero lo grandioso viene cuando el
jesuita, tras oírlo en confesión, lo absuelve en Nombre de Dios, ahí se ve lo
afortunados que somos los cristiano católicos, por el sacramento de la
penitencia, Kachijiro sabe ya que esta perdonado, vuelve a estar en casa, no sé
si en caso de no tener el sacramento, tendría esa sensación de perdón, no que
no fuera a ser perdonado
son llevados ante los
perseguidores, (mientras van de camino encadenados, se oyen, los pensamientos
de uno de los futuros mártires, (“invoco a Dios que pase, la prueba, como hizo
su Hijos; pero por qué la prueba es tan larga; y, ¿por qué al mirar dentro de
mí, las respuestas, son tan débiles?” aquí
se ve la grandeza del martirio, el mártir no ve el cielo abierto, no ve
angelitos, el mártir siente el miedo, al dolor, el miedo a morir por nada, algo
que le dice, “ y si no hubiera nada de lo que esperas”; se grita a si mismo que
es verdad lo que cree, pero Dios está en silencio, aunque no, está gritando por
el mismo mártir, como hizo, con su Hijo));
y se les manda pisar una especia de cuadro, lo pisan todos, porque no le
ven sentido religioso, dudando que fuera por eso, les mandan blasfemar contra
La Virgen, y escupir al crucifijo, ninguno lo hace, salvo Kachijiro, es su
segunda apostasía, los dos jesuitas, lo observan todo, escondidos en la selva,
y, ante la apostasía de Kachijiro, ni una maldición sale de la boca del buen
jesuita, al contrario, es como una disculpa, “tal vez sea el que más ha
sufrido”, es cierto había visto morir a su familia, tenía miedo, y el miedo es
humano; pero las palabras del jesuita, indican su intención de buscarlo de
nuevo
Los demás son condenados a
muerte, se les ata a unas cruces y se ponen en el borde del mar, para que las
olas los maten, les dan sake, como a Jesús, le dieron vinagre, como Jesús,
mueren sufriendo, y, entregando la vida
al Padre, y, al propio Jesús, sus sufrimientos se acaban
Cada vez más emocionante, más
evangelio, vida, lucha entre la gracia y el pecado; el jesuita consigue al fin,
alcanzar a Kachijiro, este se confiesa, es
un hombre con miedo, con miedo a la muerte; acabará por traicionar al
joven jesuita, como Judas a Jesús. En espera de su destino, una joven cristiana
japonesa, Mónica, da ánimos al sacerdote, los espera el Paraíso, donde no hay
sufrimiento
Más tarde el jesuita es llevado
ante el Gran Inquisidor, se le hace la propuesta de que puede salvarlos,
entonces lo mismo que Jesús en el Huerto según el Evangelio de Juan, dice “ llévame a mí”; pide se le castigue a
él, no le hacen caso, días más tarde ve, como los cristianos prefieren morir
antes que apostatar, hasta Kachijiro al final alcanza el martirio
Aún quedan cristianos, cristianos
que van ser ahogados en el mar, envueltos en esteras, si él renuncia, si apostata
tal vez se salven, aparece el otro Padre, el otro cura jesuita, y se adentra en
el mar, para salvar a los mártires, “ en busca de las ovejas como el pastor, y,
como el pastor el lobo, lo mata con las ovejas”; y, como cuando Jesús agonizaba
en La Cruz, Dios parece callar, pero no es cierto, está gritando; el joven
jesuita, necesita pruebas, fuerza, no quiere apostatar, quiere ser fiel, pero
es humano, y es humano sentir miedo
Más adelante por fin tiene lugar
el encuentro con Ferreira, el jesuita apostata, que antes pre gusto el
martirio, metido en una fosa séptica cabeza abajo, con un corte; al final
cedió, ahora es un, lo que sea, otro hombre, aunque lleva un gran sufrimiento,
su apostasía no le ha dado la felicidad, pese a que tiene la mujer, y, los
hijos de otro hombre, se ve en su rostro que sufre, no es feliz, está yendo
contra sí mismo.
Y eso es una tortura, seas
creyente, o increyente.
En apariencia vive bien, estudia
y enseña astronomía, hasta ha llegado a tanto su vileza, porque lo siento, lo
veo un ser vil, despreciable no por su apostasía, si no por escribir un libro
contra La Fe cristiana, y, por intentar convencer al joven jesuita del que fue
confesor que apostate, porque según él la fe cristiana no vale para Japón, el jesuita, sabe que sí, lo vio en los
mártires que ha visto morir, por más que Ferreira, cuyo rostro atribulado, tal
vez sea presagio, ya de su condena eterna, porque lo ha elegido él, y, no hay
vuelta de hoja, y repito no me refiero a la apostasía, si no a haberse vendido,
escribiendo el libro blasfemo y herético, y queriendo llevar al que fue su hijo
espiritual, al mismo pecado, el joven jesuita, discute con él, lo desprecia,
también lo ha traicionado a él lo llevan a la cárcel, allí se enfrenta a su
agonía como Jesús en el Huerto, necesita fuerza, luz, pide ayuda a Dios, pues
quiere ser fiel, y está luchando por conseguirlo, Dios sólo puede ayudarle, la
Gracia y el pecado siguen luchando, se habla también de que Budismo y
cristianismo, son lo mismo, ni de lejos, pero si tienen valores comunes, pueden
convivir, ayudarse colaborar, pero Japón, ve el cristianismo como algo,
extranjero, no va permitirlo, de hecho, en Japón no ha prendido el
cristianismo, salvo unos pequeños grupos, ahora no creo que ni eso, habrá si
bautizados, pero pienso que la sociedad oriental menos cristiana, es Japón; a
lo mejor el problema, pero no es el asunto de la película; es la inculturación
de la Fe, un cristianismo encarnado, y, no un cristianismo europeo
Sentí pena, por el apostata 2
veces, Kachijiro, pero ninguna por Ferreiro, o al menos no la que sentiría por
Rodrígues
Ferreiro sin querer hablando con
Rodrígues, dice “No lo querría Nuestro Señor”; luego niega haber lo dicho, y es
que todo apostata, es un creyente, es que si no sería un converso, equivocado
o, no, pero converso
Al final Rodrígues también cae,
la presión es muy grande, cae apostata pero
sigue siendo lo que ha sido siempre un sacerdote, por eso, cuando Kachijiro, le
pide confesión, le dice que no puede, “es un cura caído”, luego se reconoce
cura, por ende cristiano, y el renegado el apostata absuelve al apostata
Kachijiro, al final todos pisaran una imagen, y por lo que se ve, el hallarle
una imagen cristiana hará que acabe como mártir Kachijiro
Rodrigues ha descubierto que Dios
habla en el silencio, ya lo había descubierto siglos antes Elías
Nos presentan la muerte del cura
Rodríguez, por cierto que esposa tan joven visto lo viejo que estaba él, lo
entierran a manera budista, y, dicen que nunca más hablo del Dios cristiano, ni
le rezo, cómo si hicieran falta palabras para hablar con Dios
Al final al mostrar la escena de
la cremación, la voz en off, apunta
que “está perdido para Dios”; pero
exclama eso, sólo Dios lo puede responder, y, ya sabemos que Dios siempre responde, “Si”, la
imagen que se ve tiene en su ataúd budista, no dice nada, se la pudo poner la
mujer como un amuleto, pero también porque ella supiese que él nunca había
dejado de ser cristiano, un hijo que ahora iba a su Casa, porque si no el fracasado
sería Cristo, y, eso no puede ser, Rodrígues, será acogido, como lo fue Pedro, él
nunca quiso negar a su Señor
Con todo queda ahí la duda
En conjunto me ha encantado, espero verla de nuevo ya en castellano sin
tener que leer
La he visto una película
cristiana cien por cien
Que habla del pecado y la gracia
Que muestra la lucha por ser fiel
Qué hace pensar que pasaría si
uno se viera en la necesidad de escoger entre vivir y apostatar
No veo el escándalo de Monseñor Munilla,
para mi, peor la película que ponen todos los años en 13 TV, sobre San
Pedro, donde San Pedro, aparece como el que fundo la Iglesia
Repito, no veo que le han visto
de negativo, por ningún lado, como si
los cristianos, curas y laicos no pecásemos,
y me recordó las trifulcas de los primeros siglos con los que no querían
dar el perdón a los apostatas
Si un poco de apostatas lo somos
todos
El cierre sería
Al final Dios siempre está ahí