domingo, 12 de marzo de 2017

Nadie puede excluirse por indigno





Nadie puede excluirse por indigno, pues Dios nos purifica con el Fuego de su Amor
Por mucho mal que haya hecho una persona; nadie puede decirse a sí mismo que es indigno de Dios, que no puede ir al Cielo, que no hay salvación para él, nadie,  hubiese hecho lo que hubiese hecho, y en la historia hay para elegir, nadie
Salvo él que diga
Yo soy  tan indigno, que no merezco el perdón; Dios no me perdona, esa desesperación es, la blasfemia contra el Espíritu Santo, el rechazo de la gracia, quien no quiere ser perdonado, no es perdonado
El que diga
¿Y, qué acaso Dios no sabía lo que iba hacer?, y me creó, tiene que admitirme en su Reino, claro que volvería hacer lo que hice, y lo seguiré haciendo mientras pueda, y claro que sé que  estaba prohibido
Ese también se pone fuera
Pero aún en estos casos, Dios sigue llamando, buscando por si su hijo pequeño se decide a volver

Que hasta traspasado el umbral siempre es posible pedir perdón