A veces nos da por hablar de nuestros méritos, hasta los teólogos nos
hablan del mérito de condigno, de congruo...
Pero ¿de verdad merecemos algo?
En una palabra, ¿ Dios nuestro deudor, nos debe algo?
San Pablo nos dirá “qué tienes que no hayas recibido, y si lo has
recibido de qué presumes
Resumiendo, para tener derecho a algo, para de verdad poder cacarear
nuestros méritos, tendría que dar se el caso, de fuésemos favorecedores de Dios.
A un esclavo no se le debe nada, claro que somos hijos, pero es que
ningún padre, o madre le va pagar a su hijo, por cumplir con sus deberes de
hijo, y aquí hay más somos hijos pero no
por naturaleza, lo somos en el Hijo,
somos incorporados a Cristo, y podemos desincorporarnos,
Dios nos ha creado por Amor, para que le amemos, y para que lo manifestemos y le demos
“gloria” al hacer su voluntad, que es ni más ni menos que el deseo de que
seamos felices, si no lo somos ya aquí Él es Inocente
El sol, fue creado para alumbrar y fecundar la tierra
Las aves para volar, y alegrar el mundo, y dejar sin cerezas a los
agricultores
Ciro mi gato, para cazar, jugar y pasarlo pipa.
Estas criaturas y todas las demás, cumplen el plan para que fueron
hechas, y no reclaman paga, pues saben sin saberlo, es decir en su irraciocinio,
que nada les es debido que lo mismo que la pluma o el bolígrafo, fue hecho para
escribir, y por eso escribe, ellos fueron hechos para eso, tal vez merecería un premio el Ave que ladrase, o que
calentase la tierra, o tal vez lo contrario
Pues bien, el hombre que es una criatura, la más amada, la única que
puede hablar con Dios de Tú a tú, fue creado también para un fin determinado,
al ser libre, puede optar por no obedecer,
pero eso, sólo lo hace merecedor de castigo, del mismo modo, que si este
pc. No funcionase acabaría en la basura;
pero no le pongo flores porque funcione,
para eso lo compre.
Jesús lo dejo muy claro, “cuando hagáis lo que es vuestro deber (nunca
haremos de más, aunque lo declarasen virtudes heroicas) decid, no hemos hecho
más que cumplir con nuestro deber, nada se nos debe, hicimos lo que teníamos
que hacer”
¿Y entonces de que valen las buenas obras, de que vale, el cumplir la
voluntad de Dios, y progresar en su cumplimiento?
Sí únicamente lo hacemos por evitar el castigo, estaríamos volviendo al
AT, puro y duro, además la Iglesia que es infalible, nos habla de los méritos de los que ahora
viven en el Cielo, esto parece una contradicción a lo que la lógica me dice.
Sin embargo no, la hay, nuestras
buenas obras no tienen valor alguno.
Es más, las obras buenas no salvan,
y esto es doctrina católica, si salvasen valdrían las buenas acciones
hechas en pecado y no valen para nada, luego es señal de que sirven.
Lutero tenía razón, lo que cuenta es la Fe, pero claro la Fe para valer tiene que estar
viva, de lo contrario es un cadáver, y los cadáveres al poco tiempo apestan.
Para que nuestra Fe no apeste, y no espante al personal, tiene que estar
viva, y para estar viva, ha de producir buenas obras, las obras no son pues más
que la manifestación de nuestra Fe.
Creemos que Jesús es el Hijo de Dios, y como lo creemos obramos en
consecuencia le obedecemos, aceptamos su Iglesia, guardamos sus mandamientos usamos sus
Sacramentos.
Sí decimos que lo creemos, pero no hacemos nada de eso, es mentira que
creamos, nuestra fe, es un cadáver apestoso.
El ejemplo arrastra
Sí un amigo me dice que le encanta el fútbol, y en vez de ver los
mundiales, se ve una película, la conclusión es que es mentira no le gusta el
fútbol
Por la Fe viva, la Fe que se manifiesta en actos, como la de Abraham, la
de Maria y José ........ Jesús nos mantiene unidos a Él formando un solo
Cuerpo, o mejor dicho formando parte de
su Cuerpo místico, y hace que nuestras
acciones sean suyas, por eso tienen mérito,
porque son hechas por Cristo, con Cristo y en Cristo, y es más eso no se queda solo para nosotros,
pasa también a los otros hermanos que con
nosotros son miembros de Cristo.
Las buenas obras de la Madre Teresa, o de Juan Pablo II, en su etapa terrena, no eran sólo de ellos
eran de toda la Iglesia, y esos méritos,
Dios los distribuye a los distintos miembros según quiere.
Pero del mismo modo, que un brazo amputado no puede hacer nada, del mismo modo, las acciones hechas sin unión
con Jesús no valen en absoluto para nada, unión que incluso
puede no ser conocida por él que guiado sin saberlo por el Espíritu obra bien.
Es decir, “somos unos pobres siervos que no tenemos derecho a nada, pero
el Hijo, nos ha hecho Carne suya, y el Hijo, es dueño y Señor de todo, y con Él
y en Él lo somos nosotros Reyes y Reinas de la Creación, la primera Santa
Maria, la que se sabía también su lugar, que se llamo, “Esclava del Señor”