jueves, 30 de marzo de 2017

Cargar con los pecados ajenos



Cargar con los pecados de los otros, no es pagar lo que han hecho, Dios no cobra
No, y, hay Uno que cargo con todos, no porque su Padre, ni Él mismo que es Uno con el Padre, y, el Espíritu Santo pidiese sangre, si no para enseñar a los hombres a volver a Casa, cargándolos sobre sus hombros
Así desagraviar, que primero hay que desagraviar cada uno por sí mismo, no es torturarse, para que el otro no sea torturado por Dios, porque Dios no tortura
Tampoco para que el otro se convierta
Ni para pagar nada
Desagraviar, cargar con el pecado del otro
Es ponerse en su piel, no en sus mocasines
No, en su piel, en sus pies; cosa imposible, verse uno mismo en esa situación, que nunca se verá uno, como el otro, estuvo, y pensar que habría uno hecho en ese lugar
Teniendo en cuenta, que el pensar que, es siempre pensar en hipótesis; nadie estará nunca en el lugar de otro
Y, no confundirnos nunca con Dios
Dios no precisa defensores, mal dios sería si los precisara, un mero ídolo
Así que debemos defendernos con todos los medios,  cuando es atacada nuestra fe, pero no, porque Dios, nos de pena, Dios es el Todopoderoso, ante el cual los blasfemos, todos van a rendir cuentas, y no van a salir cantando, si es que fueron tales
Nosotros tenemos que protestar, y defendernos, y exigir respeto por nosotros, porque se nos ha ofendido en nuestra fe, nada más, y por lo mismo respetar a los demás

Y, después si, podemos rezar por la conversión de todo el mundo, empezando por la propia