lunes, 13 de marzo de 2017

El Jesús humano de Jairo

El Jesús humano de Jairo
Jamás me había fijado en la humanidad de Jesús que refleja el episodio evangélico que narra la curación de la hemorroisa, y  la resurrección de la hija de Jairo

         Pero en una Misa en que se leyó este Evangelio, apareció como un espejo ante mis ojos, al Jesús Dios, al que hace los milagros no lo podemos imitar, nosotros solo podemos imitar al Hombre.

"Jesús se vuelve y  pregunta quién le ha tocado" ¿No sabía en su naturaleza humana quién le había tocado? No  lo sé, ni me importa,

Jesús pregunta quién le ha tocado, porque sabe que la persona que lo ha hecho, necesita su ayuda,  Jesús no sería nunca como yo, él si miraría el contestador por si alguien dejó un mensaje de socorro

Los discípulos no entienden y dicen, que la gente lo aprieta, entonces él responde: “Sé que alguno me ha tocado, porque note que  una virtud salía de mí”

Tal vez cuando el Verbo al que esta hipostáticamente unido obra un milagro su corazón latía más de prisa, fuera lo que fuese Él lo sabía, y sabía que quien pide ayuda necesita más que la ayuda que pide, y es lo que Él quiere ayudar.

La mujer, una hemorroísa, se acerca y confiesa por qué le ha tocado y cómo ha curado; Jesús no se enoja, la mujer era impura (por su enfermedad)  y no debería haber tocado a Jesús, pues al hacerlo lo hace “impuro legal” pero a Él no le importa, le importa aquel ser humano.

Luego aparece Jairo, un jefe de la Sinagoga y Jesús lo deja todo, para acompañarle a ver a su hija enferma,  y lo hace dándole ánimos, de que la niña se pondrá bien.

Sigue con sus ánimos incluso cuando le dicen que la niña ha muerto.
Y cuando esta con la pequeña, que duerme ya el sueño de los ángeles Le habla en su lengua natal, si fuese gallego le habría dicho "Meniña erguete". Como es arameo le dice "Thalita Qumi": (Niña, contigo hablo levántate);
La traducción me parece muy dura, pero eso no importa, esto pertenece al Jesús divino; cuando  la niña abre los ojos, y nadie se lo cree Él no manda que hagan oraciones, que le hagan un regalo a Él como gratitud, que se vayan todos con Él ni que ofrezcan un sacrificio. Él  es tan humano, tan nuestro, que sabe que sin comer no se vive, así que les dice “Que le den de comer”


Así es Jesús un Hombre con los pies en la tierra.