El Jesús humano de Jairo
Jamás me había fijado en la
humanidad de Jesús que refleja el episodio evangélico que narra la curación de
la hemorroisa, y la resurrección de la
hija de Jairo
Pero
en una Misa en que se leyó este Evangelio, apareció como un espejo ante mis
ojos, al Jesús Dios, al que hace los milagros no lo podemos imitar, nosotros
solo podemos imitar al Hombre.
"Jesús se vuelve y pregunta quién le ha tocado" ¿No sabía
en su naturaleza humana quién le había tocado? No lo sé, ni me importa,
Jesús pregunta quién le ha
tocado, porque sabe que la persona que lo ha hecho, necesita su ayuda, Jesús no sería nunca como yo, él si miraría
el contestador por si alguien dejó un mensaje de socorro
Los discípulos no entienden y
dicen, que la gente lo aprieta, entonces él responde: “Sé que alguno me ha
tocado, porque note que una virtud salía
de mí”
Tal vez cuando el Verbo al que
esta hipostáticamente unido obra un milagro su corazón latía más de prisa,
fuera lo que fuese Él lo sabía, y sabía que quien pide ayuda necesita más que
la ayuda que pide, y es lo que Él quiere ayudar.
La mujer, una hemorroísa, se
acerca y confiesa por qué le ha tocado y cómo ha curado; Jesús no se enoja, la
mujer era impura (por su enfermedad) y
no debería haber tocado a Jesús, pues al hacerlo lo hace “impuro legal” pero a
Él no le importa, le importa aquel ser humano.
Luego aparece Jairo, un jefe de
la Sinagoga y Jesús lo deja todo, para acompañarle a ver a su hija
enferma, y lo hace dándole ánimos, de
que la niña se pondrá bien.
Sigue con sus ánimos incluso
cuando le dicen que la niña ha muerto.
Y cuando esta con la pequeña, que
duerme ya el sueño de los ángeles Le habla en su lengua natal, si fuese gallego
le habría dicho "Meniña erguete". Como es arameo le dice "Thalita
Qumi": (Niña, contigo hablo levántate);
La traducción me parece muy dura,
pero eso no importa, esto pertenece al Jesús divino; cuando la niña abre los ojos, y nadie se lo cree Él
no manda que hagan oraciones, que le hagan un regalo a Él como gratitud, que se
vayan todos con Él ni que ofrezcan un sacrificio. Él es tan humano, tan nuestro, que sabe que sin
comer no se vive, así que les dice “Que le den de comer”
Así es Jesús un Hombre con los
pies en la tierra.