Las máquinas
Recuerdo cuando era una niña oír decir a mi madre y mi
abuela, las máquinas van a sustituir al hombre, van a sacar el pan a los obreros.
Desde luego desde la famosa
Singer en el siglo XIX que originó la primera huelga pues en efecto dejaba sin trabajo a muchas
modistas, ya que la máquina cosía mucho
más rápido.
Las máquinas no piden
vacaciones, no enferman, no tienen
niños, no se les muere la suegra, ni el
abuelo, no piden permiso para ir al fútbol, cuestan mucho, pero se dirá que rinden
más, sin embargo tienen también sus inconvenientes.
No escuchan, si se quedan sin
electricidad o sin pilas, no funcionan aunque causen un gran trastorno, si reciben “mal una orden” la ejecutan
mal, aunque con ello hundan la empresa o
se lleven por delante a quien sea, un empleado,
preguntará, y dirá por que le
parece que aquello no debe ser así, aunque luego haga lo que le manden siempre que no sea una orden inmoral.
Por eso un empresario con
sentido, tendrá máquinas y hombres, y,
las máquinas tampoco tienen porque sacarle si no hacer más ligero el trabajo al
hombre, puesto que harán falta hombres
para ocuparse de su mantenimiento, de su cuidado así que en vez de
quitar trabajo lo estarán dando
En el hogar las máquinas han sido una ayuda para
las mujeres, el lavar a mano, incluso
los que no tenían que ir al río, era duro
y costoso, yo jamás conseguí montar unas claras, con la batidora, sí, de
maravilla
Y cuántos talleres de reparación
de electrodomésticos hay, puestos de
trabajo que nacieron gracias a las máquinas.
Pues que vivan las máquinas
aunque no tengan vida