sábado, 18 de marzo de 2017

Las máquinas



Las máquinas


Recuerdo  cuando era una niña oír decir a mi madre y mi abuela, las máquinas van a sustituir al hombre, van a sacar  el pan a los obreros.

Desde luego desde la famosa Singer en el siglo XIX que originó la primera huelga pues  en efecto dejaba sin trabajo a muchas modistas,  ya que la máquina cosía mucho más rápido.

Las máquinas no piden vacaciones,  no enferman, no tienen niños,  no se les muere la suegra, ni el abuelo, no piden permiso para ir al fútbol, cuestan mucho, pero se dirá que rinden más, sin embargo tienen también sus inconvenientes.

No escuchan, si se quedan sin electricidad o sin pilas, no funcionan aunque causen un gran trastorno,  si reciben “mal una orden” la ejecutan mal,  aunque con ello hundan la empresa o se lleven por delante a quien sea, un empleado,  preguntará, y dirá  por que le parece que aquello no debe ser así, aunque luego haga lo que le  manden siempre que no sea una orden inmoral.

Por eso un empresario con sentido, tendrá  máquinas y hombres, y, las máquinas tampoco tienen porque sacarle si no hacer más ligero el trabajo al hombre, puesto que harán falta hombres  para ocuparse de su mantenimiento, de su cuidado así que en vez de quitar trabajo lo estarán dando

En  el hogar las máquinas han sido una ayuda para las mujeres,  el lavar a mano, incluso los que no tenían que ir al río, era duro  y costoso, yo jamás conseguí montar unas claras, con la batidora, sí, de maravilla

Y cuántos talleres de reparación de electrodomésticos hay,  puestos de trabajo que nacieron gracias a las máquinas.


Pues que vivan las máquinas aunque no tengan vida