jueves, 2 de marzo de 2017

Los Doce. un viejo articulo de Pascual Foressi en la Revista Ciudad Nueva




Los Doce

“Subió al monte y llamó a los  que él quiso, y éstos acudieron.  Instituyo Doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar  demonios,  instituyo a las Doce y puso a Simón  el nombre de Pedro; a  Santiago el de Zebedeo y a Juan el hermano de Santiago  a quienes puso el nombre de Boanerges, hijos del trueno, a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Judas Tadeo, Simón el Celote, y Judas Iscariote el mismo que lo entrego( Mc 3, 13-19)

         los tres  evangelios sinópticos nos hablan  de la elección de los Doce. Mateo la une al envío de predicar; que volvemos a encontrar en Marcos y Lucas; pero mientras que en Mateo tenemos  un solo fragmento en Marcos y en Lucas tenemos dos. Empecemos por el  texto de Lucas, en los puntos en que se complementan

         Desde la orillas, Jesús subió a la montaña. Su plan  era retirarse a rezar, según dice Lucas. “ Paso la noche en oración”.
Jesús antes de dar un paso tan decisivo, reza solo en el monte. Se siente impulsado a elegir algunos discípulos de fiar, debido a la hostilidad del entrono. De  esa forma sienta las bases de la  sociedad de fieles  que más tarde será la Iglesia
Por la mañana, tras una noche pidiendo consejo al Padre “ llamó a los que él quiso”
La vocación  de seguir a Jesús es completamente libre y gratuita, tal como dice Juan: “ No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado  para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto dure( Jn 15, 16)

         Jesús no tenía sólo doce  discípulos sino que éstos los elige entre un grupo más amplio. Los textos aclaran que el número hace referencia a las  tribus de Israel, y sugieren la idea de que serán el inicio de un nuevo reino. El Evangelio dice que los Doce fueron instituidos para ser los compañeros de Jesús e ir a predicar; con el poder de echar demonios.
        
         Fue   un privilegio de los Doce poder estar con Jesús, y eso los coloca en una posición especial. Ni siquiera San Pablo podrá decir que vivió con el Maestro.
Ellos no sólo han visto y comprendido el Verbo encarnado, sino que han participado en la comunión de vida intima  con  aquel que es la Verdad total, con  aquel que, según las palabras de santo Tomás, está tan impregnado de la verdad  que en cada unos de sus actos, de sus palabras y de sus gestos resplandece la verdad.

         El nuevo Testamento habla a menudo de los Doce. Podríamos  preguntarnos si el término  existía ya en la época de Jesús os e trata de una expresión posterior; una definición de los evangelistas o de la  primera comunidad cristiana

         Hay quien considera que se trata de algo posterior; aunque la mayor parte de los exegetas afirma lo contrario, sobre todo porque en la lista se encuentra Judas Iscariote, que habría sido eliminado si la lista hubiese sido posterior a su traición. Y parece un argumento bastante convincente.

         San Marcos nos presenta la lista de los Doce empezando con una frase; algo insolita
“instituyo a las Doce y puso a Simón  el nombre de Pedro; a  Santiago el de Zebedeo y a Juan el hermano de Santiago......”
en un estilo algo más correcto debería haber escrito; “ Instituyo a los Doce  y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago, Juan...” Pero se  dio cuenta de que el nombre de Simón ya no era el verdadero nombre del primer apóstol, de modo que su griego se resiente al encabezar la lista con el nombre nuevo de la cabeza del colegio  apostólico, es decir Pedro,  que en arameo es Cefas, tal y como se había anunciado en el Evangelio de Juan y como luego confirmará Mateo tras la confesión  en Cesarea de Filipo.

“Y yo te digo, que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella” Mt 16,, 18

         los dos hijos de Zebedeo, Santiago y  Juan, son nombrados inmediatamente después de Pedro y antes que Andrés. Su presencia como testigos de la resurrección de la hija de Jairo de la Transfiguración y de la agonía en Getsemani les concede una posición  especial entre los discípulos. Lucas los mantendrá en el mismo puesto de honor. Santiago y Juan son llamados por Jesús, Boanerges, “ hijos del trueno” no sabemos si se trataba de un apodo a raíz de su carácter  impetuoso, o tal vez  una indicación de vocación, como pudo ser la de Pedro. Parece más probable esta segunda hipótesis

         en la lista de los Doce sigue Andrés y Felipe, igual que en los Hechos, y este factor común entre las narraciones parece reflejar  una amistad real entre los dos  apóstoles. el evangelio de Juan los recuerda juntos en el momento de la multiplicación de los panes y en la víspera de la pasión, cuando se acercan a Jesús unos griegos que desean verlo( Jn 12,, 20-23)
hay que recordar que Felipe era de Betsaida de Galilea igual que Andrés y Pedro, y hay que subrayar que Andrés era un nombre griego igual que Felipe, mientras que Simón  era un nombre helenizado. Si queremos sacar algo de lo poco que nos dicen los evangelios sobre los Doce, se puede notar una clara influencia helenística en los ambientes populares de Galilea. Los demás, salvo Simón  el Zelote, llevan nombres semíticos. Bartolomé, que significa  “hijo de Talmai” y que ha sido identificado con Natanael, aunque sin mucho fundamento; Mateo que significa “Don de Dios” y es el públicano Leví; Tomás cuyo nombre la raíz hebrea significa duplicar es interpretado por Juan en el sentido de gemelo; Santiago el de Alfeo llamado así para distinguirlo de Santiago el hijo de Zebedeo y hermano de Juan
         muchos comentaristas han propuesto que Santiago el de Alfeo es el “hermano del Señor y primer obispo de Jerusalén, y mártir en el año 62 a quien Pablo atribuye el título de apóstol( Ga. 1, 9) pero parece un dato incierto, porque para Pablo el título de   apóstol no es exclusivo de los Doce, y porque la autoridad que invocan  san Jerónimo y San Juan Crisóstomo no parece  segura.

         Después viene Judas Tadeo. Hoy se cree que se trata de una palabra griega una  forma abreviada de Teodosio o Teodoro. Antiguamente se hacia derivar Tadeo de  una palabra aramea que significa “ tetilla” y  por lo tanto el nombre significaría “ hombre del pecho desarrollado” hay que decir que también muchos manuscritos en lugar de Tadeo dicen. Lebeo

         Tenemos después un segundo Simón a quien Lucas llama Zelote, lo que podría inducirnos a pensar que tal vez fuese miembro del partido político y religioso  de los zelotas, que luchaban por la independencia de Israel. Pero esa interpretación presenta    un obstáculo en la época de Jesús el partido zelota aún no se había formado, podemos entonces suponer otra interpretación que Simón  era “celante·  cumplidor de la doctrina revelada por la ley.

         El último de los Doce que aparece en la lista es Judas Iscariote. No sabemos nada de él, algunos  interpretes lo entienden como el hombre de Keriot, y en tal caso Judas sería de un pueblo de Judea. Las listas  de los doce  referidas por Marcos, Lucas y Mateo, terminan con estas tremendas palabras “Judas Iscariote, el mismo que lo entrego”

         Y llamó a los Doce y comenzó a mandarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos.
Les ordenó que nada  tomasen para el camino fuera de un bastón, ni pan ni alforja, ni calderilla en la faja; sino calzados con sandalias, y no vistáis dos túnicas”  y les dijo “ Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta marchar de allí. Si en algún lugar  no os reciben y no os escuchan, marchaos de alli, y sacudios el polvo de los pies en testimonio contra ellos” y yéndose de allí predicaron  que se convirtieran y expulsaron a muchos demonios y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban( mc 6, 7-13)

         Esta escena presupone un periodo tras la elección de los Doce durante el cual éstos habían vivido en compañía del Maestro de forma constante e intima por lo que ya estaban preparados para ayudarlo. Los exegetas están de acuerdo en que esta misión es histórica. Son muy pocos los que la atribuyen a la inventiva de la primera comunidad cristiana para instituir un modelo para sus misioneros.

         El pasaje que estamos siguiendo o narran también Lucas y Mateo, pero tiene pequeñas diferencias que vamos a subrayar

         Los discípulos son enviados de dos en dos para darse apoyo mutuo durante el viaje y no dejarse abatir por los  fracasos, pero también  para que su testimonio  tenga más valor
Ellos no tendrán que predicar el reino de Dios sino anunciar los elementos necesarios para acogerlo, preparando su venida, incluso con poderes extraordinarios, como el de expulsar los  espíritus impuros. Además hay unas normas que cumplir no  llevar nada para el viaje, ni pan, ni alforja, ni dinero, ni dos túnicas.
La túnica era el vestido que se llevaba bajo el manto, y podía suponer un lujo y un impedimento para la marcha llevar  dos túnicas
         Según Marcos podían  llevar un bastón  y sandalias. Y ahí está la divergencia con Mateo que prohíbe tanto el bastón  como las sandalias y con Lucas quien prohíbe el bastón.

La interpretación de tales divergencias, de por si muy secundarias varía según los intérpretes. Para unos Mateo  endurece la orden considerando  la posibilidad de  caminar sin  bastón y sin  sandalias para subrayar la pobreza, Marcos, al contrario, tiene en  cuenta la usanza oriental  y se atendría a la versión original.
La discusión  tiene un doble significado:
1)      Jesús pide a sus misioneros una rigurosa pobreza
2)      Seguirlo al pie de la letra no tiene sentido en la lectura del Evangelio. De hecho en este punto, la Iglesia se adaptará a   todos los climas y  todas las costumbres

Los Doce tenían que entrar en una de las casas del pueblo, la hospitalidad en
Aquella época era sagrada, y en las ciudades había incluso centros para los visitantes. Alos doce discípulos se les sugiere que no  cambien de alojamiento, si son bien recibidos no dice   cuanto  tiempo deberán quedarse el bien de las almas  será la norma lógica, aunque más tarde, al final del primer siglo, la Didache, dará normas más precisas y dirá que “  todo misionero”  que se quede en nuestra casa debe ser recibido como si fuese el Señor, éste se quedará un día, y sí es necesario un segundo día, pero si se queda un tercero, se trata de un falso profeta(11,  1) nuestra civilización apenas conoce la enorme hospitalidad de los pueblos orientales, aún así sigue siendo deber de los fieles sostener a los misioneros, a  los presbíteros, a los diáconos etc a cambio de los bienes espirituales. Esta norma la recuerda Mateo en el pasaje paralelo de  este mismo fragmento. “ el obrero tiene derecho a  su sustento” Mt 10, 10
         Las palabras de Jesús a los Doce, prevén también el rechazo en cuyo caso deben alejarse del lugar y sacudirse el polvo de los pies en testimonio contra ellos. Para los judíos, sacudirse los pies, significaba  finalizar un contacto impuro; los hijos de Israel consideraban  impuro todo territorio fuera de Tierra Santa, en particular porque los paganos no tenían en cuenta las reglas de purificación sobre los muertos. Cuando volvían de un viaje a tierras paganas tenían que sacudirse el polvo que quedaba pegado en sus sandalias. El  gesto de los apóstoles es  bastante más simbólico,   y tiene un  significado de amor ante la gente y no de  desprecio
         Como ya comentábamos el Evangelio dice que los Doce, al salir en misión, no explicaban  una doctrina, sino que invitaban a la conversión  y luchaban espiritualmente contra el poder de las tinieblas expulsando demonios y curando a los enfermos, ungiéndolos con aceite según el  uso oriental
No se trata aún del sacramento de la  unción de  enfermos, sino  de una “insinuación”, como dice   el Concilio de Trento, de dicho sacramento. Algunos exegetas consideran que esta  unción llevada a cabo como un rito lo cual supondría una directiva positiva de Jesús
         La diferencia con el Sacramento actual  es  que en la misión primitiva de los Doce la unción tenía que ver directamente con la curación corporal, mientras que ahora la intención de la Iglesia cuando administra  el óleo de los enfermos es ante todo  de carácter espiritual. Aún así, también ahora la curación corporal se halla entre los posibles efectos benéficos del sacramento.

Autor. Pascual Foressi

Revista Ciudad Nueva( movimiento de los focolares)

Enero 2006