viernes, 10 de marzo de 2017

El Seguimiento






El Seguimiento

Dice Jesús a Pedro, ¿A ti, ese qué, tú sígueme?
Jesús a veces desconcierta, porque de pronto uno lo quiere seguir, vemos en el Evangelio, y, él lo manda que se quede en casa con los suyos
Otro le dice que le esperé que tiene unos asuntillos, y, le dice que se olvide de los mismos
Pedro, quiere saber qué será de su amigo, de Juan
Y, le dice, que “ese no le importa”; que le siga, la verdad Jesús es un poco complicado
Qué hay de malo en ocuparse de otro
Pues nada, si hay de malo, cuando uno supedita, lo que Dios le está pidiendo a uno, con lo que le pida a otro, aunque formamos un cuerpo no somos masa, tal vez por eso somos cuerpo, porque ya dice el Espíritu Santo, por San Pablo; “el ojo no es mano”
La mano tiene una misión el ojo otra
Juan, tiene una, Pedro otra, yo, otra el otro pues la suya
Así que va resultar que Jesús no desconcierta; salvo que uno sea tan tonto, que no entienda, porque al que le manda que quede en su casa, le manda que le siga allí, haciéndole allí presente, como al que le pide que le siga por el mundo
Por eso no es más santo el laico que el religioso
El célibe que el casado
Es santo quien sigue a Jesús, donde Jesús quiere, y, quien no supedita su seguimiento al de los otros