Pornografía y erotismo
Entre el erotismo y la
pornografía hay una diferencia, aunque muchas veces hay escenas de películas
“normales” que son más pornográficas que eróticas.
El erotismo no es malo, es la
manifestación del amor humano, del amor esponsal y este es bueno y santo, como
ya se sabe viene de Eros (Cupido) dios del amor, erotismo es todo lo referente
al amor entre el hombre y la mujer y su expresión física, las novelas
románticas pueden ser llamadas novelas eróticas.
Aquí lo que prima es el amor de
la pareja, lo que cuentan son sus sentimientos sus almas, aunque ese amor se
manifiesta a través de sus cuerpos; por eso en las películas antiguas, en donde
si había escenas eróticas se enfocaba el rostro de los protagonistas, porque es
ahí en la cara, donde se ve el alma, y donde se veía hasta qué punto estaban
enamorados, o incluso hasta qué punto uno de ellos fingía estarlo.
Por el contrario la pornografía
es inmoral y degradante, para esta no hay personas, hay objetos de dar placer,
la mujer o el hombre no son ya el otro, o la otra dignos de amor y respeto si
no que son un medio para dar placer al cuerpo, y sólo al cuerpo, la persona es
degradada, incluso a veces se llega al crimen, a los golpes porque no se trata
como a un ser humano
Por eso en estos casos se “mata
la persona” es decir se la despersonaliza no mostrando su rostro y usándola
como medio para excitar los bajos instintos
Es por ello que como cristianos
tenemos que estar en contra de la pornografía, y como mujeres aún más si cabe,
y en especial con los monstruos degenerados que la usan con niños inocentes
Retomo el erotismo para decir
por último que incluso en la Biblia hay erotismo.
El libro del Cantar de los cantares; y, muchas escenas del A.T. y hasta en el N.T, ahí
está el capítulo VII a los Corintios pero no hay pornografía.
Estamos acostumbrados a pensar
que tanto el erotismo como la pornografía sólo pueden darse en imágenes pero no
es así.
Una novela o incluso una noticia
pueden ser pornográficas si lo que describen tiene por objeto rebajar a la
persona a la de objeto para el tipo de placer que sea, sí aunque no muestren ni
una sola imagen dejan con sus letras en la mente del lector una idea retorcida
de lo que es el ser humano, si al describir una historia de amor lo que prima
no es el amor de los protagonistas, sino una parte de este y centrado en él.
Y por supuesto la pornografía entra también en
el terreno de la violencia, en esos falsos, “correos electrónicos” mostrando
niños deformes, y que no tiene más objetivo que despertar el morbo; olvidando
que todo hombre y toda mujer es imagen de Dios.