Dios nos dará lo que desea
nuestro corazón (no lo que pedimos)
Por eso dice San Pablo, que el
Espíritu Santo, ora en nosotros, con gemidos inefables, porque nos conoce hasta
los tuétanos
Como esas mamás, que cuando sus
niños chicos empiezan a llorar, a patalear, y a decir que quieren que los tomen
en brazos, o que quieren esto, o lo otro
En lugar de dárselo, dicen. “lo
voy a costar, se muere de sueño”; o voy a ver si esta sequito
El niño no está pidiendo ni
diciendo nada de eso; pero la mamá sabe lo que le sucede
Por eso, a veces nos parece que
Dios, no nos responde, porque en apariencia no pedimos lo que nos da, o permite
Pero si nuestro corazón, porque
nuestro corazón, pide “La Felicidad”, y eso es lo que Dios nos da, a veces ya
aquí, aunque está dure poco, pero si la eterna; y es por ello que nos da lo que
nos ayuda a conseguirla, y, nos niega lo que nos iba alejar