La historia de dos amigos y un vecino
Leandro y Javier eran amigos. Aunque las diferencias sociales entre ellos fueran muy grandes.
Aquella mañana Leandro se despertó rodeado de una gran nevada, vivía en la montaña, la nieve había llegado de improviso, pues ya no era tiempo, y, él se encontraba sin nada que comer, salvo un pedazo de pan que ya tenía 3 días, un pequeño trozo de queso.
Una cosa estaba clara, no podía ir a comprar, pero Javier disponía de aviones, avionetas y helicópteros, además de dinero para los alimentos lo llamaría, ya que por fortuna los teléfonos funcionaban, y le diría lo que le pasaba
Como lo pensó lo dijo, Jaime le dijo que no se preocupará
Y, Leandro se puso desde su ventana a otear el cielo, a ver si veía algún avión, helicóptero, avioneta etc nada, volvió a llamar pero justo cuando estaba marcando llamaron a su puerta, era el vecino del chalet más cercano que venía en su trineo a traerle pan recien horneado, leche de cabra, un guiso de carne, otro de pescado, amén de huevos, fruta y dulce de membrillo.
Leandro no sabía que decir, le dio las gracias y lo invitó a pasar, pero el otro desistió la invitación
Que hombre más bueno, y no como Javier, pues se acabó la amistad con Javier
Los días pasaron, se fue yendo la nieve, y un día llegó Javier, Leandro le abrió de mala gana
“Eres un mal amigo, si no es por el vecino me muero de hambre”
Pero no te has muerto, y, el vecino te ha traído, y le fue enumerando todo lo que le había llevado
“¿Tú como lo sabes?”
Muy facil Leandro, porque yo fui quien se lo mandó, y quien me comprometí a pagarle, sabía que él tenía una hospedería, así que tenía comida caliente hecha, vende leche de cabra, tiene gallinas, un invernadero, y su mujer hace un dulce de membrillo muy rico. No me había olvidado de tí
“Entonces, no fue el vecino por sí mismo, no tengo que agradecerle nada, yo había pensado”
Sí tienes que agradecerle, vino hasta aquí con la nevada, pudo negarse
“Cierto pero has sido tú Jaime el amigo que no falla, perdoname”
Claro que sí, te perdono, y, pon unos vasos de vino
Esta historia es la tuya. la mía y la del otro, el Amigo que no es de nuestra condición que nos supera, es Dios, el vecino es la vida, las circunstancias, nuestro esfuerzo, la ayuda que nos dan los demás.
Lo mismo que el personaje del cuento, que Leandro, a veces nos sentimos bloqueados, precisamos calma, salud, paz interior, trabajo, etc, y rezamos clamamos al Cielo, pero no hay respuesta, o eso pensamos y entonces,, el problema se soluciona, nos ofrecen ese trabajo, nos viene a la mente, o nos lo dice alguién como resolver ese problema que nos sacaba la Paz interior, nuestro médico, o cualquier sanitario nos da el remedio para nuestra salud. Y pensamos que no precisamos a Dios para nada, no sabemos como no lo sabía Leandro, que era Él quien estaba en todo.
Todo lo demás eran solo mediaciones.