La maleta para el cielo
Merche, era una mujer muy buena, muy buena en todos los sentidos, era caritativa, honrada, piadosa
Siempre decía que había que tener la maleta dispuesta para el viaje, y no se refería a ningún viaje turístico. Se refería al viaje a la vida sin fin
La maleta debe ir llena de buenas obras, maleta bien llena, para no quedarnos fuera
Marisa su amiga, una cristiana evangélica también muy buena, le decía que había que observar los mandamientos, ser piadosos, vivir el Evangelio, pero que las obras no salvaban, que al Cielo se iba por Jesús
Merche discutía decía que no, y acababan regañando aunque luego lo arreglaban con un café
Un día Merche fue preguntar al padre Luis, un sacerdote sabio, y éste le dijo lo mismo que Marísa, las obras buenas, son nuestra confesión viva de fe en Jesús como nuestro Dios y Salvador, quien nos salva es él.
Mira hija, cuando vas a recibir al Señor en la Eucaristía, le dices que una palabra suya, es decir su voluntad, basta para salvarte, no dices que basten tantas limosnas, rosarios, y dejo fuera la Misa, porque la Misa es cosa suya
Pues lo siento dijo Merche, parece usted evángelico, como Marisa y los dos están equivocados. D. Luis la dejo por imposible
Y Merche murió, se fue caminando hacia el cielo, con su maleta que era enorme y pesaba mucho, le costaba arrastrarla, no podía dejarla ahi iban sus méritos para el Cielo, tantos rosarios, tantas lecturas bíblica, tantas limosnas, tantas confesiones etc. etc.
Por fin llego al Cielo, no estaba San Pedro porque los Papas que están en el Cielo, pues se turnan en la portería, todos fueron Papas, así que aquel día estaba San Juan Pablo II
Qué es eso, que traes hija
Una maleta, no lo ves San Pedro
Soy San Juan Pablo II, San Pedro hoy tiene día eternal libre, y va de pesca, te repito qué es eso, y no me digas que una maleta, que ya lo sé, qué haces aquí con eso
Lo que me faltaba, aquí traigo mis méritos
Ah tu billete
Sí más o menos
Pues esos aquí no funciona, espera que llamó a Jesús, y le preguntó
San Juan Pablo II, marco en su table celestial un número, aviso a Jesús de que había un problema
Y el Hijo de Dios se hizó presente en un instante
Qué es eso, pregunto
Esta vez respondió San Juan Pablo II
Una maleta Rabí
Ya, ya lo veo, pero eso aquí no se admite, es un estorbo no vale para nada
Señor interrumpió Merche, aquí están mis buenas obras, mis meritos para acceder al Cielo
Así que pretendes acceder al Padre por tu maleta, pues ya os estais largando las dos, no quiero maletas
Señor, dijo Merche, están mis buenas obras, mis mandamientos observados
Escucha me un momento, dijo Jesús muy cabreado, y Jesús es un ser humano, y cuando se enfada, se enfada
Por guardar los mandamientos, no tenemos que darte nada, es tu deber como criatura, lo demás cuando obraste el bien, yo era quien lo hacía en tí, y por tí, es decir te usaba como instrumento libre, sí tus buenas obras, y las de otros llegasen para venir al Padre, para que me hice yo hombre, y morí crucificado, vamos Merche me estas llamando idiota
No Jesús, jamás, yo quiero estar contigo, en el Cielo
Pues entonces Merche, yo también quiero que estés, tira la maleta, dame un abrazo de hermanita, y pasa adentro a tu Casa, porque méritos te llegan los míos
Merche se despertó sobresaltada. A partir de ahora procuraría vivir unida a Jesús, y hacer el bien, no para ganar el Cielo, ya se lo había ganado Jesús, para gritarle al mundo, a ella misma, y al diablo para que sufriera, que Jesús era su Señor.
Así que cuando un día se murió se fue muy rápido sin maleta y la recibió San José, se extraño pero le contó el glorioso Santo que jugaba Rafa Nadal, y ganaba el mayor premio del tenis, si jugaba en la tierra, pero en el Cielo, pueden ver, en una tv que les regaló el Padre Dios, acontecimientos que un día pasarán el caso es que todos los Papas, y otros que no eran Papas, incluído el propio Jesús, estaban viendo el partido, así que le había tocado a él.
Merche entró a la gloria y se fue ver a Rafa Nadal
Fin