Todo empieza con una pequeña semillita, con algo pequeñito. Del cuento de Mamerto Menaces el ojo de la aguja.
Todas las cosas empiezan siendo algo muy pequeño, los seres humanos, los animalitos, las plantas, hasta nuestro universo, empezó hace muchos millones de años, por una explosión
Y todo lo que hacemos empieza por algo insignificante en apariencia
Quien camina 20 km, empieza dando un paso de 10 cm, así todo es pequeño, y si ese comienzo pequeño nada sería
“Recuerdo que cuando veía una película con mi madre, que era una gran cinefila de corazón, solía decir. Ya va acabar porque acaba como empezó”
A mí aquello me parecía una tontería, pero ella tenía razón siempre, una escena igual o muy parecida a la que se veía al inicio, cerraba la película
Y en el Evangelio nos encontramos con lo mismo. Volver a Galilea, a Jerusalén. Al sitio donde empezó todo
Y La Iglesia que es Mamá y Maestra nos pone todos los años, el Nacimiento de Jesús, y antes nos recuerda su Encarnación en el Vientre purísimo de María, para enseñarnos que cuando el Hijo de Dios vino a nosotros empezó siendo una semillita muy pequeña un óvulo, un niño cigoto, y ahora en los Sagrarios un pedazo de pan, un poco de vino
Y, tú y yo y cada uno de los humanos pero en especial los que tenemos el Don increíble de la Fe, tenemos que empezar por volvernos pequeños
Por recordar que ante Dios seguimos siendo pequeños y débiles pero amados.
Recordar en el sentido de Re cordo, llevar al corazón, el momento del primer día de nuestra vida, por voluntad de Dios, en nuestra madre, recordar y agradecer a Dios que nos formó, nos saco del seno materno de nuestra madre,y todo lo demás que nos dió.
Pero no olvidar que nuestra madre, cuando supó que estabamos en su cuerpo, pudo poner fin a nuestra vida, pero nos acogió...
Esto nos dejará claro que somos seres que dependen de otros, y eso lleva al agradecimiento
De ahi saltar a como empezó nuestra fe, no para infantilizarla, no para recordar, hacernos pequeños, niños para colarnos en el Cielo, no por ser buenos, sino enanos bajitos que se cuelan
No señores ni señoras con multitud de méritos, con tantos méritos que se van a quedar fuera del Cielo, porque la Puerta es estrecha, y hay que entrar sin equipaje, para eso Jesús sacó billete para todos
Y como niños chicos, muy chicos agarrados a la falda de Mamá María, siendo tan pequeños que hasta con camellito y todo pasemos por el ojo de la aguja.