Se ha revelado el misterio oculto durante siglos- Colosenses, 1, 26
Durante siglos, milenios los seres humanos salvo Israel vivía en la idolatría, para Israel éramos los goings, los perros, los de fuera, sin salvación, durante mucho tiempo, el mismo Israel solo esperaba bendición para este mundo, lo cual la misma vida, muestra que es mentira.
Más tarde aunque no todo Israel, pero si una parte, comprendió que la vida iba acabar en Resurrección, pero los gentiles seguíamos sin contar
Hasta que Dios envío a su Hijo Jesús, que en La Cruz unió a judíos y gentiles
Y Dios es lo que dice ese versículo de Colosenses, revelo el misterio oculto, los gentiles, los que no pertenecemos al pueblo judío, somos herederos de las promesas a Abraham, es más pertenecemos a Jesús el Verbo
Porque nos creó en cuanto Dios
Porque en cuanto hombre, somos el regalo que le hizó el Padre por su obediencia, y su Mano es tan poderosa, que no hay poder ni en Cielo, tierra, e Infierno, para sacarnos de su Mano, naturalmente sí no queremos estar con él, nos va respetar, aunque hará todo, para que estemos.
Si somos tan estupidos de optar por darle el No, seguiremos siendo de su propiedad, como todo lo creado, pero ya no como hermanos correinantes, sino como reprobos que doblan la rodilla forzados
Pero sí seguimos pensando, resulta que por el bautismo, fuimos injertados en Jesús, que es un chico judío, o sea que tú y yo aunque no pertenezcamos por carne al pueblo judío, sí por el bautismo, las raíces de la Iglesia y sus columnas son judías, somos parte del judío Jesús. Para los judíos somos gentiles, pero no lo somos, todo cristiano es judío, muy judío.
Pero sigue siendo cierto lo que dice sobre los gentiles, es decir sobre todos aquellos que aún no saben, sobre los que no conocen a Jesús, ahi van todos los seres humanos, malos y regulares. Ellos también pertenecen a Jesús, que los va unir a sí, por los caminos que El Padre, Él y la Ruhaj divina; han decidido, muchos ya lo están ahora, pero solo Dios lo sabe, son la Iglesia invisible, los que forman parte del Alma de La Iglesia
Son los que vió Juan el apocalepta, en la visión después de ver la Salvación de todo Israel, el Israel fiel y redimido, y de toda La Iglesia, eso es lo que simbolizan los 144.000.
Vió una muchedumbre inmensa de toda raza pueblo y nación, con palmas cantando y alabando a Dios, ese era el Misterio oculto y revelado
El Triunfo absoluto del Cordero, que es el Verbo humanado, en la joven judía María de Nazareth.
