La despedida de Jesús y después de la Ascensión. En los Evangelios hay dos despedidas de Jesús, una es la de Mateo, en Mateo no hay despedida, Jesús nos garantiza que se queda con nosotros, que permanece con nosotros hasta el fin del mundo, es decir hasta la consumación de la historia y la derrota del Mal.
La otra esta en Lucas y en los Hechos que son del mismo autor humano, ahí Jesús sube al Cielo, es decir va al Padre, el Padre es el Cielo, Jesús entra en Dios con su humanidad glorificada, y se “sienta a la derecha de Dios”, es decir es como ser humano, como hombre elevado a lo más alto, su poder su gloria es la de Dios, es lo que refleja el Apocalipsis, cuando habla del Cordero sentado en el trono, a simple vista podemos pensar que hay contradicción entre Mateo y Lucas, pero no la hay, Jesús esta con nosotros y en nosotros, sin él no podríamos seguir, y Jesús sube al Padre, al Padre que es ya también nuestro Padre, y que es el Dios vivo, no un ídolo que está el pobre donde lo ponen. No Dios es Viento, es Vida, Dios no es aprehensible, Dios está en el Cielo, pero el cielo no es eso azul tan bonito, que vemos cuando no hay nubes, no, eso es el firmamento, el Cielo es Dios mismo, Dios por dentro; Jesús hombre entra en Dios, se sienta otra forma de hablar, Dios es infinito, no tiene derechas ni izquierdas que son límites, al decir se sienta, quiere decir que a Aquel que al encarnarse había renunciado a los privilegios divinos, se le dan ahora también en su humanidad.
Jesús esta en el Padre y con el Padre, y el Padre está en todo lugar, más aún en el corazón y el alma de los creyentes
Antes de su desaparición visible; Jesús manda llevar su Mensaje, y anuncia que quienes lo rechacen, se condenarán
No dice que él los condenará, Jesús no condena a nadie, dice que se condenarán, si yo, o tú, rechazamos seguir el Camino que es Jesús, vivir su vida, y seguir otro, estamos haciendo una elección, estamos eligiendo estar separados de Jesús, que es quien nos presenta y nos lleva a Dios. Nos condenamos nosotros
Cuando pierden la visión de Jesús, se quedan como panolis, hasta que unos ángeles, les recuerdan que Jesús volverá.
No podemos estar mirando al Cielo, porque hay trabajo que hacer en la tierra, y Jesús volverá, sí, aunque sigue con nosotros volverá un día, en él que nos pedira cuenta, de haber trabajado o no, por su Reino, o resumiendo en el que tendremos que mostrar el billete de nuestra vida, en él que constará ya de forma definitiva la opción de eternidad que hallamos elegido
Y, precisamente como Jesús va volver, por todos y cada uno, no podemos perder el tiempo, en mirar las nubes
Los que estaban allí, se fueron a donde estaban antes y permanecían en oración, con María la mamá de Jesús, en total unos 120, aunque los números bíblicos son eso números bíblicos, el caso es que sabían lo que se les venía encima y que solos no podían, así que oraban con Santa María, y, con María la oración es omnipotente, y, vino La Ruah divina, como Fuego, como Viento, y los lanzó al mundo, nació La Iglesia
Hoy tenemos que seguir orando con María, para que Dios mandé de nuevo sobre su Iglesia y sobre cada uno, su Espíritu Santo, para que nos lance al mundo. Porque muchas veces nos apetece estar bien pertrechados en nuestro “Cenaculo”