Seguir y vivir en Cristo, no en tradiciones humanas.
Es necesaria y hoy es fácil formarse continuamente, procurar una buena formación espiritual
Y saber distinguir bien las cosas, las tradiciones, La Tradición, y la Tradición viva o divino apostólica, que es lo mismo que La Biblia y junto con esta Palabra de Dios.
Las tradiciones son costumbres muchas veces paganas, que deben desaparecer, otras son inicuas, como las rosquillas de San Blas, el turrón de Navidad, pero pueden ser cambiadas, y no pasa nada, lo mismo por ejemplo de poner “pesebre, o árbol o los dos, nada de eso, nos hace cristianos, puede poner el árbol de Navidad y el pesebre un ateo, y un muy buen cristiano no ponerlo.
Y hay tradiciones que son pura idolatría y superstición, como la que ya sacó un bendito sacerdote, en Santa Marta de Rivardeteme, y otras que no nombro para no dejarme otras en el caldero.
Luego vienen las Tradiciones o Tradición, que están ya más cerca de La Verdad y hasta pueden serlo, que se sostienen en el tiempo, son costumbres o devociones buenas, o creencias buenas, que mientras quien tenga autoridad no los desmienta deben ser respetados. Por ejemplo los nombres de los abuelos de Jesús, vienen de esa Tradición, y mientras no se demuestre que sus nombres eran otros, ese es el que tienen, él que les damos
Entran aquì también las diversas formas de la Liturgia, que debe ser respetada, y aceptada de nuevo cuando el Papa, o el obispo en comunión con él, la modifica o la cambia, en aquello que es mudable, pero no lo puede hacer cualquiera a su antojo, los curas tampoco
Y, esta La Tradición viva de La Iglesia
Que la forman los Mensajes de los escritos de los PP de La Iglesia
De los Doctores y Doctoras
El Magisterio extraordinario de La Iglesia
El Ordinario cuando se mantiene constante en el tiempo en una Enseñanza, no hace falta que se diga, pasa a ser Magisterio extraordinario
Las oraciones de La Misa y la liturgia de las horas, pero no las de devocionarios, salvo que coincidan
Sabiendo y viviendo eso, uno no se agarrará pataletas, como las de los que se enojaron contra Benedicto XVI, por dar a entender en su libro sobre Jesús, que los animalitos del Establo eran un símbolo, vamos que a lo mejor no los había, o sí, pero eso no es lo importante
Tengamos las cosas claras.
