martes, 21 de marzo de 2023

Quién era el bueno


Quién era el bueno, el fariseo o el publicano, o ninguno
Pues ninguno, y así entre nosotros el bueno en realidad era el fariseo, que hacía oración, ayunaba dando ejemplo con ello, porque procuraba que se enterase todo el mundo, daba limosna, ayudaba al sostenimiento del culto, daba gracias a Dios, era fiel a su esposa, honrado en sus negocios
Mientras que el publicano, iba poco al Templo, colaboraba con el invasor romano, recaudando impuestos para el César, que era el tirano invasor. No le importaban sus vecinos.
No, el bueno no era el publicano, y, Jesús en ningún momento dice que lo sea, él mismo publicano sabé que no lo es, por eso, pide a Dios que le sea propicio, precisamente porque es malo.
“Oh Dios se me propicio, que soy un pecador”
El Publicano no juzga al fariseo, no mira a nadie, se mira a su interior y se ve como es una piltrafa, se vé mal y sin salida, por eso se humilla ante Dios, se pone en sus manos, y Dios lo libera de su pecado, lo levanta, no lo levanta porque sea bueno, sino porque es malo, lo reconoce y pide ayuda a su Dios, sabiendo que no la merece.
El fariseo ha juzgado, ha dado por hecho que es el único chico guapo, y eso cn Dios no va, sí ha dado gracias a Dios, pero casí pretendiendo que Dios se las diese a él.
Por eso no bajó justificado, porque quien se justificó ante sí mismo fue él, y Dios no pudo hacerlo
La historia no va de buenos ni malos, va de saber reconocerse pecador, y saber que solo hay Uno que puede declarar a uno Justo, y es Dios por Jesús el Justo por excelencia.