Son malos y les duele que otros no lo sean
Hay personas que saben ponerse en el lugar de quien lo está pasando mal, no importa el motivo, de quien ha perdido su casa, de quien ha tomado un camino una decisión equivocada y mala, porque no vió otro camino, y saben o intentan mostrarle un camino de vuelta, de decirle que no está todo perdido
Personas que saben ponerse en el sitio del pobre, que se va tomar un café o un vino para calentarse, y no dicen. “Para eso le di la limosna”
Personas que se ponen en el sitio del exiliado, no importa sí lo fueron en su familia, exiliados o inmigrantes
Hay personas que cocinan de más para compartir su comida
Hay personas buenas, ángeles que dejan las alas en el armario, para no romperlas
Y, hay gente mala, personas que solo saben decir. “Sí ya lo decía yo”
Personas que no ayudan a nadie, personas que no dan nuevas oportunidades, ni ánimo
Personas que cuando dan limosna lo hacen desde su torreón imaginario, personas que piensan que los pobres no tienen derecho a nada
Personas que desprecian al inmigrante al exiliado, olvidando a veces su propia historia y la de su familia, personas que están al quite de cualquier noticia que les de la razón, pero callán la que se lo quita, personas que se dan la vuelta en misa, antes de recibir la Eucaristía de manos de un negro, un gitano, o del mendigo de la puerta
Personas que dicen se debía echar a los que van sin papeles, luego hasta es posible a veces, como gesto de “auto gran bondad” tenga una chica de otro país, a la que explota, pero eso no lo dice
Hay personas que sí les sobra comida la tiran
Y esas personas, desprecian a las anteriores, porque les molesta lo que hacen. Y les molesta porque es un grito a su conciencia
Ahora se trata de escoger el sitio donde queremos estar, queremos ser ángeles sin alas, o personas malas.
De nosotros depende.
