Sin Jesús resucitado, no hay esperanza.
Jesús nos dejó muy hermosas enseñanzas, nos habló del Amor que Dios nos tiene, si pusiéramos sus mandatos en práctica, el mundo sería otra cosa.
Todo eso es cierto; pero sí Jesús no hubiese resucitado, si su final hubiese sido la cruz, la tumba.
Nada de eso valdría para nada, es más sería un estorbo, en esta corta y caduca vida
A todos nos esperaría el infierno, sí porque la eternidad sin Dios es el infierno
Ni siquiera podríamos estar seguros de hacer lo que Dios quiere; puesto que quien nos había hablado del, Jesús, había acabado como un maldito, lo que era indicio de que Dios no estaba con él; claro que a lo mejor es que éramos productos de una ciega locura evolutiva, y no había dios alguno
Pero puede pensar alguién. Los judíos esperan al Mesías, así que sí no fuese Jesús, quedaría esa esperanza
Pues no, porque estaríamos o bien con que no hay dios alguno, o que él que hubiése fuese un loco, que se alegra con el sufrimiento de sus criaturas, que hasta nos habría permitido ser engañados por Jesús, y caer por él en la idolatría.
No, sí Jesús no fue levantado de la tumba, no hay esperanza para la humanidad, y los cristianos somos los más desdichados de los seres humanos.
Pero podemos estar tranquilos.
Gracias a Dios, Jesús ha resucitado, Dios no dejó a su Ungido en el sepulcro
Dios resucitó a Jesús, y con él fuimos justificados
Por eso tiene sentido celebrar la Navidad, porque celebramos el Nacimiento no de un vencedor, sino del Vencedor.
