Sembrar la semilla de la Palabra, y saber abandonar los rastrojos que ya no sirven. De un cuento de Mamerto Menapace el Nómada y la siembra
Es vivir conforme a ella, es tener la en el corazón y en la boca, no para usarla de piedra para lapidar, sino de caricia, no para darnos aires de buenas personas, sino para acercarnos y ayudar a que otros se acerquen más a Él
Es repensar en nuestra vida, pero dejar los rastrojos que ya no sirven y que son los recuerdos negativos del pasado, es no pensar tanto en el mal hecho, una vez que fue perdonado, ni el bien que no hicimos en el pasado
Si no en el bien que puedo que podemos hacer, en lo que Dios me pide Hoy, Dios siempre es Hoy nunca ayer, ni mañana
Fuera los rastrojos, viva la semilla.