Dejarse llevar por Dios en la oración y el día a día
Dejarse llevar por Dios es confíar en él, ponerse en sus manos de Padre Madre infinito, es como Jesús, como José, como María, como Isabel, como Abraham, fiarse, no hacer demasiados planes, mejor no hacer ninguno, pensar que cualquier cosa que nos pasé por horrible que nos parezca, siempre será lo mejor, un regalo, un vehículo que nos acercará al que ya es más íntimo que nuestra misma intimidad
Y, esto no es incompatible, con tener lo necesario en la despensa, con el ahorro y el trabajo
Dejarse llevar por Dios es pedirle por las personas amadas y las que deberíamos amar y no podemos, ponerlas en sus manos, es cuando queramos decir algo a un amigo, y no sepamos como, decirle a él que lo haga, sí quiere hacerlo por nosotros lo hará, si no él también ama a nuestro amigo
Dejarse guíar por él, es dejar que lleve nuestro rezo y lo haga oración, y de ahí nos llevé si quiere a la contemplación, es no poner tiempo. ¿Acaso se pone tiempo para estar con los amigos?, es no marcar hora, aunque sí uno es normal puede ser bueno, marcarlo al principio, es dejar que sea él quien llevé,, quien grite en tu interior, en mi interior, es sí no repetir demasiado los pasajes de lectura, pero rumiarlos ante él, hasta qué él te tome en sus alas, y te llevé a otro lugar
Es saber que en Jesús, a veces no te dice nada, porque está roncando en la Barca de Pedro.
