Dios nos hizo para llevar su Luz al confín de la tierra
Para llevar su Luz, no la nuestra porque no la tenemos; nosotros somos o debemos ser como la luna, la luna no tiene luz propia, por eso transmite la del Sol
Nosotros tenemos que llevar al mundo, empezando por nuestro mundito La Luz de Jesús, no discursos apologéticos no, la luz, tenemos que iluminar a los que viven en tinieblas con nuestra vida, vivida conforme al Evangelio, y sí también con la palabra, pero cuidando hablar primero con la vida
Y, tenemos que dejar que otros nos iluminen
Y, tenemos que prender nuestras lámparas de aceite, del Aceite de la Ruhah divina, en la oración, en la reflexión bíblica, en la meditación, no en la oriental en la cristiana, en los sacramentos, en el trato con María y José
Y, vigilar como vamos de aceite, porque sí no tenemos luz, no podremos ni alumbrar ni ver, y caeremos en el barranco.