martes, 30 de mayo de 2023

El becerro de oro


El becerro de oro
Todos conocemos la historia del becerro de oro, que nos narrá el libro del Éxodo, pero a veces hay que leer las cosas con calma, para ver lo que encierran, aunque logicamente, La Palabra de Dios nunca se agota
El autor humano del Éxodo, nos cuenta en el capítulo 32,  que Moisés llevaba muchos días, en la montaña hablando con Dios, es decir en oración intima y personal; y los judíos pensaron que Dios, él que los había sacado de Egipto, él que los cuidaba como sus bebés, se había olvidado de ellos
Los judíos eran tontos
El primer paso, para hacerse un ídolo, que no tiene porque ser una imagen, es pensar que Dios no se ocupa de uno, y entonces se hace un ídolo, un absoluto falso, de cualquier criatura, sea está la familia, la política, la religión entendido en sentido socio cultural, el medio ambiene, la salud, etc
Sigue el autor humano escribiendo, y el Autor divino hablando, y dice que se lo pidieron a Aaron, “haznos un dios que vaya delante de nosotros”
Es decir pidieron un dios de bolsillo, acomodaticio, es que Dios no puede ser hecho, es él quien hace, a cada uno, Dios no puede ser manejado, un dios manejable es un ídolo

Aaron que en ese momento demostró que tampoco era listo, les pidió que les diesen sus alhajas, sus joyas. Aaroncito de mi vida, guapo, tú como sumo sacerdote, tenías que haberles regañado, pero eras, fuiste “un sacerdote complaciente” lo que nunca debe ser un sacerdote
Las joyas que entregaron era su riqueza, es por lo tanto la riqueza convertida en ídolo. “Como la joven del anuncio que va en un tren con un señor mayor, y dice, “este señor es el tiempo, no sabe que yo soy la dueña del tiempo” el anuncio es para anunciar un premio de la lotería”. Lógicamente es un anuncio, pero nadie es dueño del tiempo, ni de nada, al más sano, de repente un infarto lo manda al otro mundo, cuántas personas ricas, fallecieron en la pandemia, el dinero no les salvó. Pero por desgracia hay personas que piensan que el dinero es seguridad, y por él, hacen lo que sean, bueno o malo, lo que sea
Y eso es lo que representa el becerro de oro
Pero sigamos leyendo, porque no acaba aquí, aquellas buenas y tontas gentes no se limitaron a hacer el becerrín, sino que una vez hecho, proclamaron
“Mañana habrá fiesta en honor de Yhv”
Yhv, “Él que es”, o desde él mismo, “ Yo soy”, es como Dios se reveló a Moisés, es el Nombre impronunciable, el Nombre sobre todo Nombre, y ellos gentucilla tonta, dan ese nombre, a un monitroque hecho por ellos, a un ídolo. Le deberían haber llamado, yo que se. “becerrin el cuernin”
Y es que a veces nos imaginamos o hacemos un dios, como nos gusta, comprensivo hasta el más allá con nuestras burradas, pero justiciero implacable con las del vecino, un dios que manejamos a nuestro antojo, y tenemos como nuestros padres los judíos la desvergüenza de llamarlo, “Dios, mi Dios, nuestro Dios”, no su nombre es “mi ídolo, nuestro ídolo”

Porqué hicieron un becerro, posiblemente porque recordasen el dios Anubis, el becerrito de los egipcios, porque el becerro el toro, representa la fuerza, y al tener cuatro patas, representaba entonces la totalidad del mundo conocido.