Aunque hasta tu padre y tu madre te den por perdido, Dios no te da. Los padres y sobre todo las madres, suelen ser los que más confían en que sus hijos vuelvan al buen camino, en que hagan bien lo que están haciendo mal, en que cambien. Hay claro está excepciones pero digamos lo más común es lo contrario
Los papás del joven que no toma un libro para estudiar ni aunque lo torturen, confian en que acabe estudiando y sea doctor en tal o cual materia, a veces los papás son más realistas y ven que no hay remedio, las mamás son más cerradas, y si su hijo es un asesino en serie, pues están convencidas de que acabará cambiando y será misionero; claro que llega un momento, en que tienen que darse por convencidos de que el nene, mejor lejos en el caso del asesino en serie, y en el otro ejemplo, olvidarse de ser padres de un doctor, y hasta es posible que en el 2º ejemplo se avergüencen del o de ella, y digan. De dónde habrá salido este hijo, porque eso sí, nunca negaran que es su hijo, porque lo es
Así que un padre una madre pueden llegar a dar un hijo o una hija por pérdido
Dios no, Dios jamás, empezando porque te creó, nos creó nos llamó a la vida, a sabiendas de lo que íbamos hacer, nos busca, nos llamá hasta el último, ultimísimo instante, nos levanta, y si volvemos a caer, las veces que sean, las veces que sean nos vuelve a levantar, para que lo supiesemos mandó a su Hijo, a La Cruz, nos lleva tatuados en las heridas de su Hijo
Por eso La Ruhaj divina, hace decir al salmista
“Aunque mi padre y mi madre, me abandonen Yhv no me dejara” Salmo 27; por eso el pecado que no se perdona, es en una de sus forma, él de rechazar el Amor de Dios, él no querer pedir perdón, por considerar que Dios no va perdonar, eso es lo único que no perdona, dudar de su Amor.