jueves, 4 de mayo de 2023

Releyendo la parábola del fariseo


Releyendo la parábola del fariseo...
Viendo bien la parábola del fariseo y el publicano (recaudador)
Nos hemos acostumbrado a ver al publicano, como el bueno del cuentito; pero como recordaba Abel en la clase de Lucas, el publicano era un recaudador de impuestos, y yo añado, y de impuestos no para el propio rey, sino para Roma, era un judío y recababa impuestos para el invasor, que crucificaba a los que se oponían a su gobierno, que levantaba templos a los ídolos, que violaba a las jóvenes judías
Y, todo eso lo hacía el publicano por dinero, sin importarle sí la persona a la que exigía el pago de los impuestos, podía pagar.
Así que de buena persona nada, y Jesús en ningún momento dice que lo sea.
El fariseo era una facción de creyentes judíos que se esforzaban por conocer mediante el estudio, La Tora y los profetas y cumplir La ley hasta el extremo, tenían un montón de preceptos más de 600
El fariseo va al Templo al sitio donde podía entrar como laico, y ora de pie, que era la forma de orar y sigue siendo una forma de orar, Pablo lo recuerda en una de sus cartas
Y dice, “Dios te doy gracias de que no son como los demás hombres, rapaces, injustos, adulteros, ni como ese publicano, ayuno 2 veces a la semana, pago el diezmo de lo que poseo”
El publicano lejos no se atrevía ni a levantar los ojos al Cielo, y se golpeaba el pecho diciendo. Dios se me propicio a mí que soy pecador.

Y dijo Jesús, este el publicano bajó a su casa justificado, y el otro  no, pues quien se humilla ante Dios es ensalzado, y quien se ensalza es humillado.
Que el fariseo de gracias a Dios por no haber cometido adulterio, ni ninguna otra tropelía no es ni soberbia ni malo, salvo que parece que se lo dice a si mismo, vamos que él es su Dios.
No esta mal, al contrario es bueno reconocer y agradecer los lugares donde por la gracia y la Misericordia de Dios no hemos caído.
Pero es que este buen señor el fariseo, se atreve a juzgar a todo el mundo, “no soy como los demás hombres”; era para decirle, oye majo, que los demás hombres son muchos, tú que sabes cuantos son igual o mejores que tú. 
“Ni como ese publicano”, es decir al publicano no lo considera ni hombre
El publicano que físicamente esta cerca, esta lejos del corazón del fariseo, y él mismo se siente indigno, y sin derecho de estar orando a Dios, por eso sin levantar los ojos, le pide le sea propicio, “ lo haga digno de estar allí orando”, el publicano sabe que lo que hace esta mal, por eso dice.  “ Se me propicio porque soy pecador”, y no entra en sí es el más o el menos pecador, él sabe que él es pecador, ni siquiera pide perdón, lo que pide es piedad, él quiere poder presentarse ante Dios, y sabe que su vida no se lo permite, y Dios que conoce el motivo por él que es publicano, lo justifica en ese momento sale justificado
Al otro día, no importa
La enseñanza es que Dios quiere que nos presentemos ante él sin disfraces, sin juzgar al vecino, y, si estamos de barro de estiércol hasta el moño, reconocerlo, como el publicano.