Todo en la vida tiene su tiempo y lugar, se cosecha lo que se siembra, hay que sembrar lo que se quiere que nazca. De un cuento de Mamerto Menapace
Recuerda un poco lo que dice, el Eclesiastes
Y como todo tiene su tiempo, no hay que perderlo en el pasado, ni en el futuro, el pasado si acaso para ver porque se falló, o se tuvo éxito, pero sin pararle mucho, que nunca las circunstancias serán las mismas
Sembrar lo que se quiera cosechar, que no tiene sentido sembrar maíz, si se quiere recoger trigo
Y esto vale en las relaciones personales, con Dios, con uno mismo
No lamentarse por lo que no se hizo, simplemente no era lugar ni momento, no entraba en el plan de Dios, sí está en su plan volverá y entonces sí, se hará
Es ridículo quedarse lamentando por lo que no se hizo en la infancia, o juventud, y perderse la oportunidad de lo que se puede hacer en la época de la vida, en que uno se encuentre.