Según el Apocalipsis, el Demonio va en busca de los reyes, los gobernantes del mundo, para llevarlos a la batalla final. Ap 16, y el libro “La cena del Cordero”
Esta batalla no es final, porque sea la última, no es la batalla entre el Bien y el Mal, o mejor dicho entre el Mal contra el Bien, las tinieblas contra la Luz, la muerte contra La Vida, La mentira o la falsa verdad, contra La Verdad, Satán y familia, contra Dios Creador.
Es una batalla cuasi eterna, porque eterno, eterno solo es Dios
Y, tiene muchas formas, desde las persecuciones abiertas o larvadas a las leyes impías como la del aborto, cuando un gobernante aprueba una ley impía como la citada, que no es la única, se entrega al diablo, más que quienes practiquen ese crimen, por varias razones
Cuando una persona aborta, o ayuda a abortar, o hace un aborto en el caso de un médico, no todos tienen la misma culpa, pero eso no incide en la acción criminal de otros
Pero sí él que gobierna, que se supone condena el crimen, que defiende a los débiles, lo deja hacer, da medios para hacerlo, y a veces llega a tanto el satanismo larvado, que castiga a quien se opone.
Esta no solo dejando sin castigo a culpables, sino que está diciendo a sus súbditos que eso no es malo, que es bueno, lo malo es defender esa vida
Y, esta haciendo tal vez sin intención, pero lo hace, que las pobres personas que estén tentadas de ese crimen, o que hayan ya caído en él, rechacen no cometerlo, rechacen el arrepentimiento, porqué si el Estado lo permite, no puede ser tan grave.
Esta lucha contra Dios, a la que satanás llama a esta gentuza citada por mi amigo Juan, y que es de todos los tiempos
Luchan no solo aprobando leyes impías, presentando las leyes naturales como malas, hablando del derecho a matar, aunque lo mamen derecho al aborto, llamando delito de odio, a su condena; atacando a las Iglesias, y religiones que se oponen.
Naturalmente, el Triunfo es del Bien.
Pero qué les espera a esta gentuza, pues Juan, lo cuenta también, Dios también tiene sus manías, sus gustos raros, y quiere a esta gentuza, que le vamos hacer, el Amor es así
Así que Jesús que es el Jinete del Caballo Blanco, los hiere con la espada de doble filo, que sale de su boca, es decir por medio de su Palabra, de La Escritura, de su conciencia, de la Iglesia, que somos todos, penetra sí se dejan hasta el fondo de su alma, les arranca el mal de raíz, se lo muestra, les cauteriza la herida, y si le dejan los lava con su Sangre, mueren como servidores del Maligno, renacen como Hermanos y Siervos del Cordero
Pero pueden oponerse, cómo acallando su conciencia, a eso les ayudan los psicólogos, rechazando o manipulando la Escritura, no escuchando a La Iglesia, a la Voz de la Iglesia donde estén, persiguiendo a los que testimonian con su vida, contra ellos, huyendo de la espada.
Pero la Biblia ya advierte a todos. No solo a la gentuza gobernante.
Que quien huya de la espada, caerá en el fuego.
