Jesús se encuentra con María de Magdala.
Siempre había visto este Encuentro desde el punto de vista de María de Magdala
Pero esta vez, lo he mirado desde Jesús
Porque quiero saber, que me dice La Ruah del en este pedazo del Evangelio del Amado
Y, son muchas cosas
Primero Jesús le pregunta antes que nada, porque llora
Por qué lloras mujer. No le habla de porque no ha creído en que iba resucitar, no le suelta un rollo macabeo, no, le pregunta, porque llora, se interesa por ella, la consuela
A Jesús le duele nuestro dolor, le preocupan nuestras penas, nuestras desesperanzas, y me pregunta, “porqué lloras mujer, a otro le dirá porque lloras hombre”
Segunda enseñanza.
María de Magdala responde diciendo que llora porque se llevaron a su Señor, y no sabe donde lo han puesto.
Jesús de nuevo no le hace signos, ni le suelta rollos.
Simplemente con una sonrisa pronuncia su nombre, María. Él había dicho que las ovejas suyas, lo oyen y lo siguen conocen su voz
Pero hay mucho más. El nombre para los judíos, es mucho más que para nosotros, es la persona, por eso Dios nos da su Nombre velado, y, por eso los judíos no lo pronuncian, decir el nombre de una persona, es conocerla, es penetrar en su alma, ponerle nombre es apropiarse tener autoridad sobre ella
Cuando Jesús, le dice, María. Esta entrando en su corazón, en su alma, le está diciendo que la conoce, que comprende su dolor, pero que está vivo, y se lo esta diciendo de forma real, viva. Que ella entiende, y sabe que es Verdad.
Jesús nos conoce a cada uno, por nuestro nombre, no el de la pila bautismal, o el del juzgado, no por el nombre que ni nosotros conocemos, lo conoceremos al resucitar, el sabe como soy, realmente, y por ese nombre me llama.
Jesús le dice. “No me toques porque aún no he subido a mi Padre, pero ve a mis hermanos y diles, subo a mi Padre, y a vuestro Padre, a mi Dios, y, a vuestro Dios”
Jesús no, nos quiere pegados a él, es Él con el Padre y la Ruha divina quien viene y se instalan en nosotros, pero nos quiere dinámicos llevando el anuncio de que está vivo a sus hermanos, que son todos los seres humanos.