No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Salmo 117
Aunque es cierto que lo más probable, es que el salmista, no estuviese pensando en la vida eterna; sino en morir muy viejo, y tener muchos hijos. Lo cierto es que como Palabra inspirada y “escuchado leído acogido”, con “las gafas de Jesús”
Nos revela otra cosa. No estamos destinados a morir sino a vivir eternamente felices con el Señor, para alabarlo junto con sus ángeles, programando su Grandeza.
Somos inmortales, por eso no hemos de tener miedo, pues sólo nuestra voluntad nos puede conducir a la muerte eterna.