Gritar en el desierto. Es lo que hacían los profetas, lo que hizo Juan el bautista.
Gritar en el desierto, no es ir al Sahara, ni al Gobi etc. Y ponerse uno a dar voces
No es vivir como debes vivir, y no como te sugiere el mundo, la sociedad, tu prima esa que lleva tantas cruces y medallas, que asusta
Es decir la verdad y vivir la verdad
Es decir por ejemplo que solo Dios, da y es dueño de la vida
Y es gritar en el desierto, porque estás solo, bueno solo no, con Dios, pero también con los demonios, que intentarán por todos los medios convencerte de que estás equivocado. Y por supuesto nunca van a venir con cuernos y rabo
Dios estará cerca pero te dejará en apariencia solo en la lucha, y si vences te pedirá más, también te dará más.
Nos animamos y vamos a gritar al Desierto.