Dos riesgos sacrílegos contra la religión, hacer la algo trivial, costumbrista, folclórico. El otro usarla para pisotear y ponerse por encima de los demás
Para mi, hay dos riesgos sacrílegos contra la religión, en los que es fácil caer, e incluso a veces se alientan
Uno es hacer de ello, algo trivial, algo folclórico, algo que está bien, es pintoresco, atrae turismo como el Xacobeo, convierte las catedrales en museos, negando, o restringiendo la entrada a los fieles, primero el turista, da igual sea o no creyente.
Saetas en Semana Santa, Villancicos en Navidad, Belenes, Procesiones, como muestra de tradición, de cultura, asistiendo políticos que desde luego, de Cristo no son; incluso asistir a retiros, porque está bien, o ir de mantilla en una procesión, para lucir palmito
Pero luego en la vida de cada día, ser más pagano, que los reyes magos, ese costumbrismo folclorista es un sacrilegio. Y no hablo de culpa o no culpa
Luego viene otro aún peor
Es el de usar la propia religión, para condenar, juzgar y ponernos por encima de los demás. Olvidando lo que nos dice El Espíritu del Señor, por Pablo
Qué tienes que no hayas recibido
Y, sí reconoces que lo has recibido, de qué presumes.