La bestia
Cuando se escribe el Apocalipsis, reina en Roma Domiciano, él es la bestia, la Bestia es todo Imperio, todo poder que intenta suplantar a Dios, p.e ahora cambiando, o pretendiendo cambiar la Ley de Dios, autorizando a matar y mamando, inventando sexos que Dios no creó.
Juan el apocalepta, quiere sostener la Fe de los cristianos que por ser testigos de Cristo, no renegar del, están muriendo asesinados. Les asegura de parte de Dios el triunfo, ellos vencerán, pero el Imperio, Domiciano será vencido.
Como el Apocalipsis forma parte de La Biblia, se actualiza, se hace vivo a cada instante.
No es un libro futurista, ni de miedo, eso solo para los ignorantes que no saben leerlo, y leen mal.
Lo que Juan y el Espíritu Santo, dicen es para los cristianos de cualquier época. La Bestia que esta detrás de todo imperio impío, esta vencida y va caer.
Podría poner una larga lista, no hace falta.
La Bestia la vimos con 10 diademas, atributos de poder y grandeza, esas son las Leyes impías del Imperio, la vimos con sus cuernos símbolo de poder, que representan el poder, para hacer grandes obras. Vimos como hirió de muerte a los Profetas de Dios. Y como aunque parecía herida, ha sido curada.
Las leyes impías, todas las que autorizan a sacar la vida a otro ser humano, este fuera del útero, o dentro, las que destruyen la Familia, las que permiten sin motivo la castración humana, que eso son los cambios de sexo, las que hacen guerras ofensivas, las que impiden la libertad religiosa.
Su poder para hacer grandes obras, la fecundación in vitro, los clones humanos, los híbridos...
Los profetas heridos de muerte, los cristianos que por seguir al Imperio, han caído en pecado, y están muertos espiritualmente.
Su herida mortal que ha desaparecido. Porque a la Bestia y a la culebra del Infierno, que la sostiene. Le encanta ser la mona el imitador de Dios, por eso cura su propia herida
Eso significa, donde vuelve a resurgir con fuerza el mundanismo, las leyes impías todo lo anterior.
Pero Juan y el Espíritu Santo, no, nos dejan así, sin esperanza, y nos descubren la Verdad, el Bien ha triunfado, los Profetas muertos, serán levantados, Es decir se convertirán por La Gracia de Cristo, y volverán a él
La Bestia y la culebra del Infierno, serán arrojados en él mismo.
A sus seguidores, no se les mandará al Infierno, salvó que se lancen ellos mismos, sino que El Cordero, es decir Jesús, les dará muerte con la espada de doble filo, que salé de su boca.
De doble filo, porque penetra hasta el tuétano, hiere y cura al mismo tiempo.
Esta Palabra es La Palabra de Dios, La Escritura, que entra hasta el tuétano, que lleva a la conversión, y cuando el impío se convierte, es decir es convertido, por Dios, por Cristo, ya no es impío, el impío que era ha muerto, ha sido muerto por La Palabra, y ha nacido, un siervo, un hijo de Dios.
Que además es lavado y purificado por La Sangre del Cordero, y así se suma, a los 144.000, o a la muchedumbre inmensa que nadie puede contar.
Pero los que por evitar que el Jinete blanco, de cuya boca sale la espada de doble filo; es decir el Cordero, es decir Jesús, les hiera corren y se parapetan con La Bestia, pues caerán con ella al estanque de fuego y azufre, que es La Segunda y Definitiva muerte.
Ojo, La Bestia es el Mal, no es ningún ser humano, por bestia parda y malo, malote que sea, ese solo es un seguidor de la Bestia, pero para eso Dios tiene remedio.
No hay que poner nombres humanos a La Bestia, pensar en Manases; por quien no daríamos ni un céntimo. Y Dios lo convirtió. Que nuestro Dios lo puede todo. “Con nuestro permiso”