Para conocer y amar a los demás, a uno mismo, a la creación, a María, hay que conocer y amar a Jesús.
Sí porque para amar algo, o alguien hay que conocer su valor, su utilidad, y eso solo lo podemos saber conociendo a quien hizo, o sostiene eso que amamos o queremos amar.
Es decir para ver el valor, el porque debo amarme, porque debo amar a los demás, porque debo amar cuidar la creación, porque debo amar, a María, tengo que conocer, de donde vienen
Y sé que vienen de Dios, existen existimos por Dios, pero eso en sí no me lleva a amar los, a amarme.
Es preciso saber conocer a Dios, y a Dios solo lo puedo conocer en Jesús, entonces en Jesús veo la Bondad de Dios, él Único Bueno, su Amor, su Justicia. Y sí él ha creado y sostiene a los que debo amar, es porque eso es bueno, tiene su Amor, y está hecho para su Justicia, que lo ama tanto, que manda a Jesús a sanarlo, y en Jesús veo el orden, y que no es todo igual
La creación no humana es amada y bella, pero Dios nos prefiere a los humanos, aunque seamos peores no importa. Jesús nos dice que valemos más que las aves, por eso yo que soy hija de Dios en Jesús debo amarme y amar a los demás más que a toda la creación llamada naturaleza junta, que la vida del peor criminal vale más que la extinción de todas las especies, y que todos los mares, ríos y montañas, no digamos la de un inocente. Aunque la vida de Un Inocente el Único Inocente se de en pago de la todos los culpables e Inocentes que no lo son tanto. Ese Inocente es Jesús.
Un amigo de Jesús, llama a María, Llena de Gracia, hallada en Gracia, ante Dios, es decir Dios la ve llena de sí mismo, porque la llenó él. La Mujer en enemistad perpetua. María de Nazaret
Y María es la Mamá de Jesús, la que me da el Salvador, por eso el cariño el amor la veneración a Santa María, sin ponerla porque sería idolatría al lado del culto al Señor, es obligatoria, yo tengo que amar a María, porque la ama, el Padre, la ama Jesús con su doble naturaleza, la ama, La Ruha divina, porque es la escogida, porque sin ella no tengo a Jesús, y sin Jesús me espera el Infierno.
Solo conociendo a Jesús, conozco a María
Con Jesús aprendo a amar con orden con sentido.
Y, sí, amar también al lince ibérico y el dragón de cómodo, pero los últimos en la lista.