El Dios Amor crucificado, el Dios vida crucificado, el Dios que nos hace gritar violencia, hablar sin querer. Sillón bíblico del año 20.
Nuestro Dios no es de pan de azúcar, no es melifluo, es un Dios fuerte, un Dios que nos violenta, que nos seduce, que es más fuerte y acaba venciendo, es un Dios Amor, y Amor crucificado, el Dios Vida, el dador de La Vida, que se la deja arrebatar, para que nosotros vivamos, y seamos con él causa de vida
El Dios que desde su aparente impotencia, cosido a una Cruz, nos hace gritar violencia, hablar sin querer, cuando quisiéramos aplaudir al mundo.
Pero cómo hacerlo, sí sus llagas sagradas nos fuerzan. Y con el profeta hemos de decir
“Me sedujiste, me violaste Yhv, eras más fuerte que yo, y me venciste”, y aquí entre Tú y yo que feliz estoy cuando vences Tú Señor, sé que ahí cuando soy vencido es cuando venzo.