María. Virgen de La Soledad
Hay una advocación mariana, La Virgen de La Soledad.
Esta advocación se suele asociar con la Semana Santa, pero no es del todo correcto
En realidad la Virgen María fue muchas veces, La Virgen de la Soledad, aunque nunca estuvo sola.
Uno está solo no, únicamente de forma física; estás solo si tienes algo que te conmueve de alguna forma, y no puedes comunicarlo; sí ves que alguien que quieres está sufriendo, pero no puedes hacer nada, ni decir nada
Tras la Anunciación. María sabía que el Esperado ya estaba aquí, estaba en ella, pero ella no podía decirlo, no podía decirlo a su esposo José
Cuando Jesús se criaba en Egipto, en Nazaret, no podía decir a nadie, que aquel niño que trepaba a los árboles, que se caía, era el Mesías
Cuando Jesús hizo el milagro en Cana, ella no dijo es mi hijo
Cuando fue condenado a muerte, ella no se levanto para decir es mi hijo, es el Mesías, así fue su concepción
Esa es soledad
Pero en esa soledad María tenía la compañía del Dios Uno y Trino, que nunca la dejó
Hay un momento navideño de soledad
La profecía de Simeón el anuncio de la espada, que María no puede compartir con sus amigas, sus vecinas, no puede buscar apoyo en su esposo, no sabe si cuando lleguen José estará físicamente a su lado. Es posible que esté, pero si va estar cómo Simeón no lo menciono, él ama a Jesús como su papá
María sabe que en ese momento estará sola
Pero se refugia en los brazos del Dios de Israel y dice nuevamente.
Fiat