Carta abierta al “mal buen ladrón Gestas”
Querido hermano y amigo Gestas, ya sé que ese no es tu nombre, es él que te puso la piedad
Felicidades, sí eres un mal ladrón, menuda estafa le Pudiste hacer a Jesús, tú eras una joyita, asesino aunque luchabas y matabas por la libertad, no querías a los romanos
Hoy mejor dicho hace unos años serías de los de “yanquis home”, “ yanquis a casita”
Eras un antiimperialista, y por eso veías bien, matar, robar, violar, no eras romano, al menos no romano libre, tal vez un esclavo, ya que los romanos por mucho que la liasen no acababan en la cruz
La verdad es que tú sabías que tu condena no era injusta, entonces la pena de muerte no se veía mal, hoy no tiene excusa es un asesinato, pues lo hecho a cualquiera es hecho a tu compañero de lecho de muerte
Pero pesé a todo eras un buen chico, eras un terrorista, no te apetecía aquella condena
Y, la tomaste con aquel pobrecito al que habían torturado hasta la muerte.
“Por qué no te salvas a ti mismo, y a nosotros, bajando de la cruz”
Eso Gestas permite que te lo diga, estuvo mal, muy mal, aquel pobrecito no te había hecho nada, y tú como te recordó tu amigo Dimas, sí lo habías hecho
Dimas fue más listo y robo el Cielo
¿Y, tú Gestas?
Muchos devocionarios cristianos que de cristianos tienen menos que los Vedas hindúes te mandaban al Infierno
Yo, sé que no
La tuya fue una oración a lo bruto, oración de pataleo como la de Job que era un protestón, pero la gente como no lee la Biblia se quedan con el inicio del prólogo
El Papa Francisco, que está en el sitio de un amigo, de aquel pobrecito, no el niño que estaba con la mamá a los pies de la cruz, no el otro era un gallina, y estaba escondido.
Pues bien Francisco, nos dice que a veces es bueno “enfadarse con Dios”; vamos patalear
Tú sin saberlo, le dijiste a Jesús, que sí era el Mesías, si era el Hijo de Dios, se salvará y os salvará
Tú pensabas en una salvación de unos días, Jesús y el Espíritu Santo, que sin que tú lo supieras inspiró tu oración, en la Salvación
Y sí, Jesús te salvó, estoy segura de que formas parte de esos que le siguen a donde va, porque han lavado sus vestiduras en su Sangre, seguro lo acompañaste a vaciar el Sheol, y con él y tu amigo Dimás entraste en La Casa del Padre.
Jesús te salvo, al no bajar de la cruz, al salvarse a sí mismo, levantándose del sepulcro
Es cierto que de haber hecho como Dimás, tendrías canonización adelantada, pero bueno, así no tienes pelmas que te den la tabarra
Jesús aquel día, no podía permitirse perdidas, había venido por las ovejas perdidas, y, tú eras una de ellas
Y, aunque fuera de malos modos, le pediste salvación
Y, la mamá estaba pidiendo por ti desde el pie de la cruz.
Fue un robo que casi te sale mal.
Pero fue oración de pataleo, y esas también llegan a Dios, sobre todo al Dios que por nosotros se deja pender de una Cruz.
Gestas por los méritos de Jesús, nos veremos en el Cielo.